La joven de 16 años estuvo a punto de no competir, debido a una fractura de clavícula, sin embargo, finalmente pudo participar y ganar.
En los Juegos Suramericanos de la Juventud que se realizaron en octubre recién pasado, la chilena Catalina Soto, obtuvo dos medallas de oro en ciclismo. Estos premios son el resultado de un arduo entrenamiento, el que no estuvo exento de obstáculos, es más, por un momento pensó que no podría competir.
Había llegado de Australia, donde reside desde hace un par de años, y quiso visitar a unos amigos que estaban en el velódromo. Al entrar, fue impactada por un ciclista, quien la chocó abruptamente. El diagnóstico fue fractura no desplazada de clavícula, y el tratamiento, reposo por dos meses.
“Yo había entrenado muchísimo para competir en estos juegos, no solo practiqué en la bicicleta sino que también sacrifiqué tiempo con mi familia y amigos. Para mi carrera como ciclista, el diagnóstico fue devastador, así que mientras hacía el reposo indicado, me conseguí un rodillo y practicaba, ya que quería correr igual, aunque tuviera la clavícula quebrada”, cuenta.
Una semana después del accidente, empezaba el concentrado para los Suramericanos y fue. “Si iba a correr la competencia quería vivirla completa. Estuve una noche ahí, los demás entrenaban y yo hacía rodillo, sin embargo, de repente sentí una molestia y era la fractura que se había desplazado, así que partimos a Clínica Alemana”, recuerda.
Un vuelco inesperado
Teniendo en cuenta el caso y luego de evaluar las alternativas de tratamiento, se consideró que la mejor opción era operarla.
Catalina fue atendida por el doctor Francisco Ruiz Jiménez, traumatólogo de la Unidad de Hombro y Codo de Clínica Alemana, quien explica que, efectivamente, tenía una fractura de clavícula derecha en el tercio medio que estaba desplazada. “En deportistas como ella, que es una ciclista que se ha entrenado permanentemente a nivel competitivo, este diagnóstico era muy malo porque imposibilitaba su actividad”, agrega.
Teniendo en cuenta el caso y luego de evaluar las alternativas de tratamiento, se consideró que la mejor opción era operarla.
La cirugía consistió en ubicar la clavícula en la posición adecuada y fijarla con una placa de titanio muy delgada. Este procedimiento tiene como objetivo mantener el hueso firme, disminuir el dolor y recuperar la movilidad mientras la fractura consolida.
Catalina, quien estuvo un día hospitalizada, cuenta que su reincorporación al deporte fue muy rápida: “Cuando desperté tenía miedo de mover el hombro porque pensé que me podía doler, sin embargo, no tenía ninguna molestia. Me dijeron que una vez de alta podía hacer rodillo, y eso hice, en la tarde volví al concentrado para practicar hasta el viernes”.
El doctor Ruiz sostiene que la rápida recuperación es reflejo de la perseverancia de esta paciente.