Las pantallas o bloqueadores y los filtros. Las pantallas actúan como una barrera mecánica que hace que los rayos reboten. Son cremas gruesas, que dejan la piel pintada blanco (o de algún color), duran más que un filtro, aunque se remueven al secarse u otras actividades, y actúan de inmediato.
En adultos son recomendables para áreas puntuales como la nariz, los labios y las orejas. El problema que tienen es que no dejan que la piel transpire bien y eso puede provocar acné. En niños son más usados, incluso se les puede poner en la espalda completa.
Los filtros solares absorben selectivamente ciertas radiaciones solares. Las que provocan daños en forma acumulativa, desde la niñez, son los rayos ultravioleta A y B (UVA y UVB). Los UVA tienen mayor presencia que los UVB (90% de radiación UV) y son menos nocivos que los UVB (1000 UVA equivalen a 1UVB), pero de todos modos afectan las células -lo que puede producir cáncer-, son los que causan el envejecimiento de la piel y broncean (quemado suave).
Los UVB producen cáncer de piel y la quemadura que deja la piel roja y produce ampollas. Son parcialmente filtrados por la capa de ozono, por eso su disminución a nivel mundial aumenta su presencia, lo que en parte puede explicar el aumento de cáncer cutáneo.
Los tradicionales protegen contra los UVB. Se recomienda el uso de FPS 15 (Factor de Protección Solar) porque filtra un 93% de los UVB, de ahí hacia arriba el porcentaje aumenta poco en proporción con el precio. Un FPS 30 protege un 95% y uno 50, un 97%, todo esto siempre en condiciones ideales. Actualmente también existen algunos protectores que además defienden contra los UVA. El ideal es utilizar uno de estas características.
El número del FPS corresponde al factor por el cual multiplicar el tiempo de exposición mínima sin quemadura. Es decir, si una persona se demora 10 minutos en ponerse roja al exponerse al sol, al aplicarse un filtro con un FPS 15 podrá permanecer 150 minutos sin presentar enrojecimiento de su piel. Esto en condiciones ideales.
Los estudios han comprobado que los filtros son efectivos en el control del cáncer porque protegen de mutaciones celulares y también lo son evitando las quemaduras. Lo que no está totalmente aclarado es si defienden al sistema inmune de la radiación solar.
Se recomienda usar filtros de amplio espectro con FPS 30 e idealmente resistentes al agua. En la playa y piscina es aconsejable mantenerlos con polera el mayor tiempo posible.
Este componente fue uno de los primeros en crearse para filtrar rayos y su único problema es que provoca alergia en las personas con predisposición, por lo tanto, el resto debiera poder usarlo.
Claramente duran más en contacto con el agua que los otros, pero no hay que confiarse. De todas maneras hay que repasarlos cada dos a tres horas, porque con las olas, el nado, la arena y la toalla, se salen.
Los personas con piel grasa y tendencia a desarrollar acné pueden usar geles que son igual de efectivos que los otros filtros solares.
En teoría son útiles, pero no sé cuán confiables son.
Lo que filtra el sol no es el color, ni el grosor del género, sino que lo apretada de la trama. Todos hemos experimentado que la ropa evita que nos quememos, basta constatar las marcas del traje de baño. Por lo tanto, si alguien tiene serios problemas y desea adquirir ropa con FPS, que elija la con máximo protección, si no ¿qué diferencia tiene con la ropa común?.
Idealmente se debe usar anteojos que protejan tanto para UVB como UVA. Los rayos UVB, que son los mas nocivos, son bloqueados por el vidrio común a diferencia de los UVA que requieren de vidrios especiales, lo que aumenta el costo.
Sí, pero se utilizan para personas que padezcan enfermedades que se gatillan con el sol, como el lupus y las dermatosis solares. No se trata de tomarse una pastilla porque hoy voy a tomar sol, son parte de tratamientos y además tienen efectos secundarios.
'>El 100% de aumento de las muertes por cáncer de piel hace cada vez más necesario tomar conciencia sobre la importancia de evitar los daños que causa el sol. En este sentido, los protectores solares entran en juego prometiendo las mejores soluciones. Una vez más el mercado con su amplia oferta puede confundir.
