La condición afecta a un 60% de la población adulta con una gama de causas y niveles de gravedad que puede llegar a requerir cirugía.
El ronquido, ese sonido intenso que se produce cuando las vías aéreas se obstruyen parcialmente al dormir, es una condición que tiene del orden del 60% de la población adulta del país y puede ser indicio de enfermedades graves como la Apnea del Sueño, síndrome caracterizado por períodos donde la respiración se detiene parcial o totalmente y que afectaría al 10% de los chilenos.
Para las personas que roncan, uno de sus síntomas más frecuentes es que “despiertan con mayor frecuencia en la noche originando una fragmentación del descanso, motivo por el cual pueden sentir que éste es de mala calidad y presentar algún grado de somnolencia diurna”, señala el doctor Ariel Cisternas, otorrinolaringólogo del Centro de Trastornos del Sueño de Clínica Alemana.
Varios son los factores que pueden provocar ronquidos, entre los cuales destacan la anatomía de la nariz y la garganta, el consumo de alcohol y tabaco, la rinitis, los resfríos y el sobrepeso. “Al pasar de un sueño ligero a uno profundo, se relajan los músculos de la garganta, lengua y paladar, a un nivel suficiente como para bloquear parcialmente las vías respiratorias y vibrar”, indica el especialista.
La intensidad de este trastorno sube mientras más estrechas estén las vías respiratorias y más forzado sea el flujo de aire, pudiendo llegar a un bloqueo completo de éstas y la apnea.
Factores de riesgo de los ronquidos
Un conjunto de afecciones pueden afectar las vías respiratorias y derivar en ronquidos.
- Anatomía de la garganta: tener un paladar blando bajo y grueso puede estrechar las vías respiratorias.
- Sobrepeso. Es posible que las personas en esta condición tengan tejidos grasos adicionales que pueden provocar mayor estrechez. De la misma manera, si la campanilla o úvula está alargada, puede obstruir el flujo de aire y aumentar la vibración.
- Consumo de alcohol: beber demasiado antes de dormir produce un relajo de los músculos de la garganta y disminuye las defensas naturales contra la obstrucción de las vías respiratorias.
- Problemas nasales: es posible que la congestión crónica o una desviación del tabique nasal contribuyan a los ronquidos.
- Privación del sueño: no dormir lo suficiente puede provocar una mayor relajación de la garganta.
- Posición corporal: por lo general, los ronquidos son más frecuentes y fuertes al dormir boca arriba, debido a que el efecto de la gravedad sobre la garganta provoca que la lengua caiga hacia atrás y estreche las vías respiratorias.
- Apnea obstructiva del sueño: lo ideal es consultar a un especialista para descartar enfermedades asociadas como este síndrome, que produce un colapso completo de la vía área superior que lleva a la persona a dejar de respirar por lapsos durante la noche.
Alternativas de tratamiento para los ronquidos
En una primera instancia, se puede recurrir a procedimientos no invasivos. Una buena opción es bajar de peso, evitar el consumo de comidas abundantes y de alcohol por las noches, descongestionar la nariz, dormir de costado y dejar de fumar.
Una segunda alternativa es realizar una intervención quirúrgica. Sin embargo, el doctor Cisternas advierte que cada paciente es diferente, por lo cual es necesario realizar algunos estudios para encontrar al candidato quirúrgico ideal.
A nivel de la nariz, si presenta una desviación del tabique nasal de carácter obstructivo, señala que la decisión más probable del médico sea recomendar una cirugía a esa estructura y de los cornetes para mejorar la capacidad respiratoria y evitar que el paciente deba abrir la boca para realizar esa función.
En el caso de la garganta, la obstrucción también se puede presentar a nivel del paladar, en el caso que esté fláccido o en descenso, o bien presente una úvula de gran tamaño. En ese caso, la intervención quirúrgica “puede complementarse con la extirpación de las amígdalas”, explica el otorrinolaringólogo.
Los ronquidos también se pueden originar por una obstrucción en la base de la lengua, cuyo aumento de volumen se disminuye a través de técnicas quirúrgicas con radiofrecuencia.
Otras personas afectadas son aquellas que tienen una mandíbula muy pequeña y en una posición posterior (retrognatia), las cuales son derivados a dentistas máxilofaciales. En este caso, se propone una cirugía que implica desplazar la mandíbula hacia adelante y, por consiguiente, la lengua en la misma dirección tensionando el músculo geniogloso para despejar la faringe inferior.
'Antes de efectuar estas intervenciones quirúrgicas, hay que poner en una balanza la magnitud de la operación versus los resultados que se pueden obtener. Por ejemplo, existen estadísticas que reflejan que en las cirugías de paladar de roncadores puros se presentan resultados exitosos en el 90% de los casos en los primeros meses. Sin embargo, estudios a largo plazo revelan que este rendimiento decae pudiendo llegar incluso al 40% a 50% con el tiempo cuando vuelven a subir de peso', destaca el especialista.
Recomendaciones generales contra los ronquidos
En los casos de cuadros de ronquido que presenten pausas respiratorias, mala calidad de sueño y somnolencia diurna, el especialista considera necesario realizar un estudio del sueño o polisomnografia, para diagnosticar y clasificar la enfermedad.
En general, señala que la alternativa quirúrgica es la mejor opción para un perfil de pacientes roncadores jóvenes, delgados, con apnea del sueño leve a moderada y factores que ocluyan su vía respiratoria. “Si no cumplen criterios de cirugía, pueden derivarse a dentistas especialistas y evaluar el uso de un DAM (Dispositivo de Avance Mandibular) que adelanta la base de lengua y disminuye la obstrucción de la faringe.
Por su parte, en los casos de pacientes de mayor edad, sobrepeso, roncadores, con apneas del sueño moderadas a severas, sin factores obstructivos en su vía respiratoria, “el tratamiento de elección dormir con un CPAP (ventilador nocturno de uso domiciliario)”, sostiene.
Enfoque del ronquido en los niños
En el caso de los niños, los especialistas recomiendan la cirugía en aquellos casos en los cuales los ronquidos provoquen trastornos del sueño que generen síntomas como cansancio, problemas conductales y cognitivos. En estos casos, el doctor Cisternas indica que es necesario extraer las amígdalas o los adenoides –adenoamigdalectomía– punto en los cuales se genera la oclusión.
No obstante, precisa que no siempre es necesario operar, ya que hay un conjunto de casos en los cuales los niños que tienen problemas como la rinitis alérgica que se pueden tratar con antialérgicos o esteroides tópicos nasales.
'Se estima que el 20% de los menores ronca en forma ocasional y no requiere tratamiento. Asimismo, cerca del 10% son roncadores habituales y, dentro de ese nicho, hay que investigar quienes tienen algún problema obstructivo nocturno que justifique una cirugía. Por lo general, estos casos representan sólo el 1%', concluye el especialista.