Nódulos pulmonares: No siempre piense en lo peor

La realización de una biopsia es fundamental para identificar el tipo de tejido y las acciones a seguir.

Por Clínica Alemana ene. 9, 2019, 13:11

Cuando el médico diagnostica un nódulo pulmonar a un paciente, este último puede sentir que se le viene el mundo encima. La idea de cáncer es el primer fantasma que aparece en su mente, pero es bueno saber que no siempre estos tejidos anormales, que pueden convertirse en tumores en la medida que crecen. Muchos de ellos son benignos.

'Es frecuente que luego de una inflamación infecciosa quede una cicatriz esférica en el pulmón. Dentro de éstas, sobre todo en nuestro medio, la tuberculosis, puede dejar una lesión nodular conocida comúnmente como granuloma, pero que desde el punto de vista radiológico corresponde a un nódulo pulmonar solitario', explica el médico broncopulmonar Hernán Cabello, jefe de la Unidad de Enfermedades Respiratorias de Clínica Alemana.

El hallazgo de un nódulo pulmonar es un diagnóstico radiológico que habitualmente se pesquisa en una persona que es sometida a una radiografía de tórax, por cualquier razón. Las estadísticas indican que aparece uno o dos nódulos por cada 1.000 exámenes de este tipo realizados.

El nódulo pulmonar menor de 10 mm. pueden no tener mayor importancia y se trata, generalmente, de lesiones benignas, sobre todo en personas menores de 40 años, no fumadoras y sin historia de cáncer. Para tener certeza de lo anterior, interesa controlar su eventual crecimiento, siendo una buena opción el chequeo con scanner de acuerdo a lo que indique un especialista.

"En ocasiones los pacientes tienen en su casa estudios radiológicos anteriores y es posible rescatar las imágenes (no los informes) y así poder asegurarnos de la antigüedad de una lesión. No pocas veces nos encontramos con la agradable sorpresa de que un nódulo que se está diagnosticando recién ya estaba presente en radiografías previas, lo cual puede casi asegurar la naturaleza benigna del mismo si no ha crecido en 2 o 3 años", dice el doctor Cabello.

De esta forma, el médico precisa que 'el concepto que manejamos los médicos broncopulmonares es que los nódulos son benignos o malignos, una distinción que no siempre es fácil de hacer sin llegar a la biopsia. Pero una vez que tenemos certeza diagnóstica de que se trata de una lesión benigna, ésta no se maligniza'.

No obstante, admite que siempre existe la remota posibilidad de que sobre una cicatriz fibrótica en el pulmón se desarrolle un cáncer, y para evitar una sorpresa se recomienda a los pacientes un control periódico.

Los escenarios más complejos

Distinto es si el estudio logra definir que ese nódulo tiene una alta posibilidad de ser un cáncer. Entonces caben dos posibilidades. Puede que se trate, con mayor frecuencia, de un tumor primario del pulmón o cáncer broncogénico, el tipo más común dentro de las neoplasias malignas que afectan al sistema respiratorio.

'En este caso, dentro de lo malo que es tener un cáncer pulmonar, podríamos estar en el mejor de los escenarios, pues ese nódulo, detectado y operado a tiempo, tiene una curación completa, con una sobrevida cercana al 75-80% de los pacientes al cabo de cinco años de la cirugía', explica el doctor Cabello.

En otras palabras, si ese nódulo es canceroso y el estudio preoperatorio demuestra que no existe metástasis, la posibilidad de curación completa con cirugía es alta y es lo que corresponde hacer.

"Si el nódulo canceroso, en cambio, corresponde a una metástasis de un tumor extrapulmonar (colon, estómago, piel u otro órgano), la invasión tumoral del pulmón, ya sea como un nódulo único o múltiples, representa un estado avanzado de enfermedad (un cáncer diseminado) y, por lo tanto, habrá que conversar con el broncopulmonar y el oncólogo sobre las posibilidades de tratamiento del cáncer primario, antes de operar", añade el especialista.

Medidas de prevención

El factor de riesgo que más puede incidir en la irrupción de un cáncer pulmonar, aparte de la incidencia de variables hereditarias, es el hábito de fumar. Por lo tanto, la mejor prevención del cáncer de pulmón, y de otras neoplasias malignas, es dejar este dañino hábito.

"Si el paciente no puede dejar de fumar o ya lo abandonó, pero tiene más de 40 o 45 años, debiera consultar a su médico, no sólo para pesquisar un cáncer, sino también para evaluar otros posibles daños del tabaco sobre el aparato respiratorio y cardiovascular", manifiesta el médico de Clínica Alemana.

Por último, el doctor Cabello enfatiza que ante el hallazgo de un nódulo, el paciente siempre debe consultar a un especialista, quien tendrá que realizar un interrogatorio completo, un examen físico exhaustivo y si es posible revisar radiografías previas. "El peor error sería ir directamente a un examen, sin haber pasado antes por el filtro de un broncopulmonar, que evalúe todos los antecedentes y no sólo una imagen radiológica", concluye.