La bomba de insulina es uno de los avances recientes que mejora considerablemente la calidad de vida de los pacientes.
Instaurado por la Federación Internacional de Diabetes (FID) en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes en más de 160 países. El slogan
de este año es “Diabetes y Familia”.
El objetivo es aumentar la conciencia sobre esta enfermedad en niños y adultos afectados, profesionales de la salud, líderes de opinión y medios de comunicación.
Realidad Nacional
Según la Tercera Encuesta Nacional de Salud publicada en noviembre de 2017, el 12,3% de los chilenos tiene diabetes, cifra que representa alrededor de dos millones de personas y un alza de 600 mil en relación a hace
siete años cuando la prevalencia bordeaba el 9,4% de la población.
Esta enfermedad crónica, caracterizada por el aumento del nivel de azúcar en la sangre (hiperglicemia), se origina por un trastorno en
la producción de la insulina –que facilita el traspaso de la glucosa a los órganos y tejidos– ya sea por la destrucción de las células beta del páncreas (tipo 1) o bien por una resistencia a esa
hormona y un déficit relativo en su producción (tipo 2).
Indicadores de glicemia
Cuando la glicemia arroja los siguientes valores se está en presencia de diabetes:
• Glicemia de ayunas sobre 126 mg/dl en forma repetida.
• Glicemia al azar sobre 200 mg/dl
• En una prueba de tolerancia a la glucosa oral, una glicemia sobre 200 mg/dl a las dos horas post carga.
Bombas de Insulina
El manejo habitual de los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 es la inyección subcutánea de esta sustancia. En este sentido las bombas de insulina permiten un mejor control y calidad de vida para quienes la padecen.
Este
aparato electrónico mantiene un suministro estable de la sustancia fundamental para el metabolismo de la glucosa, posibilitando un salto en el bienestar de los pacientes. En los últimos años, las personas diabéticas
han podido reemplazar esta modalidad y optimizar su calidad de vida gracias a las bombas de insulina. “Este dispositivo programado electrónicamente, va infundiendo esta hormona a través de una cánula muy fina de
acuerdo a la programación que define el médico”, explica la doctora Isabel Errázuriz, especialista del Centro de Nutrición y Diabetes de Clínica Alemana.
El sistema cumple una doble función: el suministro basal constante de la insulina, y la administración adicional de esta sustancia en una modalidad “rápida” o “a pedido”. En este último
ámbito, el usuario ingresa la información respecto a los alimentos que comerá a continuación, tras lo cual el dispositivo calcula y propone la cantidad de la hormona necesaria a su portador, indica la especialista.
Asimismo, la bomba de insulina puede asociarse a un sensor subcutáneo que realiza un monitoreo continuo de la glucosa lo cual permite, entre otras cosas, que el aparato deje de aportar insulina ante situaciones de baja de azúcar.
Esta capacidad predictiva “ayuda, por ejemplo, a las mamás que temían que sus hijos pequeños sufrieran una hipoglicemia de noche sin detectarlo”, puntualiza la diabetóloga, quien subraya que esta tecnología
ha demostrado lograr un mejor control metabólico en quienes la utilizan.
La bomba de insulina está disponible en el Centro de Nutrición y Diabetes de Clínica Alemana.
Impacto de la enfermedad
- Creciente incidencia: la diabetes afecta a 425 millones de personas en el mundo y casi se ha duplicado el número de pacientes desde la década de los 80, constituyendo una de las principales causas de ceguera, deficiencia renal, infartos y amputaciones.
- Control de los efectos: en la hiperglicemia, o alza del azúcar, la glucosa actúa como un tóxico dañando los tejidos sensibles como la retina, el riñón, nervios y vasos sanguíneos. A su vez, las hipoglicemias ocasionan palpitaciones, temblores, convulsiones e, incluso, arritmias, como también un enlentecimiento mental que puede llegar a comprometer la conciencia.
- Acceso al tratamiento: indicado para la mayoría de los diabéticos insulinodependientes, este tratamiento cuenta con la cobertura de la Ley Ricarte Soto para aquellos pacientes que sufren de bajas de glicemia, debidamente diagnosticada a través de monitoreos o su historia clínica. También incluye a los lactantes que requieren micro-dosis difíciles de administrar con los métodos tradicionales.