Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de estas patologías en la actualidad es superior al 75% entre las personas de 35 a 44 años. En nuestro país afectan a más del 80% de los chilenos y son la principal causa de pérdida de piezas dentales después de los 40 años de edad.
El arma que cada persona tiene para prevenir una enfermedad tan prevalente como ésta, es mantener una higiene bucal eficiente, que le permita defenderse de esos gérmenes oportunistas que habitan en la boca y forman la placa bacteriana, responsable de las dos principales enfermedades bucales: las caries y las enfermedades periodontales
De acuerdo con la odontóloga 'cuando hay una placa bacteriana agresiva que se organiza en torno al cuello del diente, ésta puede comenzar a inflamar la encía y a profundizarse entre ésta y el diente.
Para entrar necesita destruir tejidos, por eso suelen quedar los cuellos expuestos, porque se pierde hueso por esta enfermedad, originariamente infecciosa' explica la especialista.
Generalmente, cuando la placa bacteriana envejece se calcifica, entonces se forma el sarro que pasa a ser un factor mecánico que presiona la encía y facilita la acumulación de más placa: 'Si bien el sarro en sí no es una entidad patológica, una vez instalado se constituye en núcleo para la reposición de más placa bacteriana y su recalcificación. Entonces, aunque no es una causa primaria de la enfermedad, sí es ayudante, propiciador y, además, es una evidencia de que ha habido defectos en la limpieza bucal doméstica', explica la especialista.
Sin embargo, no todo el mundo calcifica a la misma velocidad, por lo tanto, muchas personas pueden mantener por bastante tiempo depósitos blandos de placa bacteriana sin presentar mayores problemas. Otras tienen una placa bacteriana tan destructiva que, sin necesidad de calcificarse, agrede a los tejidos, colaborando a una posible pérdida de hueso.
Para evitar llegar a estos extremos hay que estar atento a ciertos signos que son una voz de alerta, como la presencia de mucho sarro, la inflamación, el sangramiento y la recesión de la encía, es decir, cuando ésta se recoge y se exponen los cuellos dentarios, lo que significa que ya se ha perdido tejido.
La periodoncista aclara que 'así como hay personas que tienen mucho sangramiento y dolor, y por lo tanto consultan antes, hay otras con encías que se manifiestan menos, que no sangran tanto, pero que tienen un proceso infeccioso activo que hace que se pierdan tejidos nobles, sin embargo, como los signos no son tan evidentes, muchas veces consultan muy tarde'.
El diagnóstico temprano de las enfermedades periodontales es fundamental para que puedan ser atendidas a tiempo por un especialista. El tratamiento básico consiste en eliminar el tártaro o sarro que está sobre y bajo
la encía, para luego poder trabajar en la raíz, y eliminar así el tejido contaminado.
Cuando la detección es precoz, el tratamiento es sencillo y su pronóstico, bastante favorable. Esto debe ir acompañado de hábitos de higiene por parte del paciente, ya que el cepillado eficiente es necesario para conseguir buenos resultados, así como para la mantención de la salud bucal en general.
Muchas personas sólo se dan cuenta de la importante función que cumplen sus dientes cuando los pierden. Y es que preocuparse diariamente de la limpieza bucal es una hábito que no se practica ni con la frecuencia ni con la dedicación que merece.
Una de las principales consecuencias de este comportamiento son las conocidas y temidas caries. Sin embargo, los dientes no son los únicos perjudicados, sino que también las estructuras que los rodean, es decir, las encías y el hueso. Las patologías que afectan a estos tejidos son las enfermedades periodontales, las cuales pueden comenzar con una simple gingivitis - inflamación de las encías- y terminar con una periodontitis, que es una infección seria que provoca la destrucción del hueso de soporte y la posible pérdida de los dientes.
Según la odontóloga Verónica Weil, periodoncista de Clínica Alemana, 'estamos hablando de una enfermedad mutilante, lo que significa que el hueso que se pierde no se recupera'.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de estas patologías en la actualidad es superior al 75% entre las personas de 35 a 44 años. En nuestro país afectan a más del 80% de los chilenos y son la principal causa de pérdida de piezas dentales después de los 40 años de edad.
El arma que cada persona tiene para prevenir una enfermedad tan prevalente como ésta, es mantener una higiene bucal eficiente, que le permita defenderse de esos gérmenes oportunistas que habitan en la boca y forman la placa bacteriana, responsable de las dos principales enfermedades bucales: las caries y las enfermedades periodontales
De acuerdo con la odontóloga 'cuando hay una placa bacteriana agresiva que se organiza en torno al cuello del diente, ésta puede comenzar a inflamar la encía y a profundizarse entre ésta y el diente.
Para entrar necesita destruir tejidos, por eso suelen quedar los cuellos expuestos, porque se pierde hueso por esta enfermedad, originariamente infecciosa' explica la especialista.
Generalmente, cuando la placa bacteriana envejece se calcifica, entonces se forma el sarro que pasa a ser un factor mecánico que presiona la encía y facilita la acumulación de más placa: 'Si bien el sarro en sí no es una entidad patológica, una vez instalado se constituye en núcleo para la reposición de más placa bacteriana y su recalcificación. Entonces, aunque no es una causa primaria de la enfermedad, sí es ayudante, propiciador y, además, es una evidencia de que ha habido defectos en la limpieza bucal doméstica', explica la especialista.
Sin embargo, no todo el mundo calcifica a la misma velocidad, por lo tanto, muchas personas pueden mantener por bastante tiempo depósitos blandos de placa bacteriana sin presentar mayores problemas. Otras tienen una placa bacteriana tan destructiva que, sin necesidad de calcificarse, agrede a los tejidos, colaborando a una posible pérdida de hueso.
Para evitar llegar a estos extremos hay que estar atento a ciertos signos que son una voz de alerta, como la presencia de mucho sarro, la inflamación, el sangramiento y la recesión de la encía, es decir, cuando ésta se recoge y se exponen los cuellos dentarios, lo que significa que ya se ha perdido tejido.
La periodoncista aclara que 'así como hay personas que tienen mucho sangramiento y dolor, y por lo tanto consultan antes, hay otras con encías que se manifiestan menos, que no sangran tanto, pero que tienen un proceso infeccioso activo que hace que se pierdan tejidos nobles, sin embargo, como los signos no son tan evidentes, muchas veces consultan muy tarde'.
El diagnóstico temprano de las enfermedades periodontales es fundamental para que puedan ser atendidas a tiempo por un especialista. El tratamiento básico consiste en eliminar el tártaro o sarro que está sobre y bajo
la encía, para luego poder trabajar en la raíz, y eliminar así el tejido contaminado.
Cuando la detección es precoz, el tratamiento es sencillo y su pronóstico, bastante favorable. Esto debe ir acompañado de hábitos de higiene por parte del paciente, ya que el cepillado eficiente es necesario para conseguir buenos resultados, así como para la mantención de la salud bucal en general.