La enfermedad renal crónica (ERC) se asocia a un alto riesgo de mortalidad cardiovascular prematura.
La enfermedad renal crónica (ERC) se asocia a un alto riesgo de mortalidad cardiovascular prematura.
En Chile, y también a nivel mundial, aproximadamente un 10 % de la población presenta evidencias de una enfermedad renal sin tener conocimiento de ello. Se trata de una patología asintomática que, a pesar de presentarse en la mayoría de los casos en grados leves, debe ser detectada a tiempo para que no evolucione a fases más avanzadas.
La enfermedad renal crónica (ERC) se asocia a un alto riesgo de mortalidad cardiovascular prematura. “Junto al cerebro y el corazón, el riñón es un órgano fundamental en el sistema cardiovascular, ya que recibe aproximadamente el 20 % de la sangre que el corazón expulsa en cada latido hacia el organismo. Entre sus principales funciones se encuentran el regular la presión arterial, eliminar los desechos tóxicos a través de la orina y producir la hormona que estimula la formación de los glóbulos rojos”, explica el doctor Juan Carlos Flores, nefrólogo de Clínica Alemana.
Síntomas y señales de alerta de enfermedad renal
La gran mayoría de las personas evoluciona sin saberlo a las fases más avanzadas de una enfermedad renal . Esto dificulta el diagnóstico, que solo puede hacerse en controles preventivos de personas asintomáticas. Ahora, si los riñones han perdido su función a menos de un 30 %, pueden aparecer las siguientes señales de alerta:
¿Cómo cuidar los riñones?
Los dos grandes factores de riesgo para que se desarrolle una enfermedad renal son la hipertensión y la diabetes: “La prevalencia de estas enfermedades en la población chilena ha aumentado los últimos 50 o 60 años a consecuencia de la denominada transición demográfico-epidemiológica: una población envejecida, muy urbanizada, sedentaria, propensa al tabaquismo y a malos hábitos alimentarios ”, comenta el doctor Juan Carlos Flores.
De ahí la importancia de tener un estilo de vida saludable, para lo cual el doctor recomienda:
- Elegir una dieta mediterránea: carnes blancas, abundantes frutas y verduras, legumbres, granos y frutos secos.
- Disminuir el consumo de sal y alcohol.
- Dejar el sedentarismo: lo más básico es una caminata enérgica de 30 minutos al día.
- No fumar.
- Controlar regularmente el peso para mantenerlo en su rango ideal.
Los controles de salud regulares en el caso de la población adulta, ya sean anuales o cada 2 años, permiten la detección de los factores de riesgo que condicionan la enfermedad renal. De acuerdo al especialista, los principales chequeos preventivos incorporan:
- Medir la presión arterial
- Controlar el peso
- Realizar exámenes de:
- Glicemia.
- Orina.
- Creatinina, compuesto que determina la función renal.
“Estos exámenes permiten realizar intervenciones educativas básicas relacionadas con el estilo de vida de cada persona, lo que nos ayuda a reducir al máximo las probabilidades de encontrarnos con la enfermedad”, concluye el profesional.