Analgesia en el parto: mitos, beneficios y riesgos

Muchas son las dudas que surgen al momento de enfrentar el parto. Varias tienen que ver con el uso de anestesia: ¿es segura para el bebé?, ¿duele mucho su aplicación?, ¿permitirá que la mamá esté bien despierta en ese importante momento? Aquí, algunas respuestas.

Por Clínica Alemana sep. 1, 2020, 16:52

Muchas son las dudas que surgen al momento de enfrentar el parto. Varias tienen que ver con el uso de anestesia: ¿es segura para el bebé?, ¿duele mucho su aplicación?, ¿permitirá que la mamá esté bien despierta en ese importante momento? Aquí, algunas respuestas.  

 

“Lo principal es tratar de aclarar algunos mitos que circulan en la información pública”, explica el doctor Guillermo Hidalgo, del Servicio de Anestesia de Clínica Alemana. Junto con ello, señala que “no hay que tener miedo con la utilización de la anestesia en un fenómeno natural como es el parto”

Sobre la diferencia entre un parto normal y una operación cesárea, desde el punto de vista de la anestesia, el doctor explica que “los dos eventos son totalmente diferentes”.

En un parto, “se trata de dar una analgesia, es decir que la mamá siga con su trabajo de parto, pero que el dolor este disminuido ojalá a cero. Esto no significa que quedará confinada a la cama, que no pueda caminar o que no pueda hacer sus ejercicios durante el proceso”, advierte.

 

Situación distinta se da en la operación cesárea, que “pasa a ser directamente una operación quirúrgica, como cualquier otra y, en ese caso, la paciente debe recibir una anestesia quirúrgica, que debe ser suficiente como para realizar una operación sin problemas”, explica el anestesiólogo.

 

En este último caso, “la paciente no puede elegir y debe necesariamente recibir algún tipo de anestesia”, indica. Además, añade que, idealmente, la madre esté consciente, por lo tanto, se aplica una anestesia neuraxial, que permite bloquear las sensaciones dolorosas que vienen por el neuro eje, es decir desde de la periferia, abdomen, útero, periné, vagina, recto, y que viajan a través de la médula espinal y siguen hacia el cerebro que es el órgano que percibe el dolor.

 

En el caso del parto normal, las pacientes “pueden elegir si quieren recibir anestesia o no.  Eso depende de los conceptos que tengan ellas con respecto al parto”, explica.

No obstante, “siempre va a haber un anestesiólogo cerca en nuestra maternidad, durante las 24 horas y todos los días del año, porque el parto es impredecible, nunca se sabe en qué momento se puede producir una emergencia o una complicación”, detalla el doctor.

 

También puede haber un cambio de opinión por parte de la paciente en medio del trabajo de parto, situación para la que hay que estar preparados.

 

Tipos de anestesia, efectos y seguridad para la paciente y su hijo

 

El dolor durante el parto va siguiendo una curva: se inicia muy suavemente y lentamente va ascendiendo y aumentando. Tiene como característica muy importante que no es constante, sino que acompaña a cada una de las contracciones uterinas. Cuando ya existe un nivel de dolor que se necesite aliviar, se aplica la anestesia. El nivel de dolor lo expresa la misma paciente en una escala de 0 (ausencia total de dolor) a 10 (máximo dolor que podría experimentar)

 

Las dos principales anestesias que se usan son la Epidural y la Raquídea. Ambas se ponen en la parte baja de la espalda, pero la diferencia radica en el sitio de acción de cada una.

Epidural o Peridural: se inyecta en el espacio epidural, que anatómicamente es un lugar que está por fuera del envoltorio de la médula espinal.

 

Espinal, Raquídea o Intratecal: funciona dentro del saco de la médula espinal y “es mucho más rápida, más intensa, más densa y la usamos generalmente para cirugías”, explica el doctor.

 

Combinada Espinal – Epidural: es una tercera técnica en que se utilizan las dos anteriores simultáneamente durante la misma punción. “Se obtienen las ventajas de cada una y se evitan las desventajas de ellas. También permite dejar instalado un catéter epidural para seguir administrando dosis de analgesia a través de todo el trabajo de parto y eventualmente, aplicar una dosis quirúrgica en el caso de pasar a operación cesárea”, advierte el doctor.

 

Sobre su administración, el anestesiólogo indica "que se inicia con una anestesia local en la piel que provoca una sensación pasajera de ardor local”. Esto, porque primero se utiliza una aguja muy delgada y fina que anestesia la zona donde va a ir después la aguja epidural o espinal específica.

 

Cuando la anestesia neuraxial ya está aplicada, la cantidad de droga que se requiere para bloquear el impulso doloroso es baja y circunscrita donde se ubican los nervios, de tal manera que el paso de los anestésicos a la sangre materna y que, eventualmente, podrían llegar al feto es mínimo.

 

¿Qué produce la anestesia?

  • Alivio del dolor y tranquilidad del entorno.
  • Colaboración: “la mamá puede caminar, hacer ejercicios con la pelota de Pilates o cualquier otro ejercicio que esté indicado por su matrona. También va a colaborar pujando en el momento en que la guagüita salga”, dice el doctor.
  • Facilita procedimientos obstétricos
  • Favorece el apego: la paciente sin dolor se puede concentrar de mejor forma en el recién nacido.
  • Entrega seguridad: “el catéter que está puesto nos da la seguridad de que, si en un momento dado se produce una emergencia, podemos utilizarlo de inmediato y evitar la anestesia general en casos de urgencia”, dice el doctor.

 

Algunos eventos posibles:

  • Picazón en el cuerpo
  • Hormigueo y calor en las piernas
  • Baja de presión: en trabajo de parto es poco frecuente, pero sucede más en la operación cesárea. Por eso se monitorizan todos los signos vitales de la paciente en todo momento.
  • Contracciones muy potentes y largas con bradicardia fetal: cuando esto ocurre se revierte este efecto a través de una tocólisis. Es decir, se relaja un rato el útero para que empiece a recuperar sus contracciones con una potencia normal.
  • Reaparición del dolor: para esto se refuerza la analgesia a través del catéter epidural antes que el dolor vuelva a los niveles iniciales
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“En toda acción médica siempre va a haber una relación riesgo-beneficio, en este caso son mucho mayores los beneficios que los eventuales riesgos, dice el doctor, quien agrega que se trata de un procedimiento muy seguro actualmente.

 

Además, “la madre puede participar activamente y se siente parte del proceso. La anestesia es muy versátil, en el sentido que podemos partir con una muy suave analgesia para trabajo de parto, hasta una muy intensa anestesia para operación de cesárea”, concluye.