Tomarse la presión aunque no existan síntomas

Descrita como una "asesina silenciosa" causante de graves problemas de salud sin mostrar síntomas previos evidentes, la hipertensión arterial afecta a una cuarta parte de la población del país, aumentando los riesgos de sufrir complicaciones como hemorragia cerebral, insuficiencia cardíaca, infarto del miocardio o cerebral, y llegar a diálisis crónica por daño renal.

Por Clínica Alemana may. 17, 2019, 15:51

La pesquisa oportuna de pacientes asintomáticos antes de que sufran daños orgánicos, es el objetivo principal de la campaña de prevención.

Descrita como una "asesina silenciosa" causante de graves problemas de salud sin mostrar síntomas previos evidentes, la hipertensión arterial afecta a una cuarta parte de la población del país, aumentando los riesgos de  sufrir complicaciones como hemorragia cerebral, insuficiencia cardíaca, infarto del miocardio o cerebral, y llegar a diálisis crónica por daño renal.

Entre quienes necesitan una vigilancia médica más estrecha, el doctor Emilio Roessler, nefrólogo de Clínica Alemana, destaca a las personas que tienen condiciones como obesidad y  sobrepeso, hábitos como el tabaquismo y vida sedentaria, al igual que aquellos pacientes que ya han tenido complicaciones orgánicas generadas por la hipertensión arterial a nivel neurológico, cardiovascular o renal, esta última manifestada inicialmente sólo por leves alzas de la creatinina.

En este escenario, el especialista señala que los principales beneficiados por las acciones de prevención son las personas que si bien presentan un cuadro de hipertensión, aún no han sufrido daño orgánico. “Las campañas de búsqueda de hipertensos son muy importantes para detectar nuevos casos asintomáticos. Por eso, hay que extremar el rendimiento de los planes preventivos, ya que si la hipertensión arterial se trata a tiempo, el riesgo de padecer daño orgánico se minimiza y equipara al del resto de la población. Es una inversión a largo plazo pero su rendimiento es muy alto”, explica.

Para avanzar en esta línea, el doctor Emilio Roessler enfatiza la necesidad de que todas las personas mayores de 18 años se controlen la presión una vez al año, lo que es una recomendación de la OMS, y que esta medida se incorpore plenamente en todos los programas preventivos y en la práctica médica común.

Beneficios del control permanente

Entre las principales patologías derivadas de este trastorno están la hemorragia cerebral, insuficiencia cardiaca, cardiopatía coronaria, estrechez de la arteria de las extremidades inferiores, insuficiencia renal y deterioro cerebral (demencia por múltiples micro infartos cerebrales).

Para las personas que ya han sufrido alguna de esas condiciones, el control permanente de su presión arterial también es fundamental para evitar que repitan algún accidente y mejoren su condición de salud. “Está demostrado que los pacientes con enfermedad renal que se tratan la presión arterial, doblan la sobrevida de su riñón sin diálisis, en comparación con aquellos que no lo hacen”, indica el doctor Roessler.

Se sugieren los siguientes cambios en el estilo de vida para mejorar los índices de hipertensión, retardar o evitar la ingesta de fármacos:

¿Cómo podemos prevenir la hipertensión arterial?
Disminuyendo el exceso de sal.
Realizando ejercicio físico con regularidad, idealmente todos los días. los días.
Manteniendo el peso normal.
Comiendo más frutas y verduras.
Disminuyendo el consumo de grasas total y de grasas saturadas.

Dieta y ejercicio:

Enfocada en dieta y ejercicios cardioprotectora en algunos pacientes tienes efectos positivos en los marcadores de presión arterial. Investigadores del Department of Nutritional Sciences del Kings College London evaluaron el efecto de las antocianinas, compuesto que le da el color al arándanos y se demostró que tras un mes de consumir 200 gramos diariamente los participantes del estudio redujeron en promedio 5 mmHg.

Los ejercicios aeróbicos (caminata rápida, trote o andar en bicicleta) durante 30-60 minutos, realizados tres a cinco veces a la semana tiene efecto en reducir la presión arterial.

Bajar de la ingesta de sal:

Reducir la ingesta de sal puede permitir a pacientes en tratamiento farmacológicos, eventualmente, dejar de tomar los medicamentos y así mantener un buen control de su presión arterial.
Al respecto la organización Mundial de Salud (OMS) recomienda un consumo de no mayor a 5 o 7 gramos diarios de sal, incluyendo la que tienen intrínsecos los alimentos.

Consumo de alcohol de café:

Un vaso de vino de 150 cc, una cerveza de 100 cc, un trago de licor de 45 cc como el ron, pisco, whisky y vodka se asocia a una elevación de la presión arterial y a una menor salud cardiovascular y hepática.

Por su parte, el consumo excesivo de café de grano (5 o más tasas al día) se relaciona a una elevación de la presión arterial en personas con y sin un diagnóstico.

Tabaco:

Aunque no existe una relación directa entre fumar y la presión arterial sí hay evidencia en que constituye el principal factor de riego de enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Terapias de relajación:

Todas las medidas para reducir el estrés promueven un estilo de vida saludable y reducirían, eventualmente, la presión arterial.