La presencia de marea roja requiere extremar los cuidados habituales para el consumo de productos del mar, especialmente, este fin de semana.
Como es tradicional, la próxima festividad de Semana Santa representa el período más alto del año en términos de consumo de pescados y mariscos. Una coyuntura que no sólo hace necesario aplicar los cuidados habituales para prevenir las complicaciones gastrointestinales, sino que en esta oportunidad exige extremar la atención respecto del estado, manejo y procedencia de los productos del mar.
En efecto, a los cuadros infecciosos habituales provocados por distintos agentes patógenos –como el vibrión parahemolítico, escherichia coli, estafilococo aureus, salmonella e, incluso, el virus de la influenza-, este año se sumó la marea roja con los brotes en distintos puntos de la costa del sur del país. Esto llevó al Ministerio de Salud a decretar una alerta sanitaria preventiva para las regiones de Los Lagos y Aysén en febrero pasado prohibiendo la extracción de mariscos de las zonas afectadas. Un cuadro que se agravó a mediados de marzo con la detección de la presencia de marea roja en almejas frescas provenientes de la Región de Magallanes a la venta en dos cadenas de supermercados de Santiago.
“Es importante tener en cuenta que la presencia de la toxina de la marea roja no cambia absolutamente en nada la apariencia de sus mariscos y ni sus características como color, olor o textura, y eso la hace especialmente peligrosa, a lo cual se suma el hecho de que la cocción no la elimina”, advierte el Dr. Ricardo González, médico de la Unidad de Urgencia de Clínica Alemana. De las cinco familias de toxinas de marea roja que hay en el mundo, en Chile existen tres: la diarreica –que generar síntomas gastrointestinales y dolor abdominal en periodos que van entre los 30 minutos hasta las 48 horas después de la ingesta-; la amnésica, que produce desórdenes neurológicos y respecto de la cual no existen casos en los últimos años, y la paralitica, altamente peligrosa ya que en minutos genera síntomas que en su nivel más grave puede detener la respiración y provocar la muerte.
-¿Cuál es el principal medida preventiva contra la contaminación de mariscos con marea roja?
–Lo fundamental es la procedencia de los mariscos, informarse de los puntos del país que presentan el mayor riesgo y comprar en lugares autorizados. Hay que tener especial atención con los bivalvos debido a que tienen una mayor función depuradora del agua, aunque los moluscos y crustáceos también pueden transmitirla, aunque en menor medida.
-¿Cuáles son los síntomas que alertan respecto de que el malestar puede deberse a la toxina paralizante marea roja?
-El más característico es el adormecimiento y hormigueo en la boca, lengua y cara; luego, la insensibilidad de brazos, piernas y cuello; dificultad de hablar y respirar, y parálisis progresiva. Y si estos síntomas, al igual que el dolor abdominal, diarrea, náuseas y vómitos, se presentan a los pocos minutos de ingerir mariscos, se debe acudir lo antes posible a un servicio de urgencia.
–En cuanto a los cuadros causados por patógenos como el vibrión parahemolítico, escherichia coli, o salmonella, ¿Cuáles deben las mayores precauciones?
-Los productos deben tener una cadena de frio adecuada, ya que la colonización de bacterias y virus es muy rápida si están expuestos al sol. Por eso no hay que comprar mariscos en la calle o en las ferias, así como en general se debe poner el máximo cuidado en la manipulación de los alimentos. Y no ingerir pescados o mariscos que no estén cocidos.
-¿Qué riesgo implica las infecciones gastrointestinales?
-Si ante pérdidas de volumen por diarrea y vómitos no es posible ingerir la cantidad adecuada de líquido, se producen descompensaciones importantes que pueden llevar a la muerte, especialmente en los grupos de riesgo como los niños más pequeños, las personas de edad avanzada o que tienen alguna patología o enfermedad crónica. Ahí es necesario consultar un servicio de urgencia o la evaluación de un médico.