La disfunción eréctil se define como una incapacidad constante o recurrente de adquirir o mantener una erección que tenga la rigidez y duración suficiente para una actividad sexual satisfactoria, explica el doctor Francisco Osorio, urólogo y andrólogo de Clínica Alemana.
Se trata de una patología que en general se presenta en pacientes que se encuentran en la medianía de su vida, vale decir, sobre los 40 o 50 años. “Claramente la disfunción eréctil va aumentando con la edad. Si bien, también se puede presentar en hombres jóvenes, en estos las causas suelen ser de origen psicógeno, como el estrés u otros factores externos que no tienen que ver con el cuerpo propiamente tal”, comenta el especialista.
Dentro de las causas y factores de riesgo más importantes de la disfunción eréctil se encuentran algunas enfermedades y condiciones tales como:
A su vez, algunos tratamientos para el cáncer de próstata como la cirugía o radioterapia podrían tener como efecto secundario una disfunción eréctil.
Otros factores que aumentan el riesgo de padecer esta patología son hábitos poco saludables, tales como el consumo de tabaco, alcohol y drogas como la marihuana o cocaína.
El diagnóstico de la disfunción eréctil es eminentemente clínico, explica el doctor Osorio. “Se hace teniendo una conversación con el paciente, preguntando sobre la presencia o ausencia de estos factores de riesgo, definiendo bien que existe esta incapacidad de generar y mantener una erección y que sea repetitiva en el tiempo, que sea un cuadro que no es solamente en una ocasión o en un par de ocasiones, sino que es un cuadro que se viene dando de forma consistente en el tiempo”, asegura el experto.
Además, existen algunos cuestionarios validados, donde el paciente responde algunas preguntas y con eso se obtienen puntajes que permiten darle una nota de severidad a los diferentes cuadros de disfunción eréctil.
Esta evaluación siempre se acompaña de un examen físico exhaustivo con el que el especialista revisa la zona genital, para confirmar un desarrollo hormonal adecuado.
Finalmente, se complementa con algunos exámenes de laboratorio para evaluar parámetros como la glicemia, función renal, función del hígado, testosterona, vitamina D, entre otros. Se evalúan una serie de parámetros con el fin de encontrar una causa puntual que esté produciendo la disfunción eréctil.
Existen exámenes más específicos que se pueden utilizar, como la ecografía Doppler de pene, que se utiliza para identificar si la causa de la disfunción eréctil podría ser de origen vascular. Hay también dispositivos que se usan con menos frecuencia en ocasiones puntuales, que permiten medir la presencia de erecciones espontáneas mientras el paciente está dormido para diferenciar una disfunción eréctil orgánica de una psicógena.
El andrólogo de Clínica Alemana es enfático al reconocer que los tratamientos para la disfunción eréctil son muy variados, por lo que se deben definir caso a caso. “Siempre uno trata de que el paciente responda al tratamiento menos invasivo, más práctico y cómodo para él”, comenta.
Aclarado esto, agrega que “se trata de un tratamiento que está bastante estandarizado y que tiene básicamente dos partes: una es intentar corregir los factores de riesgo, de promover los hábitos de vida saludable, desde el punto de vista del deporte y alimentación sana y, si el paciente tiene alguna enfermedad de base como hipertensión o diabetes, que esta sea manejada de buena forma y el paciente se mantenga estable en su condición de base y, después de eso, se procede al tratamiento y manejo de la disfunción eréctil como tal”.
En una primera etapa, la terapia se basa en el uso de medicamentos orales que permiten una mayor llegada de sangre al pene y, por lo tanto, fortalecen la producción de una erección y la mantención de esta.
Un segundo nivel de tratamiento, cuando los medicamentos orales no son efectivos, son los tratamientos inyectables en el pena para generar una erección mantenida o las bombas de vacío, en las que se introduce el pene dentro de un cilindro para generar un vacío que provoca un llene de los vasos sanguíneos del pene logrando una erección. Esa erección se mantiene con un anillo de goma que comprime la base del pene, una vez terminada la actividad sexual se retira el anillo y se pierde la erección.
En un tercer nivel se encuentra la instalación de prótesis de pene, son artefactos especialmente diseñados para intentar simular una erección lo más parecida a la fisiológica. Es una intervención que requiere de una cirugía que habitualmente se usa como un tratamiento de última línea.
Además, existen tratamientos para la disfunción eréctil más novedosos que aún están buscando su ubicación en este esquema. Se trata de las ondas de choque de baja intensidad, que se aplican en el pene con una máquina especial. Se ha descubierto que estimulan nuevos vasos sanguíneos en el pene y nuevas estructuras nerviosas, por lo tanto, sería una buena opción de tratamiento.
Finalmente, cabe destacar que es sumamente importante consultar de forma precoz con un especialista. Si bien, en Chile los medicamentos para la disfunción eréctil se venden sin necesidad de una receta médica, la recomendación del experto es no automedicarse y hacer una evaluación inicial para estimular el cambio de hábitos que permitan mejorar de estilo de vida y descartar posibles condiciones crónicas graves.