En la época de invierno se deben redoblar los cuidados de la piel rosácea debido a que los cambios bruscos de temperatura, la falta de humedad del ambiente y la contaminación, afectan a las pieles sensibles.
El clima frío daña la piel, especialmente la que se expone al frío, por lo que es la temporada ideal para reforzar sus cuidados.
Con las temperaturas frías, este órgano pierde más agua, por lo tanto, se seca rápidamente tornándose sensible y vulnerable a irritarse. De hecho, el aspecto que adquiere es en general más pálida, lo que no responde solamente a la falta de sol.
Otro factor que incide es la vasoconstricción que provoca el frío, con lo que los capilares se contraen. En consecuencia, la piel recibe menos nutrientes y oxígeno, se exfolia de manera más lenta y en consecuencia se acumulan células muertas.
En general, las pieles más susceptibles a este tipo de efectos son las blancas y delicadas, además de las que están expuestas al aire acondicionado o calefacción, de forma directa y permanente. "Por eso -explica la doctora Francisca Daza, dermatóloga de Clínica Alemana- los productos recomendados en esta época del año son las clásicas cremas hidratantes de marcas dermocosméticas, que aportan lípidos y ceramidas que aumentan la cantidad de agua dentro de la piel y además ayudan reteniendo la que está al interior”.
Otra alternativa es aprovechar las ventajas de estas condiciones climáticas, como la menor exposición a los rayos solares, para obtener mejores resultados.
Tipos de tratamientos faciales
Para aquellas personas que buscan mayor luminosidad en el rostro, mejorar aspectos de cicatrices, acné y manchas, la especialista recomienda el tratamiento peeling. Es un procedimiento muy sencillo, ya que el dermatólogo aplica una sustancia química provocando una descamación controlada y generando renovación de la piel.
Otra opción es el láser vascular, de rejuvenecimiento o ablativo fraccionado. Este último funciona con un daño controlado a la piel, logrando su regeneración y mejora en el aspecto de arrugas, manchas y cicatrices a través de la estimulación del colágeno propio de la piel.
Sin embargo, el tratamiento más innovador es el microneedling. En él, se deslizan mini agujas por la piel provocando punciones en las capas superficiales. Este procedimiento busca que se produzca mayor cantidad de colágeno, una proteína natural que se va perdiendo con el paso de los años. El resultado, una piel más luminosa, menos manchas e, incluso, disminución de cicatrices y estrías.
En el caso de los tratamientos corporales, la especialista recomienda la técnica del láser para disminuir estrías o para eliminar las venitas de las piernas.
¿Qué hacer en presencia de rosácea?
En la época de invierno se deben redoblar los cuidados de la piel rosácea debido a que los cambios bruscos de temperatura, la falta de humedad del ambiente y la contaminación, afectan a las pieles sensibles. "Se debe aplicar crema para mejorar la barrera cutánea, consiguiendo hidratar el rostro y que la piel retenga más agua. Hay productos que impiden su pérdida o que la aumenta, por lo que se sugiere hacer una combinación entre ambas", asegura la doctora Daza.
Para disminuir la apariencia rosácea, se sugiere una limpieza suave con jabón y agua micelares para pieles sensibles, máximo dos veces al día.
La piel normal también requiere cuidados
Para una mujer con piel normal, la dermoestética sugiere una limpieza facial profesional, al menos, una o dos veces al año. Ahora, quienes sufran de poros dilatados o quistes de milium -pelotitas blancas en mejillas u ojos-, se recomienda una limpieza más frecuente para que la piel respire mejor y no se acumulen toxinas ni residuos.
Otros procedimientos faciales
El resto de los procedimientos estéticos como bótox, ácido hialurónico y rellenos se pueden hacer en cualquier época del año.
El ácido hialurónico es una sustancia que secreta la piel, por lo que es muy bien tolerada cuando se inyecta. Usualmente, se utiliza como relleno para dar más volumen a los pómulos, rellenar surcos alrededor de la boca y labios u otras zonas. Su aplicación no requiere anestesia y, según el caso, la sesión puede demorar entre 20 a 30 minutos.
Su efecto tiene una duración de cuatro meses o más, dependiendo de cada paciente, y del grosor de los surcos a rellenar. “Es importante que todos los procedimientos estéticos deben realizarse por especialistas en la materia”, enfatiza la especialista. Clínica Alemana cuenta con un equipo dermoestéticos certificados para ello”.
Departamento de Dermatología de Clínica Alemana.