La doctora Francisca Sánchez, dermatóloga de Clínica Alemana, afirma que para prevenir el cáncer de piel, la recomendación en ningún caso es ponerse un filtro solar y olvidarse del problema. 'Los protectores solares son para momentos en los cuales es necesario exponerse al sol como cuando se realizan deportes, trabajos y vida al aire libre, ya que la mejor forma de evitar el cáncer es evitar el sol'.
Las pantallas o bloqueadores y los filtros. Las pantallas actúan como una barrera mecánica que hace que los rayos reboten. Son cremas gruesas, que dejan la piel pintada blanco (o de algún color), duran más que un filtro, aunque se remueven al secarse u otras actividades, y actúan de inmediato.
En adultos son recomendables para áreas puntuales como la nariz, los labios y las orejas. El problema que tienen es que no dejan que la piel transpire bien y eso puede provocar acné. En niños son más usados, incluso se les puede poner en la espalda completa.
Los filtros solares absorben selectivamente ciertas radiaciones solares. Las que provocan daños en forma acumulativa, desde la niñez, son los rayos ultravioleta A y B (UVA y UVB). Los UVA tienen mayor presencia que los UVB (90% de radiación UV) y son menos nocivos que los UVB (1000 UVA equivalen a 1UVB), pero de todos modos afectan las células -lo que puede producir cáncer-, son los que causan el envejecimiento de la piel y broncean (quemado suave).
Los UVB producen cáncer de piel y la quemadura que deja la piel roja y produce ampollas. Son parcialmente filtrados por la capa de ozono, por eso su disminución a nivel mundial aumenta su presencia, lo que en parte puede explicar el aumento de cáncer cutáneo.
Los tradicionales protegen contra los UVB. Se recomienda el uso de FPS 15 (Factor de Protección Solar) porque filtra un 93% de los UVB, de ahí hacia arriba el porcentaje aumenta poco en proporción con el precio. Un FPS 30 protege un 95% y uno 50, un 97%, todo esto siempre en condiciones ideales. Actualmente también existen algunos protectores que además defienden contra los UVA. El ideal es utilizar uno de estas características.
El número del FPS corresponde al factor por el cual multiplicar el tiempo de exposición mínima sin quemadura. Es decir, si una persona se demora 10 minutos en ponerse roja al exponerse al sol, al aplicarse un filtro con un FPS 15 podrá permanecer 150 minutos sin presentar enrojecimiento de su piel. Esto en condiciones ideales.
Los estudios han comprobado que los filtros son efectivos en el control del cáncer porque protegen de mutaciones celulares y también lo son evitando las quemaduras. Lo que no está totalmente aclarado es si defienden al sistema inmune de la radiación solar.
Se recomienda usar filtros de amplio espectro con FPS 30 e idealmente resistentes al agua. En la playa y piscina es aconsejable mantenerlos con polera el mayor tiempo posible.
Este componente fue uno de los primeros en crearse para filtrar rayos y su único problema es que provoca alergia en las personas con predisposición, por lo tanto, el resto debiera poder usarlo.
Claramente duran más en contacto con el agua que los otros, pero no hay que confiarse. De todas maneras hay que repasarlos cada dos a tres horas, porque con las olas, el nado, la arena y la toalla, se salen.
Los personas con piel grasa y tendencia a desarrollar acné pueden usar geles que son igual de efectivos que los otros filtros solares.
En teoría son útiles, pero no sé cuán confiables son.
Lo que filtra el sol no es el color, ni el grosor del género, sino que lo apretada de la trama. Todos hemos experimentado que la ropa evita que nos quememos, basta constatar las marcas del traje de baño. Por lo tanto, si alguien tiene serios problemas y desea adquirir ropa con FPS, que elija la con máximo protección, si no ¿qué diferencia tiene con la ropa común?.
Idealmente se debe usar anteojos que protejan tanto para UVB como UVA. Los rayos UVB, que son los mas nocivos, son bloqueados por el vidrio común a diferencia de los UVA que requieren de vidrios especiales, lo que aumenta el costo.
Sí, pero se utilizan para personas que padezcan enfermedades que se gatillan con el sol, como el lupus y las dermatosis solares. No se trata de tomarse una pastilla porque hoy voy a tomar sol, son parte de tratamientos y además tienen efectos secundarios.