En su aparición pueden influir factores como un esfuerzo mal realizado, sobrepeso, patología degenerativa de columna, estrés y malas posturas.
El lumbago tiene manifestaciones que van desde una leve molestia, a un dolor intenso e invalidante que puede provocar gran limitación para realizar actividades cotidianas, por lo que suele ser un motivo de frecuente consulta.
“Anualmente, más de 2.500 pacientes acuden al Servicio de Urgencia de Clínica Alemana por esta causa”, afirma el doctor Juan José Zamorano, traumatólogo de columna de la institución, quien agrega que distintos estudios internacionales han revelado que esta patología representa una causa importante de discapacidad a nivel mundial.
El especialista sostiene que el primer episodio de lumbago ocurre, habitualmente, entre los 20 y 40 años de edad y afecta tanto a mujeres como a hombres. “En la mayoría de los casos, no existe una sola causa, sino que se produce por una combinación de factores como un esfuerzo mal realizado, sobrepeso, condición física deficiente -particularmente de los músculos abdominales y lumbares-, patología degenerativa (desgaste) de la columna vertebral, factores genéticos, tabaquismo, estrés y malas posturas”, precisa.
Generalmente, estos cuadros no son graves y suelen durar un tiempo limitado. Sin embargo, hay ocasiones en que el dolor puede prolongarse e incluso volverse crónico.
¿Cómo tratar el lumbago?
El diagnóstico de esta enfermedad es habitualmente clínico, es decir, solo se requiere una detallada historia médica del paciente, complementada con el examen físico (sin necesidad de realizar exámenes).
En algunos casos, es posible que el dolor lumbar sea producto de otra patología o condición potencialmente grave. Para descartar esta posibilidad -explica el doctor Zamorano- se debe evaluar si existen otros antecedentes o síntomas asociados como por ejemplo, una baja de peso sin explicación, antecedente de cáncer, fiebre prolongada, traumatismos, cirugías de columna recientes o pérdida del control de esfínteres, de fuerzas o de sensibilidad en las extremidades inferiores.
“En estos casos sí es necesario realizar exámenes de imágenes -como radiografías, scanner o resonancia magnética- o de laboratorio, para diagnosticar patologías más graves como hernias lumbares, tumores, infecciones o fracturas. En el caso de que alguna de estas enfermedades sea detectada, es necesario que el paciente sea evaluado por un cirujano de columna, de manera de realizar un tratamiento de forma oportuna”, destaca el doctor Zamorano.
Cuando no existen indicios de estas u otras patologías potencialmente graves, como ocurre en la mayoría de los casos, el tratamiento se enfoca en el alivio del dolor. Generalmente, se usan medicamentos como antiinflamatorios, analgésicos y relajantes musculares en forma combinada, junto con medidas físicas, como calor local y ejercicios de fortalecimiento de los músculos del abdomen y de la zona lumbar.
“Debe evitarse el reposo en cama, ya que este se asocia a problemas como pérdida de masa muscular, rigidez articular y pérdida de densidad ósea, entre otros. Es recomendable mantenerse activo según tolerancia, evitando esfuerzos como flexionar el tronco de manera prolongada o levantar objetos pesados mientras dure el cuadro”, aconseja el traumatólogo.
¿Cómo prevenir el lumbago?
Para prevenir episodios recurrentes de dolor lumbar, es aconsejable:
• Tener un peso adecuado.
• Realizar ejercicios para mantener una buena musculatura abdominal y lumbar.
• Evitar malas posturas o posiciones prolongadas.
• Restringir esfuerzos excesivos o repetitivos con el tronco.
Departamento de Traumatología