Conoce los órganos que lo componen, cómo se desarrolla el ciclo menstrual y cómo se produce la ovulación.
Los sistemas reproductores femenino y masculino son los encargados de garantizar la reproducción humana y una serie de funciones asociadas. Se componen de las gónadas, órganos sexuales donde se forman los gametos y producen las hormonas sexuales, las vías genitales y los genitales externos.
En el caso del sistema reproductor femenino, este está compuesto por:
Ovarios: son las gónadas donde se desarrollan los óvulos (gametos femeninos), además se secretan estrógenos y progesterona, hormonas sexuales que coordinan el ciclo menstrual, el embarazo y condicionan el desarrollo de caracteres sexuales secundarios, como el crecimiento del vello y las glándulas mamarias. Se ubican a los lados del útero y pesan alrededor de 15 gramos.
Trompas de Falopio: estos órganos comunican al útero con los ovarios y la cavidad abdominal, permitiendo el contacto y las condiciones para la fecundación del óvulo con el espermio. Son de forma cilíndrica y tienen alrededor de 10 centímetros de longitud.
Útero: órgano muscular hueco, de paredes gruesas y del tamaño de un puño, de aproximadamente 7 centímetros de longitud y 50 gramos de peso. Se ubica en la pelvis justo detrás de la vejiga.
Tiene una porción corporal y una cervical. El cuerpo uterino está tapizado internamente por el endometrio, lugar donde se implanta el embrión. El cuello uterino conecta el útero con la vagina y está compuesto de fibras elásticas que le permiten la dilatación requerida en el momento del parto. En su interior tiene glándulas que producen una mucosidad -moco cervical-, que facilita o bloquea el paso de espermios, según el momento del ciclo.
- Vagina: órgano muscular de aproximadamente 10 cm. de longitud que comunica el útero con los genitales externos. Aquí son depositados los espermios durante la copulación.
Genitales externos: constituidos por el clítoris, los labios mayores y menores. Son sensibles a la estimulación sexual y participan en el acto sexual.
El ciclo menstrual
Constituye el periodo durante el cual el organismo de la mujer se prepara para un posible embarazo. Comienza el primer día de la menstruación y termina el primer día de la siguiente. En general, tiene una duración promedio de 28 días, pero se considera normal entre 21 y 35 días.
Las mujeres nacen con alrededor de 400 mil óvulos en sus ovarios, que se encuentran en estado inmaduro. El inicio del desarrollo sexual durante la pubertad motiva la maduración del primer óvulo y, por lo tanto, es el comienzo del primer ciclo menstrual, situación que en promedio ocurre a la edad de 12 años y que se denomina menarquia.
Esta condición marca el inicio de la etapa fértil que se extiende hasta la última menstruación, conocida como menopausia. Durante este lapso madura un óvulo cada mes, llegando a repetirse el fenómeno alrededor de 400 veces durante toda la vida reproductiva.
El ciclo menstrual tiene 2 fases, la folicular, que se extiende desde la menstruación hasta la ovulación y la lútea, que comprende el periodo postovulatorio hasta la siguiente menstruación.
La ovulación
Durante la fase folicular, la estimulación de la hormona folículo estimulante (FSH) hace que entre 2 y 3 óvulos de ambos ovarios comiencen a madurar, pero solo 1 llegará a estar lo suficientemente preparado para desprenderse, proceso llamado ovulación.
El folículo produce estrógenos, los que estimulan la maduración del endometrio y la producción del moco en el cuello uterino. Gracias a esta mucosidad, los espermios pueden alojarse por algunos días en ese lugar, para luego viajar hacia las trompas en busca del óvulo y así lograr la fecundación. Esto explica por qué una mujer puede embarazarse con una relación sexual ocurrida incluso 7 días antes de la ovulación.
La elevación de la hormona luteinizante (LH) provoca el desprendimiento del óvulo desde el ovario, siendo éste capturado por la trompa de Falopio.
El día de la ovulación varía según la duración del ciclo, teniendo el óvulo una sobrevida aproximada de 12 horas, lapso en el cual existe la mayor posibilidad de que ocurra la fecundación.
El óvulo es fecundado en la trompa de Falopio y el embrión que se desarrolla viaja hacia el útero para implantarse en el endometrio alrededor de siete días después de ocurrida la ovulación.
Si hay embarazo, el endometrio mantiene sus condiciones por la acción de la hormona gonadotrofina coriónica (HCG), que es secretada por las células que rodean al embrión.
Con la ovulación comienza la segunda fase del ciclo menstrual, la lútea. El folículo se transforma en cuerpo lúteo, que produce altos niveles de progesterona. Si no se ha producido el embarazo, los niveles de estrógenos y progesterona caen entre 12 a 14 días después de la ovulación.
Este descenso hormonal provoca la descamación del endometrio produciéndose la consiguiente menstruación. El día que aparece el sangrado menstrual es el día 1 de un nuevo ciclo.