Conoce las consecuencias de que los niños no se hayan reintegrado a clases hasta ahora y cómo apoyarlos en el proceso.
El aislamiento social, producto de las cuarentenas para prevenir el contagio de Covid-19 se ha extendido más de lo que podríamos haber imaginado y, entre las múltiples consecuencias de esto, están recién integrándose presencialmente a clases y en algunos casos aún no lo han hecho .
“Los niños han vivido en una de burbuja social lo que, en muchos casos, ha afectado su estado emocional y adecuado desarrollo. Tenemos que comprender lo importantes y necesarias que son las relaciones sociales en ellos. Estas se instalan como los cimientos que luego les permitirán adaptarse a las diferentes situaciones que se presentan en el día a día ”dice Sonia Castro, psicóloga infantil de Clínica Alemana.
En este contexto, explica que “con sus habilidades sociales bien desarrolladas, podrán establecer buenos vínculos con otras personas. Es en su relación con otros que lograrán aprender y ejercitar la defensa de sus opiniones y expresión de sentimientos ”.
Afortunadamente, la tecnología y la conexión virtual ha ayudado a grandes y chicos a no quedar absolutamente aislados del resto de la sociedad. Sin embargo, la especialista explica que esto no es suficiente. “Se pierde gran parte de la experiencia, información y enseñanza que entrega el contacto físico con los demás”.
Es por lo anterior que “la reintegración al colegio es importante, aunque debe hacerse con mucha precaución, tomando todas las medidas pertinentes de cuidado”, dice.
Vuelta a clases presenciales
No hay dudas de que la vuelta a clases presenciales trae grandes beneficios para los niños. Sin embargo, pueden llegar a ser todo un desafío para algunos. "El reencuentro con sus pares sigue siendo algo necesario para ellos y esto puede no ser sencillo para todos, ante sus temores luego de la distancia es relevante acompañarlos y contenerlos en sus emociones, respetando sus ritmos y las características personales de cada uno", destaca la experta.
Por esto, la psicóloga infantil de Clínica Alemana propone usar tres palabras claves para enfrentar este desafío: adaptación, flexibilidad y sabiduría.
“Comprendiendo que hoy el objetivo principal no es asegurar la excelencia académica, sino que adaptarse con flexibilidad y sabiduría a la nueva situación, es clave practicar la resiliencia, solidaridad y buen enfrentamiento a los cambios”, sentencia.
Asimismo, agrega que “es necesario cultivar la paciencia y aprender a disfrutar lo bueno que nos entrega este proceso. Con una mirada positiva de una situación que se salió de nuestro control, evitando las críticas y aceptando que nadie es perfecto ”.
La experta entrega algunas herramientas que pueden ser útiles para enfrentar los desafíos académicos e intentar compensar, en parte, la falta de interacción actual de nuestros niños:
- Ante lo académico, privilegiar la relación con cada niño, adecuando de manera realista las exigencias y autoexigencias.
- Frente a las diversas demandas, considerar las experiencias que cada niño ha vivido, así como sus propias características. Muchos han sufrido pérdidas materiales y / o humanas, han atravesado experiencias difíciles, tenemos que propiciar espacios de reflexión acorde a sus edades, donde pueden compartir como se han sentido y expresar sus temores.
- Instémoslos a iniciar y mantener conversaciones practicando una escucha atenta, realizando preguntas, agradeciendo y elogiando. Esto potenciará, entre otros aspectos, su empatía.
- Modelemos algunas habilidades sociales, enseñemos a dar una opinión respetuosamente, pedir ayuda, disculparse, decir que no.
- Ejercitemos el dar y seguir instrucciones, así como respetar las normas.
De esta forma, podremos reforzar su asertividad y empatía, habilidades importantes para desarrollar, ya que ambas se relacionan con la autoestima y con el modo de posicionarse ante el mundo.
Para apoyar la identidad personal de cada niño y mejorar su autoimagen y autoestima; es necesario que tengan herramientas que les permitan disfrutar de la interacción social y fomentar un positivo y adecuado con ellos mismos y con los otros.
Finalmente, destaca que para favorecer el desarrollo emocional y social a futuro es importante que los adultos puedan transmitir:
- Calma.
- Tranquilidad.
- Aceptación.