Los linfomas son un grupo de neoplasias malignas que se originan en el sistema linfoide, que está compuesto por linfocitos maduros.
El linfoma se define como un grupo de neoplasias malignas que se originan en el sistema linfoide, que está compuesto por linfocitos maduros.
De acuerdo con lo comentado por el doctor Daniel Ernst, hematólogo de Clínica Alemana y presidente del Grupo Chileno de Estudio de Linfomas (GCEL), el 70% de los casos de linfoma, se presenta en los ganglios linfáticos.
Síntomas del linfoma
Habitualmente, el linfoma aparece como un aumento de tamaño palpable de los ganglios periféricos (adenopatías). Normalmente los ganglios del cuello, axila o ingle pueden llegar a medir 1 a 2 centímetros. En los casos de linfoma, este tamaño aumenta progresivamente durante semanas o meses, explica el experto.
Sin embargo, cuando el crecimiento se produce en los ganglios no periféricos, ubicados dentro de la cavidad torácica o abdominal, producen síntomas secundarios a la compresión de órganos adyacentes, tales como:
- Dolor abdominal.
- Baja de peso.
- Alteraciones en el tránsito gastrointestinal.
Además, algunos pueden acompañarse de sintomatologías denominadas “síntomas B”, lo que puede implicar mayor agresividad del linfoma y motiva a los pacientes a consultar precozmente. Entre ellos se encuentran:
- Fiebre persistente.
- Baja de peso.
- Sudoración, especialmente nocturna.
Por otro lado, cuando el linfoma afecta órganos específicos, los síntomas van a variar dependiendo del tejido que esté comprometido.
Según el especialista, “no hay claridad del origen de la mayoría de los linfomas. No obstante, se sabe que esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad y que los pacientes inmunodeprimidos tienen mayor riesgo de presentarlos”.
Diagnóstico y tratamiento
De acuerdo con el especialista, “durante la pandemia, los pacientes con linfomas han representado un subgrupo de particular mayor riesgo. Son pacientes inmunosuprimidos y tienen peor respuesta a la vacunación, tanto por la enfermedad como por el tratamiento.
Por esto, la terapia para combatir el linfoma debe balancear el riesgo de Covid-19 con el de la progresión de la enfermedad.
Para poder otorgar el mejor tratamiento a cada paciente, es sumamente relevante identificar el subtipo de linfoma que tiene el paciente, explica el doctor Ernst.
Para esto, es necesario realizar una biopsia del tejido comprometido. Dicho examen, ayudará a definirlo y, de esta forma, orientar el pronóstico para indicar un tratamiento óptimo.
Como los linfomas son neoplasias que se originan de linfocitos, en su gran mayoría requieren de quimioterapia sistémica para poder ser tratados, comenta el hematólogo de Clínica Alemana.
Sin embargo, el tipo, intensidad y duración de la quimioterapia va a depender del subtipo histológico e inmunohistoquímico que indique la biopsia. Independiente de los subtipos y pronósticos variables, los linfomas tienen excelente tratamiento. De hecho, alrededor del 50% son altamente curables, como ocurre con el linfoma de Hodgkin.
Conforme con lo comentado por el doctor Ernst, “algunos linfomas son de crecimiento tan lento que se pueden dejar incluso en observación y control médico”, asegura.
Finalmente, agrega que, “otros tipos de linfoma requerirán iniciar el tratamiento de forma urgente. Por esto, contar con una buena biopsia es imprescindible para poder tratar la enfermedad”.