Nueva técnicas en fototerapia y productos biológicos con efecto inmunosupresor, encabezan las soluciones más efectivas contra esa patología.
El enrojecimiento y la formación de escamas en la piel, son las principales características de la inflamación provocada por la psoriasis, enfermedad inmunológica crónica que puede estar latente en el organismo por largo tiempo hasta que se desencadena por causas como el estrés, traumatismos locales, infecciones bacterianas, uso de corticoides sistémicos, consumo de alcohol o abuso de antiinflamatorios, entre otros.
“Este trastorno se provoca por la activación del sistema inmune de la línea celular (adaptativa) y de los mecanismos inmunológicos básicos (innata). Y aunque es difícil determinar cuánto pesa cada uno de los factores inductores, una buena historia clínica puede aclarar su importancia”, señala el doctor Raúl Cabrera, dermatólogo de Clínica Alemana.
El especialista indica que la psoriasis afecta a entre un 2% y 3% de la población, y que en el caso de los niños, “un 5% la presenta antes de los cinco años y un 10% hasta los diez años'. Las manifestaciones van desde la inflamación con enrojecimiento (eritema) hasta la formación de escamas, las que pueden estar dispuestas en forma de gotas o en placas de mayor tamaño. En ciertos casos, éstas pueden abarcar grandes extensiones del cuerpo hasta comprometer más del 70% de la superficie cutánea (psoriasis eritrodérmica). Además, existen otras formas de ella localizadas en el cuero cabelludo y en las uñas.
Este trastorno provoca una intensa picazón que lleva al paciente a rascarse continuamente, lo que a su vez provoca un círculo vicioso que incrementa la enfermedad.
En la actualidad, existen múltiples terapias para la psoriasis. Y si bien ninguna de ellas es 100% efectiva de manera individual, sus avances han logrado significativos resultados en el control de esta afección en sus diferentes grados.
Los tratamientos para la psoriasis
Para tratar su manifestación más visible -las lesiones en la piel- se utilizan generalmente cremas emolientes o lubricantes, otras con corticoides, champús especiales y productos derivados de la vitamina D, además de tratamientos de tipo sistémico orientados a suprimir el sistema inmunológico, como la fototerapia, es decir, la aplicación de luz ultravioleta que puede ser de distinto tipo dependiendo de las lesiones y de la edad del paciente.
'En Clínica Alemana disponemos de luz ultravioleta tipo B de banda ancha y angosta, y de puvaterapia, uno de los tratamientos más efectivos. Este último método consiste en exponer la zona afectada a una luz ultravioleta (UVA), que actúa como inmunosupresor (antiinflamatorio). Esto es complementado con el consumo previo (una hora y media antes) de fármacos orales llamados psoralenos que actúan como potenciadores (fotosensibilizantes) de la luz en las células inflamatorias', explica el dermatólogo.
Dependiendo del caso, se realizan sesiones de alrededor de 20 minutos, tres o cuatro veces a al semana. Clínica Alemana cuenta con cabinas especiales para aquellas personas que requieren puvaterapia en todo el cuerpo, y con otros equipos para tratamientos más localizados, por ejemplo, sólo para manos y pies. También hay dispositivos que son verdaderas peinetas que permiten aplicar la luz en el cuero cabelludo.
El objetivo es disminuir los signos y síntomas a nivel cutáneo, es decir, eliminar o reducir las manchas rojas, la picazón y otras molestias. 'En Clínica Alemana, hemos obtenido muy buenos resultados, el que ha alcanzado un grado de efectividad del 80-90%, en 20 o 30 sesiones', asegura el especialista.
Pero sin duda, uno de los tratamientos más revolucionarios han sido los productos biológicos, lanzados al mercado recién en la última década. Estas drogas inyectables consisten en anticuerpos o defensas sintéticas que atacan directamente a los glóbulos blancos que están invadiendo la piel o a los mediadores de la inflamación.
Su grado de efectividad es también muy alto, sobre el 80-90%. Sin embargo, a diferencia de la puvaterapia, tienen una indicación muy específica, debido a su elevado costo. 'Se consideran distintos aspectos, como que el paciente no responda a los otros tratamientos o que tenga un compromiso articular importante, dado que ayuda a detener el deterioro de las zonas afectadas', asegura el especialista.
Los efectos benéficos tanto de la Puvaterapia como de los tratamientos biológicos duran alrededor de seis u ocho meses, por lo que luego de este tiempo deben volver a tratarse con esta u otra alternativa terapéutica. Sin embargo, hay personas que quedan libres de la enfermedad por un periodo más largo o, incluso, para siempre.
Considerando que esta enfermedad afecta a la persona tanto física como anímicamente, es importante que el tratamiento sea integral, es decir, que esté a cargo de un equipo multidisciplinario que incluya dermatólogo, psiquiatra y, si hay dolor articular, reumatólogo.
El impacto emocional de la psoriasis
La psoriasis puede tener serias consecuencias a nivel psicológico. Los síntomas de esta enfermedad generan estrés, incomodidad y tensión emocional en el paciente, lo que a su vez facilita la aparición o su desarrollo en personas vulnerables.
'Como en cualquier enfermedad crónica, el impacto emocional depende de diversos factores como, por ejemplo, si comienza en la infancia o adolescencia las personas pueden afectarse más, pues cuentan con menos elementos psicológicos para hacerle frente”, subraya el doctor Alejandro Koppmann, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Clínica Alemana.
El especialista advierte que ese impacto es mayor si el paciente carece de un buen apoyo familiar y social, o si arrastra una historia de estigmatización por los efectos físicos que puede provocar este trastorno como cicatrices o aumento de peso por causa de los corticoides. 'Si no se cuenta con apoyo psicológico o hay demora en consultar, el pronóstico también empeora', observa.
Para alejar las crisis o brotes de la enfermedad, así como reducir su intensidad, el doctor Koppmann recomienda modificar el estilo de vida de la persona afectada “incorporando estrategias de resolución de problemas y una mejor expresión emocional, de manera que pueda dar a conocer los sentimientos de manera adecuada y no por medio de un síntoma físico'.