Aprende a enfrentar el estrés de mejor forma con estas recomendaciones.
El estrés aparece en nuestras vidas como una señal del cuerpo para advertirnos que algo no anda bien. Es un estado de tensión física o emocional generada como una respuesta del organismo frente a situaciones percibidas como una amenaza o en las cuales se necesita atención.
Al ser cada vez mayores los esfuerzos para compatibilizar la vida laboral, familiar y personal se ha normalizado el sentirnos estresados. Esta sobrecarga afecta todos los ámbitos, en cómo nos relacionamos con la familia, amigos, el trabajo y sobre todo con nosotros mismos. Se altera el estado de ánimo, los ciclos de sueño y el bienestar general.
¿Cuáles son los síntomas del estrés?
Se manifiestan de forma diferente en cada persona, pero los síntomas más comunes de estrés son:
Ansiedad y/o irritabilidad.
Ánimo bajo y falta de energía.
Estado de nerviosismo constante, palpitaciones o excesivo sudor.
Insomnio o problemas para conciliar el sueño o mantenerlo.
Dolores musculares, de cabeza o migrañas.
Aumento de la presión sanguínea y/o ritmo cardíaco.
Respiración acelerada, dolor en el pecho y problemas para respirar.
Malestares gastrointestinales como dolor de estómago, vómitos, náuseas y diarrea.
Falta de deseo sexual.
Cansancio extremo, dificultad para concentrarse o recordar cosas.
Aumento o baja de apetito.
Cómo enfrentar el estrés
Si bien importa trabajar en la situación que lo genera (estresor), también es importante el cómo reaccionamos frente a ella. La manera en qué cada persona gestiona o enfrenta las circunstancias que le causan tensión marcará la diferencia en el grado de angustia que manifieste.
Preocuparnos de la salud mental y de aumentar el conocimiento de sí mismo es una de las formas para mejorar el cómo reaccionamos. Permite reconocer y controlar las emociones para mantener un estado de calma frente a condiciones estresantes.
Te recomendamos 5 estrategias para preparar tu mente y cuerpo y enfrentar de mejor forma situaciones de estrés:
Analizar y reconocer la causa de dónde proviene el estrés. Te permitirá encontrar mejores formas de enfrentarlo.
Realizar actividad física. Cuando lo hacemos disminuimos los niveles de cortisol (hormona del estrés) y liberamos endorfinas, dopamina y serotonina, hormonas encargadas de mejorar el estado de ánimo.
Comenzar a practicar mindfulness. Es una técnica de atención plena que enseña a observar y prestar conciencia a las cosas que tenemos en nuestro entorno y en el presente. Permite focalizarnos en nosotros mismos y aprender a controlar la respiración para cambiar a un estado más relajado. Contribuye también a liberar la mente de pensamientos obsesivos o repetitivos.
Cambiar tu estilo de vida. Muchas veces el estrés se produce al llevar un día a día muy demandante. Es importante mantener espacios propios de distracción y recreación, mantener relaciones sociales saludables, dedicar tiempo para disfrutar en familia y realizar algún hobby o actividades que motiven la creatividad como pintar o tocar algún instrumento.
Mantener hábitos saludables. Cuida la alimentación llevando una dieta balanceada y generar una buena higiene del sueño son fundamentales para que el cuerpo esté mejor preparado frente a situaciones complejas que pueden alterar el estado emocional.
¡Importante! Si sientes que no puedes manejar el estrés sin apoyo te recomendamos consultar a un especialista. Lo importante es evitar que se convierta en un problema crónico.
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