Los embarazos no planificados en la adolescencia pueden ser un gran problema y esto ocurre especialmente a aquellos jóvenes que no han recibido una adecuada educación sexual.
Los embarazos no planificados en la adolescencia pueden ser un gran problema y esto ocurre especialmente a aquellos jóvenes que no han recibido una adecuada educación sexual.
Existen muchas ideas en torno a hablar de sexualidad con niños y adolescentes, como por ejemplo que podría quitarles la inocencia. Sin embargo, es sumamente relevante que las conversaciones comiencen desde la primera infancia. Esto, porque “los niños de todos modos reciben información conflictiva y dañina de pares, medios, películas y otros. El desconocimiento sí favorece conductas de riesgo, por lo que educarlos es protegerlos”, dice la doctora Andrea Huneeus, ginecóloga infanto-juvenil de Clínica Alemana en el libro Adolescencia, respuestas para padres.
Asimismo, en el citado texto la especialista explica que la Unesco ha definido que existen derechos sexuales que deben ser tan respetados como los derechos humanos. Estos son:
- Acceso a educación sexual y servicios médicos relacionados.
- Respeto a la integridad corporal.
- Elegir pareja.
- Elegir ser sexualmente activo (a) o no.
- Consentimiento sexual.
- Elegir cuándo tener hijos.
- Vida sexual satisfactoria, segura y placentera.
Evolución de la sociedad
Lo anterior toma especial relevancia cuando entendemos el contexto actual. Ha habido una postergación de la adultez social y psicológica, pero una mantención de la adultez biológica, explica el doctor Alberto Trautmann, adolescentólogo de Clínica Alemana.
“Esta disociación causa conflictos y roces de todo tipo. Ganas de autonomía en los gastos, eventos sociales, normas de convivencia familiar, entre otras; sin poder tenerla, porque el joven vive bajo el alero de sus padres”, dice el especialista.
Sin embargo, antes esto no era así: se era adulto biológico y social al mismo tiempo. “A esa edad, a los 15 años, un joven trabajaba según lo que le enseñaba su familia. De esta forma, a los 15 años ya era un adulto independiente y podía mantener a un hijo. No existían los colegios, la educación superior, etc. Todo esto ha causado que la adultez social llegue más tarde, desvinculada con la adultez biológica”, agrega.
Mientras que, en la actualidad, “hay muchos hijos que a los 25 años aún viven en la casa de sus padres, por lo que no tienen la privacidad y autonomía que requieren”, comenta el doctor Trautmann.
A pesar de lo anterior, actualmente las leyes chilenas establecen que los jóvenes pueden iniciar su vida sexual a los 14 años. Por lo tanto, entramos en el campo de las decisiones personales. Sin embargo, eso no significa que los padres no puedan orientar a los hijos. “Ambos, padres e hijos, deben entender el contexto social adquiriendo una visión más racional y menos emocional para dar y recibir consejos”, dice.
En la misma línea, con apoyo de una buena educación sexual, los padres deben explicar a sus hijos la inconveniencia de ser madre o padre a los 15 años, asegura el experto.
Prevención del embarazo adolescente
Para evitar embarazos no planificados en la adolescencia existen dos caminos muy claros: abstinencia y anticoncepción.
Abstinencia
La abstinencia implica postergar el inicio de la vida sexual. En este contexto, es sumamente relevante que los jóvenes se planteen qué es lo que harán si se les presenta la oportunidad de tener relaciones sexuales. Así, deben analizar todas las variables: ¿Por qué no? ¿Por qué si? Y, una vez que hayan definido el motivo, actuar con consecuencia de su decisión.
Entre las razones que identifica el adolescentólogo de Clínica Alemana para que un joven quiera practicar la abstinencia están:
- Valores familiares.
- Valores religiosos.
- Porque considera que aún no tiene edad suficiente.
- Le da vital importancia a la opinión y expectativas de sus padres.
- Opinión de la pareja.
“En todo caso, siempre es deseable una expresión alternativa de la afectividad, como abrazos, caricias, besos, masajes, rascarse la espalda, reírse juntos, juegos divertidos, expresiones de ternura”, asegura.
¿Cómo abordar este tema con mis hijos?
Antes de intentar hablar sobre abstinencia con los adolescentes es vital que los padres cumplan con un requisito previo: tener un vínculo con ellos. “Así, la opinión de los padres tendrá importancia. Si no hay vínculo, se siente como imposición”, indica el especialista.
En este contexto, “es importante tener razones claras y previamente definidas, como las indicadas anteriormente, pero conversadas y desarrolladas de manera tal que puedan responder preguntas como: ‘¿Tú realmente crees eso?’”, agrega.
Asimismo, se puede abrir el espacio para que los hijos se sientan cómodos consultando sobre cómo sus padres vivieron este proceso, respondiendo a dudas como: ¿Qué es lo que hiciste tú?, ¿Por qué?, ¿Qué hubieras hecho distinto?
Recuerda que los jóvenes detectan la incoherencia, por esto, tu estilo de vida debe ser coherente con lo que dices. De esta forma evitarás que lo que digas se transforme en un incentivo para hacer lo contrario.
Anticoncepción
Si tu hijo decide no practicar la abstinencia, debes apoyarlo y explicarle todo lo que necesita saber sobre anticoncepción. Además, el doctor Trautmann asegura que esta debe ser doble. “Las 2 personas tienen que usar algún método. Ningún método por separado brinda protección de 100%. El varón, siempre debe ponerse condón, porque este es el único método que protege de las enfermedades de transmisión sexual. Las mujeres tienen una amplia gama de anticonceptivos que conversará con su ginecólogo(a) o matrona. Entre las alternativas que existen, los hormonales son ampliamente usados. Lo que hacen es inhibir la ovulación, pero tienen que ser usados de manera correcta”, destaca.
Finalmente, el adolescentólogo es enfático al recalcar que “es deseable que el hecho de tener relaciones sexuales signifique hacer el amor en una relación de pareja en que haya vínculo y compromiso afectivo, amoroso, y no sexo casual, donde no hay vínculos. Hay que educar que, cada vez que haya intimidad entre dos personas, esta debe ser acompañada del consentimiento sexual verbalizado de ambos”.