La mayoría de las displasias de cadera son de carácter leve, en las cuales la cabeza femoral se mantiene en el acetábulo y no se expresan síntomas ni signos.
La radiografía de pelvis y el examen físico se realiza a todos los niños de tres meses para diagnosticar esta alteración articular.
La displasia de cadera es una enfermedad que se define como un retardo en el desarrollo y maduración de los elementos que forman esa articulación, constituida por la cabeza femoral y el acetábulo o porción cóncava de la pelvis que la recubre. Cuando la relación entre ambas estructuras óseas se pierde, provoca trastornos que van desde una subluxación hasta una alteración total o luxación.
En función de su nivel de gravedad, estos cuadros pueden causar dolor, cojera o diversas limitaciones de la movilidad cuando no son tratados adecuadamente.
Con una causa exacta todavía desconocida, las secuelas de esta enfermedad están en directa relación con el diagnóstico tardío, la severidad de la displasia y con la agresividad del tratamiento que se requiera en cada caso, explica el doctor Javier Besomi, traumatólogo infantil de Clínica Alemana.
Pese a ello, la evidencia indica que el tratamiento resulta exitoso en un alto porcentaje de los casos, para lo cual es fundamental el diagnóstico temprano. Actualmente en Chile los pediatras solicitan exámenes para diagnosticar la displasia a los tres meses de vida, consistente en una radiografía de pelvis y una ecografía antes de este periodo a quienes tienen factores de riesgo o sospecha tras el examen físico. Esta acción ha permitido tratarla en forma temprana y aminorar sus consecuencias.
¿Qué causa la displasia de cadera?
Los componentes de la cadera aparecen a las 11 semanas de vida intrauterina, y en los meses siguientes crecen y maduran. Es durante ese lapso donde puede surgir la alteración denominada displasia luxante de cadera, cuando una o ambas caderas no están ajustadas adecuadamente en la cavidad pélvica respectiva o acetábulo.
Entre la serie de factores identificados en el origen de la enfermedad, se mencionan:
- La carga genética
- El género –el trastorno es ocho veces más frecuente en las mujeres-
- La condición de primer embarazo de la madre
- La situación del bebé en el medio intrauterino –como la cantidad de líquido amniótico-
- La presentación del niño en una posición podálica
- Alteraciones neuromusculares como en el mielomeningocele.
¿Cómo se detecta la displasia de cadera?
La mayoría de las displasias de cadera son de carácter leve, en las cuales la cabeza femoral se mantiene en el acetábulo y no se expresan síntomas ni signos.
Por el contrario, el especialista detalla que en los casos más severos se puede observar una asimetría en la longitud de las extremidades inferiores, al igual que en la apariencia de los pliegues de la piel en nivel inguinal y de la zona del muslo más cercana. A estos se suman una disminución del rango de movilidad de la cadera, especialmente de la abducción (apertura de la extremidad inferior) y un chasquido al realizar el movimiento articular.
Al respecto, nuestro país tiene un programa nacional de detección precoz de la displasia de cadera incluido como patología GES, el cual incluye una radiografía de pelvis a los lactantes de tres meses y una ecografía antes de este periodo a quienes tienen factores de riesgo o signos que apuntan a este trastorno luego del examen físico.
Tratamiento de la displasia de cadera
La terapia consiste en posicionar la cabeza femoral de una forma tal que estimule la maduración del techo acetabular. Esto se logra con las correas o arnés de Pavlik, técnica que logra un 95% de éxito con el uso adecuado.
En los casos en que las caderas de los lactantes se mantienen luxadas (fuera de su sitio), el doctor Besomi explica que se realizan procedimientos quirúrgicos para reducirlas (ponerlas en su posición), mantenerlas y así permitir su correcta maduración. “Utilizamos incisiones que resultan estéticas y poco notorias”, indica.
En caso de que el paciente requiera esta cirugía, Clínica Alemana dispone del O-Arm, tomografía computada portátil que permite evaluar la posición exacta de la cadera en el intraoperatorio en los niños, aún con yeso puesto.
¿Cuáles son los cuidados en el postoperatorio?
Las recomendaciones dependen de la edad del paciente y cirugía que se realice. “Cuando se trata de lactantes con displasia de cadera, y ésta se encuentra luxada, en general quedan con un yeso pelvipédico por alrededor de tres meses, y luego con férulas de abducción para mantener la contención favoreciendo la maduración de la cadera”, detalla el doctor Besomi.
Posteriormente, es necesario realizar controles médicos con el especialista hasta alcanzar la madurez esquelética, es decir, en la adolescencia.
Cabe señalar que estos pacientes tienen un mayor riesgo de presentar artrosis de cadera en alguna etapa de la adultez.