Atropellada por un Transantiago, en Clínica Alemana lograron reconstruir su pelvis y guiar una rehabilitación que le permitió retomar sus estudios.
Regresaba de visitar al dentista y prefirió volver a su casa caminando. Al llegar a la esquina de Tomás Moro y Fleming, cruzó la calle apenas el semáforo dio luz verde, sin percatarse de que un bus del Transantiago doblaba rápidamente en la misma dirección. “Vi que se me venía encima, y luego sentí el golpe y la rueda que pasó por todo mi abdomen”.
Fernanda Quintana, quien en ese momento tenía 17 años y cursaba cuarto medio en el Instituto Hebreo, recuerda así el atropello sufrido en mayo de 2014 que la puso en riesgo vital con un cuadro de politraumatismo, fractura expuesta de pelvis y lesión de la arteria femoral.
En condiciones críticas, fue trasladada a la Urgencia de Clínica Alemana de Vitacura, donde el equipo médico de turno se encargó de estabilizarla. “Casos como el de Fernanda, tienen una mortalidad en torno al 50%”, señala su médico tratante, doctor Javier del Río, quien junto al doctor Manuel Valencia la sometieron a una delicada operación. Para lograr que Fernanda sobreviviera a las múltiples lesiones ocasionadas por el atropello, la prioridad de los traumatólogos fue estabilizar con fijadores externos su pelvis quebrada en tres partes.
Esa fue la primera de un total de 3 cirugías que reconstruyeron la estructura ósea fragmentada con un procedimiento especializado y de alta precisión llamado osteosíntesis que busca unir fragmentos de huesos mediante distintos implantes metálicos, explica el doctor Del Río.
Fernanda, estuvo internada durante 3 meses. “Yo era como un bebé, y tuve que partir de cero”, recuerda sobre el duro trabajo de rehabilitación en el que debió aprender a caminar, sentarse y comer, tareas en las cuales la acción del equipo médico de la Unidad de Cuidado Intensivos (UCI) fue decisiva. “Las enfermeras me trataban como a una muñeca; me cantaban, peinaban y consentían. Hicieron más llevadera mí estadía y esa energía positiva fue clave para mi recuperación. El equipo médico me enseñó a caminar de nuevo”, destaca la paciente.
Tras el periodo postoperatorio, los progresivos avances en los desplazamientos -con ayuda de muletas en los tramos cortos, y en silla de ruedas para las distancias largas-, le permitieron a Fernanda recibir el alta.
Luego, vino el trabajo en los programas fisioterapéuticos y kinesiológicos del Servicio de Medicina Física y de Rehabilitación de Clínica Alemana, en cuyo gimnasio se entrenó 3 veces a la semana cumpliendo un plan que incluyó rutinas de caminata asistida, bicicleta estática y ejercicios para fortalecer la musculatura de la zona afectada.
Paulatinamente, fue logrando la autonomía necesaria para retomar sus actividades y, a un año del accidente, dejó en el pasado los implementos que la apoyaron en cada caminata y quedó en condiciones de asumir la última etapa de su recuperación.
El Logro Final
Fernanda había retomado su vida normal, ingresando a la carrera de psicología en la UDD donde actualmente cursa el tercer año, pero tenía una meta pendiente: volver al running, el deporte outdoor que practicaba con entusiasmo antes del accidente. En 2017, su tenacidad la llevó a participar de una maratón cruzando la meta de los 5K. Eso sí, manteniendo un permanente control médico de las placas y pernos que permitieron la reconstrucción de su pelvis, al igual que el monitoreo de su rodilla izquierda como una medida de prevención.
“En Clínica Alemana no sólo me sanaron físicamente, sino que desde el día del accidente soy otra persona, una versión mejorada de mí misma y, por lejos, ésta me gusta más”, afirma.