“Cuándo me preguntaron si estaba dispuesta a trasplantarme, pese a la pandemia, no lo dudé ni un minuto”. Loreto Argandoña ha vivido un tercio de su existencia dependiendo de la diálisis.
“Cuándo me preguntaron si estaba dispuesta a trasplantarme, pese a la pandemia, no lo dudé ni un minuto”. Loreto Argandoña ha vivido un tercio de su existencia dependiendo de la diálisis. Tenía apenas 21 años cuando de un día para otro comenzó a depender de una máquina para limpiar su sangre, ya que sus riñones estaban fallando. En ese entonces estudiaba Agronomía en Valdivia y decidió donar sangre, los exámenes de rigor le detectaron una anemia primero y la creatinina alta después, lo que implicaba un problema serio en sus riñones. Desde entonces espera una solución definitiva, es decir, un trasplante.
El doctor José Palacios, jefe del Centro de Trasplantes de Clínica Alemana, explica la importancia de mantener, en la medida de lo posible el esfuerzo para ir en ayuda de estos pacientes. “Uno de cada tres enfermos en lista de espera para trasplante mueren esperando cada año” enfatiza. Y si bien, en el caso de los pacientes renales esta cifra es menor, hay algunas condiciones que justifican plenamente asumir este mayor riesgo que implica la circulación del virus que provoca el Covid-19. Entre ellos, el agotamiento del acceso vascular, es decir, encontrar venas adecuadas para la diálisis se hace cada vez más complejo, pero también sabemos que algunas personas pueden tener una sola posibilidad cada 10 años de encontrar un donante compatible.
Era el caso de Loreto Argandoña, por eso no lo dudó. Con el paso de las semanas, y la experiencia internacional, se han ido afinando los protocolos, en los que se pone en la balanza los beneficios y riegos de cada caso, explica el doctor Palacios. De hecho, todos los trasplantes de donante vivo, que son posibles en riñones e hígado, están suspendidos, ya que implican poner en riesgo a dos personas.
Protocolos de seguridad
El doctor José Palacios indica que, pese a no ser posible descartar del todo un riesgo, se maximizan los cuidados.
- Donante: el equipo de procuramiento realiza un estudio epidemiológico a todo el grupo familiar, además de un test de PCR y scanner de tórax.
- Receptor: se privilegia a los pacientes que tienen riesgo vital si no se trasplantan. Los enfermos en los primeros lugares de la lista de espera se encuentran en cuarententa preventiva.
- Equipo de trasplante: los cirujanos mantienen turnos para no estar en contacto entre ellos y mantener especialistas disponibles.
Loreto estuvo en la clínica apenas 4 días y hoy se recupera satisfactoriamente en su casa. “Me he sentido muy bien”, nos comenta por teléfono, mientras mantiene un estricto aislamiento, ya que uno de los principales riesgos de un trasplante en esta condición es la inmunosupresión en caso de contagiarse con Covid. Por eso, es fundamental cumplir las medidas estrictamente.