Jugar es una de las primeras actividades que aprenden los niños y a pesar de que parece algo meramente recreativo, de acuerdo con lo definido por el Artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño.
Jugar es una de las primeras actividades que aprenden los niños y a pesar de que parece algo meramente recreativo, de acuerdo con lo definido por el Artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño, el derecho al juego, la recreación y el esparcimiento es fundamental para el desarrollo pleno de la infancia.
Así lo confirma también Sonia Castro, psicóloga infantil de Clínica Alemana comentando que “el juego es una actividad esencial para el desarrollo y el aprendizaje de los niños, porque a través de esta actividad, el niño desarrolla su imaginación, explora su medio ambiente, expresa su visión del mundo, desarrollar su creatividad y habilidades socioemocionales entre pares y adultos”.
Es habitual que los padres no dediquen todo el tiempo necesario a jugar con sus hijos por diversos motivos entre los que la psicóloga de Clínica Alemana destaca:
- Sobrecarga de la vida cotidiana
- Priorizar el trabajo
- Obligaciones domésticas diarias
- Cansancio
Sin embargo, según la especialista es sumamente relevante que los padres entiendan la relevancia de jugar con sus hijos y que no lo consideren como una obligación, sino que más bien como tiempo de calidad con ellos.
“El principal error es dejar de disfrutar lo maravilloso que es interactuar con el ser más querido que uno puede tener en la vida: un hijo”, comenta.
Importancia de jugar con los niños
El juego es el medio más eficiente y claro que poseen los niños para comunicarse con el mundo y el rol de los padres es cuidarlos, acompañarlos y entregarles un espacio para experimentar y sentir. Es por lo anterior que el no dedicar un tiempo adecuado a jugar con los niños, puede llevar a que ellos lo perciban como algo negativo.
“El no entrar en este espacio con los hijos considerando que es el lugar que ellos más conocen y usan para relacionarse con el mundo, podría interpretarse como que no los quieren, que se sientan abandonados o no considerados”, asegura la experta.
“La presencia y apoyo de los padres son elementos muy significativos para los pequeños, ya que se genera un espacio de confianza entre padres e hijos”, agrega.
Beneficios
Además de disfrutar junto a los niños, el juego cumple un rol fundamental en su desarrollo y entre sus beneficios se encuentran:
- Maduración psicomotriz, cognitiva y física
- Afirma el vínculo afectivo con sus padres y favorece la socialización
- Coordinación psicomotriz y la motricidad gruesa y fina
- Desarrollo sensorial, mejora la concentración y estimulan el desarrollo cognitivo
- Aumenta la capacidad de atención y los pone más activos
- Contribuye a experimentar emociones como sorpresa y felicidad. Los niños aprenden a conocerse mejor y auto regularse emocionalmente
- Favorece las relaciones dentro de la familia y fortalece lazos, lo que además entrega seguridad en el niño
- Jugar en familia aporta al desarrollo de habilidades sociales. Los niños aprenden a controlarse, a negociar, a trabajar en equipo, a esperar y a compartir. Los niños que juegan con adultos desarrollan mayores competencias a la hora de relacionarse con otros niños, profesores y familiares. Las vivencias positivas adquiridas mediante el juego son transmitidas a otras experiencias
- Se potencia la creatividad e imaginación, esto les que permite resolver problemas, manejar diferentes situaciones y contribuyen a mejorar el desempeño escolar
- Desarrolla la autonomía e independencia
- Permite que los niños sean felices, mientras sea una experiencia positiva, restauradora y relajante, porque está haciendo lo que le gusta
- Da la oportunidad a los padres de ver a sus hijos felices
Asimismo, jugar con los niños tiene una serie de ventajas para los padres entre las que la psicóloga destaca:
- Ayuda a conocerse mejor y generar pensamientos positivos
- Fomenta la empatía, paciencia y tolerancia a la frustración
- Permite a los padres conocer mejor a sus hijos y observar sus emociones y reacciones
¿Cuánto tiempo debo dedicar a jugar con mi hijo?
La recomendación es que al menos una vez al día, los padres se den el tiempo de jugar con los niños a lo menos 10 a 15 minutos. No obstante, esto va a variar, dependiendo de la edad y las actividades diarias del niño, por ejemplo:
Niños hasta los 5 o 6 años: el juego es la actividad principal y se convierte en una herramienta de aprendizaje muy valiosa. En esta etapa es bueno dedicar el mayor tiempo posible de juego al día con los niños.
Niños de 6 a 12 años: cuando entran al colegio, los deberes de este periodo y las actividades extraescolares suelen ocupar, en muchos casos, la totalidad del tiempo libre de los niños. Por lo que es importante que, en estas edades, puedan disponer de a lo menos una hora de tiempo dedicada al juego o tareas que no sean puramente escolares.
Niños a partir de los 12 años: En este periodo de la vida, los intereses de los niños y sus necesidades cambian. Ya no les gusta lo que hacían antes, pero de igual forma es recomendable pasar al menos 10 a 15 minutos con sus padres en actividades que no sean únicamente de estudio.