El trasplante renal es una opción de tratamiento para pacientes con enfermedad renal crónica grave y puede salvar vidas.
“Tus riñones están funcionando al 20%. Te queda un año de función renal”, fueron las palabras que escuchó Manuel Rivadeneira antes de llegar a Clínica Alemana para comenzar su proceso de trasplante.
Manuel es sonidista y en el año 2016, mientras estaba estudiando, comenzó con los primeros síntomas de su enfermedad renal crónica. Por esto, tomó la decisión de acudir a un médico particular, quien hizo su diagnóstico. Fue entonces cuando comenzó a evaluar opciones de tratamiento.
De esta forma, inició una terapia de diálisis peritoneal y en el 2020 optó por entrar a la lista de espera para recibir un trasplante de riñón. Sin embargo, de acuerdo con su relato, tuvo complicaciones por ser un paciente ciego.
“Siempre ha habido problemas con ser ciego, eso es súper importante decirlo, porque hay mucha falta de información, si yo iba solo al hospital no sabían cómo atenderme, entonces era súper difícil hacer ciertos trámites”, comenta.
Más tarde, acudió a Clínica Alemana donde recibió ayuda de nuestro programa de beneficencia. Al poco tiempo de realizarse todos los exámenes necesarios, llegó la tan esperada llamada de su médico tratante: había sido seleccionado para trasplante renal.
La cirugía
“La enfermedad renal crónica de Manuel había llegado a su etapa terminal. Por eso, una de las alternativas de tratamiento era el trasplante. Esto le permite mejorar significativamente su calidad de vida, liberándolo de la diálisis y haciendo una vida muy cercana a lo normal”, comenta el doctor José Palacios, jefe del Centro de Trasplante de Clínica Alemana.
El trasplante de Manuel fue exitoso e inmediatamente el nuevo riñón se adaptó a su cuerpo. “Fue un cambio de vida potente”, asegura.
Así lo confirmó el doctor Palacios: “la función renal está cercana al 100% de lo normal. Y esto indudablemente lo va a liberar de la diálisis, que es una de las limitaciones fundamentales del paciente renal crónico, ojalá por muchos años más”, dice.
“El personal de la clínica tuvo una voluntad súper connotada conmigo, o sea, tuvieron siempre una disposición súper amable y con mucha vocación”, agrega Manuel.
Finalmente, hace un importante reconocimiento a todas aquellas personas que deciden ser donantes en nuestro país. “Que alguien done parte de su cuerpo al morir, yo creo que es una de las acciones más hermosas que puede hacer el ser humano en estos tiempos”, cierra.