Roxana Lepín sufría de una hepatitis autoinmune que la llevó a necesitar de un trasplante de hígado que le cambió la vida.
En el año 2010, Roxana Lepín fue diagnosticada con una hepatitis autoinmune. Se trata de una patología que produce una inflamación del hígado, haciendo que el sistema inmunitario de quién la padece ataque a las células hepáticas del cuerpo.
“Esa patología es una enfermedad que ataca al hígado, la provoco yo. Mis defensas en lugar de proteger al hígado generan anticuerpos para que se dañe”, comenta Roxana.
Las causas de la hepatitis autoinmune no están claras, pero existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar la posibilidad de que aparezca, entre los que se encuentran:
- Ser mujer
- Antecedentes de infecciones como: sarampión, herpes simple, virus de Epstein-Barr y hepatitis A, B o C
- Factores genéticos
- Enfermedades autoinmunes como: ser celiaco, artritis reumatoide, hipertiroidismo
Roxana tenía sólo 11 años cuando le descubrieron la enfermedad que, de acuerdo con lo que comenta, afectó enormemente su calidad de vida. “Una niña de esa edad sufre bastante. Yo estaba en el colegio, en 8° básico, me perdí la graduación y tuve que salirme del grupo de baile en el que participaba, porque ya no tenía la misma fuerza”, recuerda.
“Además, empecé a tener cambios físicos por los corticoides, me hinché y me llené de bellos, por lo que fue más difícil lidiar con una enfermedad como la hepatitis autoinmune a esa edad. Después vino la enseñanza media y fue más complicado, porque tuve que faltar a muchas clases”, asegura.
Un trasplante que cambió su vida
Luego de dejar sus controles por largo tiempo, comenzó a ver las consecuencias de no tratar su enfermedad. “En ese tiempo estaba trabajando y tenía que pedir permiso todos los días, por lo que tuve que dejar de ir. Después de esto perdí el apetito, el control de esfínter y ya no hablaba. Ahí fue cuando me dijeron que tenía que hacerme un trasplante de hígado”, dice.
Roxana es beneficiaria del sistema de salud público, por lo que se encontraba internada en el Hospital Padre Hurtado. Estaba muy grave cuando el doctor Marcelo Vivanco, cirujano digestivo, junto con la doctora Alexandra Ginesta, gastroenteróloga; ambos especialistas de Clínica Alemana, la fueron a ver y, gracias al programa de beneficencia de la clínica, lograron trasladarla.
“Tenía una hepatitis autoinmune con una función hepática casi nula, lo que determinó que cayera en una falla hepática fulminante, producto de su enfermedad. Por esto, el traslado oportuno fue clave para poder salvarle la vida”, comenta el doctor Vivanco.
Afortunadamente, una vez en la lista de espera del Centro del Hígado de Clínica Alemana, pudo someterse rápidamente al tan esperado trasplante. “Fue súper rápido, un trasplante compatible era como encontrar una aguja en un pajar, especialmente en tiempos de pandemia, pero se pudo y he tenido una recuperación fantástica”, reconoce Roxana.
“Al día siguiente de la operación me sacaron el ventilador, después la sonda para comer y al tercer día ya estaba caminando, fue una evolución súper rápida”, agrega.