Los mitos y verdades de la dieta libre de gluten

Antes de iniciar cualquier régimen alimenticio, es necesario estar bien informados y seguir la prescripción médica respectiva.

Por Clinica Alemana abr. 22, 2018, 21:00

Las dietas están de moda, y es muy común que los amigos y otros grupos de pares, compartan datos y la amplia gama de recomendaciones habituales en los medios de comunicación y las redes sociales.

 

Pero lo que para una persona puede resultar exitoso, no necesariamente se ajustará al metabolismo de otra. Este es el caso de la dieta libre de gluten, cuya popularidad se explica por sus implicancias en el cambio en el estilo de alimentación y la suspensión total de la ingesta de trigo y avena.

“Lo cual elimina, principalmente, las masas (dulces y saladas) y especialmente el pan, que es el componente principal en la alimentación de la mayor parte de la población y que colabora al aumento de peso y las enfermedades metabólicas”, explica la doctora Jennifer Humphreys, nutrióloga y jefe de la Unidad de Nutrición y Diabetes de Clínica Alemana.

En relación a la efectividad de esta dieta, la especialista precisa que es frecuente que los carbohidratos de productos que contienen gluten sean reemplazados posteriormente por otras fuentes de estos nutrientes como el maíz y arroz lo que, finalmente, llevará a regresar a la ingesta habitual de calorías totales.

 

“Esta no es una dieta para bajar de peso”, señala la doctora Humphreys, quien aclara las siguientes dudas sobre las implicancias de este tipo de dietas libre de gluten, proteína a la cual son intolerantes las personas que sufren enfermedad celíaca y que está presente también en otros cereales como la cebada y el centeno.

 

¿El consumo de gluten provoca algún daño en una persona no celíaca?

 

El gluten es la proteína del trigo y, en personas que no tienen problemas de intolerancia o alergia, no hay ningún problema de consumirlos. Es decir, consumir gluten -que es solamente un nutriente- no genera enfermedad.

 

¿Las dietas libres de gluten implica algún riesgo para personas no celíacas?

 

El único riesgo sería hacer una dieta con menos aporte de carbohidratos provenientes de trigo o avena y que eso puede implicar un desbalance en la ingesta de calorías totales o aporte mínimo de carbohidratos requeridos para las funciones básicas y la actividad física. Además, en Chile existe suplementación de ácido fólico y otras vitaminas, lo cual debe tenerse en cuenta al suspender estos alimentos.

 

Para estas mismas personas ¿qué síntomas o consecuencias les podría provocar la restricción del gluten?

 

La falta de ingesta de gluten en sí misma no se asocia a síntomas sino que podría provocar malestar en el contexto de disminuir el aporte requerido de carbohidratos y de energía asociada a estos, con la consecuente repercusión en el estado nutricional.

 

Quienes realizan una dieta libre de gluten ¿deben consumir algún suplemento vitamínico?

 

El gluten es la proteína del trigo. Además en Chile se ha suplementado la harina con Ácido Fólico y otras vitaminas, lo cual debe tenerse en cuenta al suspender estos alimentos.

 

Si se deja el gluten ¿efectivamente se baja de peso?

 

La baja de peso al dejar de consumir gluten está solamente asociado a la restricción calórica por disminuir la ingesta de carbohidratos provenientes de avena o trigo. Esta reducción de peso se produce mientras las calorías provenientes de éstos no sean reemplazadas por las de otro tipo de carbohidratos como por ejemplo arroz con maíz. Es decir, el reemplazo de carbohidratos provenientes de alimentos con gluten no produce baja de peso.

 

Si una persona deja el gluten por un tiempo y meses después vuelve a consumirlo ¿podría desarrollar algún tipo de intolerancia o sensibilidad?

 

No aparece aumento de sensibilidad asociado a la suspensión del gluten. Si la indicación de eliminar el gluten de la dieta es por enfermedad celíaca, es importante no re-incorporarlo a la dieta ya que ingerir gluten después de un tiempo de haberlo suspendido podría provocar una respuesta de inflamación, con la consecuente repercusión en el intestino delgado.