En 10 años, el porcentaje de niños que sufre presión alta se cuadruplicó, y entre las causas destacan el consumo excesivo de sal y la obesidad.
Dos décadas atrás era un tema prácticamente desconocido, pero hoy es una realidad que preocupa a los equipos de salud. La hipertensión arterial pediátrica ha crecido de manera alarmante: mientras hace 10 años los niños con presión elevada representaban del orden del 1%, mediciones recientes arrojan que el grupo de afectados creció al 4,5%.
Cuando a un niño se le diagnostica esta patología, “sus padres suelen quedar muy preocupados, ya que la asocian con enfermedades cardiovasculares, tratamientos crónicos y muchas restricciones dietéticas”, sostiene el doctor Felipe Cavagnaro, jefe del Departamento de Pediatría de Clínica Alemana.
Existen dos tipos de hipertensión arterial infantil.La secundaria –que suele ser consecuencia de patologías de base de los riñones, del corazón o del sistema endocrino, muchas tratables con cirugía–, y la primaria, que es la misma que afecta a los adultos. Esta última es la que provoca mayor preocupación entre los especialistas, ya que entre sus causas principales están los malos hábitos como la alimentación poco saludable y el sedentarismo.
“Es importante que los padres entiendan que la hipertensión arterial es una realidad en los niños, y que se relaciona y empeora con la obesidad, consumo excesivo de sal y algunos medicamentos”, enfatiza.
El factor obesidad
Aunque no todos los niños hipertensos son obesos, éste es uno de los mayores factores de riesgo, por lo cual existe un porcentaje de pacientes que logran regularizar su presión al bajar de peso. Y cuando no es posible revertir esta condición, el especialista subraya que siempre la presión alta es tratable con óptimos resultados: “Existen medicamentos hipotensores similares a los que se usan en adultos y funcionan muy bien”.
Precaución con los medicamentos
Entre los medicamentos relacionados a la enfermedad se han señalado a los descongestionantes, corticoides y broncodilatadores, los cuales tienen una incidencia en esta patología similar a las descritas para las anfetaminas o los anticonceptivos orales.
Acciones de prevención y control
Para hacer frente a la enfermedad, las estrategias más importantes son el estímulo de hábitos saludables, el diagnóstico oportuno y el control efectivo de los pacientes. “Un niño con presión alta sin tratamiento, tiene más riesgo futuro de sufrir patologías cardíacas, neurológicas y renales”, señala el especialista.
Diagnóstico de la hipertensión infantil
Medir la presión arterial en niños requiere de equipos adecuados y profesionales bien entrenados. Con este enfoque, el Centro del Niño de Clínica Alemana de La Dehesa implementó a inicios de 2017 un programa piloto para controlar a todos los niños que acuden a éste. “En su desarrollo ha sido muy bien recibido por las familias de nuestros pacientes”, indica el especialista, quien destaca la participación de más de 5.000 niños el año pasado, gracias a lo cual se pesquisaron 22 pacientes con hipertensión. “Este año, llevamos del orden de 1.000 niños controlados, y de ellos 12 presentaron la patología”, informa el doctor Cavagnaro.