El propósito de esta fecha es visibilizar la conducta suicida como un problema grave de salud, para generar mecanismos de apoyo a personas con patologías psiquiátricas que lo pudieran ocasionar.
El día mundial de la salud mental, que se celebra el 10 de octubre, este 2019 se centra en la prevención del suicidio. En este contexto, la Organización Mundial de la Salud proporciona alarmantes cifras que obligan a prestar atención a una realidad varias veces desatendida. Cada 40 segundo una persona se suicida, en consecuencia, cada año se pierden 800.000 vidas por este motivo.
Las autoagresiones y conductas suicidas en adolescentes son frecuentes motivos de consulta en los servicios de urgencia, generando angustia entre los familiares y el equipo médico. Una realidad desestabilizadora que produce incertidumbre respecto de su manejo, aun existiendo protocolos claros y bien definidos sobre lo que se debe hacer.
Contexto salud mental en el mundo
En el mundo, el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes entre 15 y 29 años. Además, hay otros factores que preocupan a los expertos en salud mental, estas son: pensar que sería bueno morir, las ideas de quitarse la vida y el intento de suicidio. Sobre esto, el doctor Alfonso Correa, jefe de la Unidad de Psiquiatría Infantil de Clínica Alemana, enfatiza la necesidad de conversar sobre el tema estar atentos unos de otros y de empatizar con aquellas personas que se sienten sobrepasadas y, por tanto, propensas a incurrir en suicidio.
“El riesgo de la reincidencia de la conducta de autoagresión y la posibilidad de que esta conducta sea una alerta respecto a la presencia de alguna patología de base, debe generar las medidas correspondientes para el tratamiento adecuado y para realizar los cambios que correspondan a nivel familiar y escolar”, comenta.
Realidad de la salud mental en Chile
Los datos del MINSAL 2019 indican que por cada muerte por suicidio existen a lo menos 20 personas que lo han intentado y otras 50 que tienen la idea de hacerlo. Cifras que relevan la importancia de que los jóvenes dispongan de los mecanismos de adaptación necesarios para enfrentar los desafíos que se les presentan. “Necesitamos estar atentos y acompañar al que tenemos al lado, necesitamos mirarnos, pero no quedarnos en eso. Con solo mirar a los ojos no podemos decir que vamos a prevenir el suicidio. Estar atento y en contacto con el otro requiere que estemos dispuestos a dar algo, a compartir, llevar a cabo la acción de acercarnos, validándonos, respetándonos y disponiéndonos a conocer al otro, en lo que el otro realmente es, con sus fortalezas y sus debilidades. Con ello se pueden favorecer aspectos protectores y disminuir la posibilidad de que esa persona actúe contra su vida”, señala el psiquiatra.
Afortunadamente los suicidios se pueden prevenir, con estrategias de carácter multidisciplinario. En ese ámbito el doctor Correa agrega: “Lo primero es acabar con la estigmatización para que más personas se sientan confiadas en pedir ayuda”. En tanto, la OMS alude a las cuatro intervenciones esenciales para ello: restringir el acceso a los medios de suicidio, alentar a los medios de comunicación a no usar lenguaje sensacionalista cuando se hable de este tema, promover programas para que los jóvenes valoren la vida e identificar el riesgo de esta conducta.
Factores de riesgo en población juvenil
Los factores de riesgo de conducta suicida en adolescentes son:
- Género: los varones tienen mayor riesgo de suicidio consumado (uso de métodos más violentos y letales). Por otro lado, los intentos son considerablemente más frecuentes en mujeres.
- Psicopatología: en adolescentes, la triada psicopatológica de trastorno depresivo, conducta impulsiva y consumo de sustancias, aumenta hasta 10 veces el riesgo de intento suicida. Otras psicopatologías a considerar incluyen: trastorno de conducta (hombres), trastorno de alimentación (mujeres), trastorno bipolar, trastornos ansiosos graves, psicosis y abuso físico o sexual.
- Factores genéticos: antecedentes familiares de suicidio y de patología anímica (depresiva) severa.
- Disfunción familiar severa y falta de red de apoyo.
- Minorías sexuales, étnicas o de cualquier índole que afecten la integración y aceptación por el grupo de pares.
- Enfermedad física severa, crónica o discapacitante.
- Factores psicológicos: sentimientos persistentes de desesperanza y abandono.
- Intento suicida previo, que aumenta 30 veces el riesgo de suicidio consumado en hombres y 3 veces en mujer.
En el día de la salud mental la invitación es mirar y tender la mano a quienes necesiten ayuda, todos los días del año.