La presencia de lesiones en la mucosa, que es la capa interna que recubre el tubo digestivo, pueden sugerir que se trata de una colitis ulcerosa.
La colitis ulcerosa es una de las enfermedades inflamatorias intestinales más frecuentes, sumada a la enfermedad de Crohn que, a pesar de ser menos habitual, tiene un manejo más complejo.
Así, la colitis ulcerosa afecta la mucosa que recubre el colon, produciendo:
- Úlceras
- Enrojecimiento.
- Fragilidad de la mucosa.
Síntomas de colitis ulcerosa
Las manifestaciones de esta enfermedad son variadas según la gravedad de la inflamación y la región donde aparezcan. Algunos de sus signos y síntomas son:
- Diarrea, que suele tener sangre o mucosidades.
- Dolor y cólicos abdominales.
- Dolor en el recto y región anal.
- Sangrado rectal (evacuar heces con una pequeña cantidad de sangre).
- Necesidad urgente de defecar.
- Incapacidad para defecar a pesar de la urgencia.
- Baja de peso.
- Fatiga.
- Malestar general.
- Fiebre.
- En el caso de los niños, problemas de crecimiento.
“La mucosa intestinal comprometida puede producir que las deposiciones sean de consistencia más blanda o líquida, asociado a la presencia de mucosidades y sangre fresca o coágulos”, explica el doctor Gustavo Walsen, gastroenterólogo de Clínica Alemana.
Manifestaciones como sensación de urgencia para defecar, de tener que ir a defecar y no se eliminan deposiciones (tenesmo), además de la incontinencia fecal, son signos sugerentes de compromiso rectal. La colitis ulcerosa, habitualmente se acompaña de dolor abdominal, tipo cólico y sangrado en las heces. El dolor podría ser más fuerte en el lado izquierdo, aunque puede presentarse en cualquier parte del abdomen. En casos de crisis más severas o con pérdida de sangre significativa, puede determinar la presencia de anemia.
Se trata de una patología que sin dudas deteriora la calidad de vida de las personas progresivamente.
Causas de la colitis ulcerosa
“Si bien la causa de la colitis ulcerosa es desconocida, se plantea que existe una interacción entre factores como la susceptibilidad genética, ambientales; como bacterias y fármacos, y el sistema inmune de la mucosa, los que gatillarían la aparición de esta patología”, dice el gastroenterólogo de Clínica Alemana.
Asimismo agrega que “existe evidencia que relaciona la intensidad de los síntomas de esta enfermedad con problemas de salud mental, como el estrés, principalmente a través de un aumento en la percepción del dolor, gatillado por un aumento en la permeabilidad intestinal que se observa en estos pacientes. A pesar de estos hallazgos, existe evidencia limitada respecto a un aumento en la inflamación intestinal relacionada a situaciones de estrés", asegura.
La enfermedad es más habitual entre los 15 y 35 años, y se da de igual manera en hombres y mujeres. Se ha relacionado con factores genéticos y ambientales, como estrés, consumo de tabaco y de antiinflamatorios, entre otros. Si no se controla y trata, puede desarrollar complicaciones que van desde anemia, infecciones, perforación del colon, hasta cáncer.
Factores de riesgo
Existen elementos que inciden en el desarrollo de la colitis ulcerosa.
- Edad: puede aparecer a cualquier edad, y algunas personas podrían no padecer la enfermedad hasta después de los 60 años.
- Antecedentes familiares: contar con parientes de primera línea que tengan la enfermedad
Para poder realizar un diagnóstico el paciente deberá someterse a algunos de los siguientes exámenes:
- Análisis de las heces: para descartar infecciones asociadas, medidores de inflamación intestinal o presencia de sangre.
- Análisis de sangre: puede detectar la presencia de inflamación, anemia, alteraciones hidroelectrolíticas, hepáticas y estudio de algunos anticuerpos relacionados.
- Colonoscopía: probablemente el examen principal cuando se tiene una alta sospecha diagnóstica. Permite revisar el estado completo de la mucosa intestinal, además de toma de muestras que serán analizadas en anatomía patológica para certificar el diagnóstico.
Tratamiento para la colitis ulcerosa
El tratamiento para la colitis ulcerosa dependerá de qué tan extensa sea la zona afectada; así como de la severidad del compromiso y respuesta que se tenga a las distintas líneas de tratamiento.
- Si está comprometido solo el recto (proctitis), el tratamiento en algunos casos puede ser únicamente tópico, con supositorios, un fármaco con efecto antiinflamatorio a nivel intestinal o corticoides.
- En caso de que el compromiso llegue hasta el sigmoides o descendente (colitis izquierda), se puede intentar una terapia tópica con espumas y enemas de mesalazinas.
- Cuando el compromiso es más allá del colon descendente, es decir, comprometiendo colon transverso hacia proximal, se define como una pancolitis. En este caso, se prefiere optar por terapias orales.
Ahora, a pesar de que los mesalazinas son una primera línea de tratamiento, y en algunos casos logrando un completo control de la enfermedad, pueden ocurrir brotes que requieren corticoides orales o incluso endovenosos - o bien - el uso de otro tipo de terapias, como son los inmunomoduladores y las terapias biológicas, estás últimas incluidas dentro de la Ley Ricarte Soto para casos graves tanto de colitis ulcerosa como de Enfermedad de Crohn.
El gastroenterólogo indica que estos tratamientos bien administrados pueden ser altamente eficaces para mejorar y mantener el bienestar general de los pacientes, optimizando su calidad de vida y su estado nutricional.
Objetivos del tratamiento
Hoy en día el objetivo del tratamiento tiene dos pilares fundamentales, el primero, es lograr una remisión clínica de la enfermedad, es decir, un completo control de todos los síntomas y manifestaciones de la colitis ulcerosa. El segundo es lograr la cura de la mucosa, esto significa que se debe realizar una nueva colonoscopía que muestre una cicatrización de las lesiones de la mucosa, es decir, no apreciar evidencias de actividad endoscópica.
Es de vital importancia recalcar que los pacientes con esta enfermedad no deben utilizar anti-inflamatorios, como son: diclofenaco, ketorolaco, ketoprofeno, ibuprofeno, etc; dado que se relacionan con una reactivación de la enfermedad. Los corticoides, que usualmente se usan en caso de crisis moderadas o severas, no deben utilizarse como terapia de mantención.
Lograr un adecuado control de la enfermedad permite en muchos casos evitar complicaciones, como son la aparición de cáncer de colon o cirugías de resección de colon.
A pesar de que la colitis ulcerosa generalmente no es mortal, es una enfermedad potencialmente grave asociada a múltiples complicaciones tanto intestinales como extraintestinales. “Por esta razón se debe acudir al médico especialista ante la presencia de cualquier sintomatología intestinal antes mencionada”, concluye el doctor Walsen.