Debido a que el cuerpo carece de reservas de agua es importante reponerla todos los días para mantenerlo funcionando de manera saludable. Es sabido que el promedio de agua diaria ideal es de alrededor de dos litros diarios. Sin embargo, cuando comienza el verano algunas personas se toman esto demasiado en serio y comienzan a tomar agua prácticamente a toda hora.
'En circunstancias normales, las personas que toman más agua de la necesaria y andan con una botellita en la cartera, lo único que consiguen es agregar más líquido a la diuresis total. Lo que se bota diariamente de orina son alrededor de 1.500 ml. en promedio al día. Si se toma más agua, esto aumenta y en vez de orinar 1.500 se excreta 2.000 o 2.500, con la incomodidad que significa tener que ir muchas veces al baño', afirma el doctor Ayala.
Además, el especialista, sostiene que, incluso, hay casos en que el consumo excesivo de agua puede provocar un edema de las neuronas en el cerebro, y llevar a la persona a un compromiso de conciencia: 'Los más expuestos a sufrir este tipo de situaciones son los deportistas, como maratonistas o quienes practican deportes extremos'.
De acuerdo con Patricia Rodríguez, nutricionista de Clínica Alemana, tomar dos litros de agua diario, no es algo tan difícil de lograr ya que este elemento está contenido en muchos de los alimentos que consumimos diariamente. Hay que considerar que a través de la fruta, sopa, leche, té, etc, estamos consumiendo líquido.
¿Cuándo se requiere más agua?
El balance de agua que requiere el cuerpo para funcionar se puede ver alterado por una serie de enfermedades o trastornos orgánicos, y en estos casos la necesidad de aumentar la ingesta de agua se hace necesario.
El agua también ayuda a mantener constante la temperatura del cuerpo. Cuando hace mucho calor, se realiza mucho ejercicio físico o se tiene fiebre, aumenta la temperatura corporal, lo cual se disipa con la pérdida de agua a través de la transpiración. El mecanismo que nos indica si el cuerpo tiene un déficit de agua, es la sed, por eso es tan importante no ignorar este sistema de alarma.
De acuerdo con el doctor Eduardo Ríos, gastroenterólogo de Clínica Alemana, las estadísticas demuestran que las enfermedades del tubo digestivo son las que mayor deshidratación provocan. La diarrea es una de las afecciones que provoca un rápido desequilibrio de líquido a nivel orgánico.
'El agua es el principal solvente de los elementos que se absorben y forma más del 90% del jugo digestivo, la saliva, la bilis, y el jugo intestinal. Por eso cuando se produce un déficit, la sangre comienza a absorber líquido desde afuera, lo que hacer que disminuyan las secreciones, se sequen las mucosas y la piel', explica el especialista.
A nivel renal, tomar harta agua puede ser útil porque las sales que están en la orina se diluyen, lo que es especialmente relevante para las personas que tienen tendencia a producir cálculos. También es necesesario aumentar la ingesta frente a otros estados patológicos, como por ejemplo, los que significan una mayor pérdida de agua a través de la orina.
No hay duda de que es un elemento indispensable para la vida ni de que los seres humanos requerimos ciertas cantidades diariamente para que funcione correctamente nuestro organismo. Sin embargo, de acuerdo con los especialistas la moda que se ha implantado en el último tiempo de consumir grandes cantidades de agua diariamente para mejorar la salud no tiene un asidero científico.
Nuestro cuerpo está formado por un 65% de agua, un 18% de proteínas, un 10% de lípidos, un 5% de glúcidos, y un 1% de minerales. En el agua están disueltas casi todas las sustancias que forman y nutren el organismo, por esto se le conoce como el solvente universal; también permite el transporte de los nutrientes, remueve los materiales de desecho y participa en todas las reacciones que se llevan a cabo para producir energía.
Históricamente se ha otorgado una serie de atributos al agua, transformándola en un elemento portador de innumerables secretos para el bienestar corporal. Si bien es cierto que este elemento es indispensable para la vida, su ingesta excesiva en personas adecuadamente hidratadas no aporta ningún beneficio adicional para la salud.
El doctor Arturo Ayala, nefrólogo de Clínica Alemana, explica que 'una de las funciones del riñón es controlar la cantidad de agua que se excreta diariamente y eso se relaciona con la cantidad de agua que se ingiere. La gente piensa que entre más agua toma mejor funciona el riñón y eso no es verdad, es un mito, salvo que se esté deshidratado y se requiera más agua para volver a la normalidad'.
Debido a que el cuerpo carece de reservas de agua es importante reponerla todos los días para mantenerlo funcionando de manera saludable. Es sabido que el promedio de agua diaria ideal es de alrededor de dos litros diarios. Sin embargo, cuando comienza el verano algunas personas se toman esto demasiado en serio y comienzan a tomar agua prácticamente a toda hora.
'En circunstancias normales, las personas que toman más agua de la necesaria y andan con una botellita en la cartera, lo único que consiguen es agregar más líquido a la diuresis total. Lo que se bota diariamente de orina son alrededor de 1.500 ml. en promedio al día. Si se toma más agua, esto aumenta y en vez de orinar 1.500 se excreta 2.000 o 2.500, con la incomodidad que significa tener que ir muchas veces al baño', afirma el doctor Ayala.
Además, el especialista, sostiene que, incluso, hay casos en que el consumo excesivo de agua puede provocar un edema de las neuronas en el cerebro, y llevar a la persona a un compromiso de conciencia: 'Los más expuestos a sufrir este tipo de situaciones son los deportistas, como maratonistas o quienes practican deportes extremos'.
De acuerdo con Patricia Rodríguez, nutricionista de Clínica Alemana, tomar dos litros de agua diario, no es algo tan difícil de lograr ya que este elemento está contenido en muchos de los alimentos que consumimos diariamente. Hay que considerar que a través de la fruta, sopa, leche, té, etc, estamos consumiendo líquido.
¿Cuándo se requiere más agua?
El balance de agua que requiere el cuerpo para funcionar se puede ver alterado por una serie de enfermedades o trastornos orgánicos, y en estos casos la necesidad de aumentar la ingesta de agua se hace necesario.
El agua también ayuda a mantener constante la temperatura del cuerpo. Cuando hace mucho calor, se realiza mucho ejercicio físico o se tiene fiebre, aumenta la temperatura corporal, lo cual se disipa con la pérdida de agua a través de la transpiración. El mecanismo que nos indica si el cuerpo tiene un déficit de agua, es la sed, por eso es tan importante no ignorar este sistema de alarma.
De acuerdo con el doctor Eduardo Ríos, gastroenterólogo de Clínica Alemana, las estadísticas demuestran que las enfermedades del tubo digestivo son las que mayor deshidratación provocan. La diarrea es una de las afecciones que provoca un rápido desequilibrio de líquido a nivel orgánico.
'El agua es el principal solvente de los elementos que se absorben y forma más del 90% del jugo digestivo, la saliva, la bilis, y el jugo intestinal. Por eso cuando se produce un déficit, la sangre comienza a absorber líquido desde afuera, lo que hacer que disminuyan las secreciones, se sequen las mucosas y la piel', explica el especialista.
A nivel renal, tomar harta agua puede ser útil porque las sales que están en la orina se diluyen, lo que es especialmente relevante para las personas que tienen tendencia a producir cálculos. También es necesesario aumentar la ingesta frente a otros estados patológicos, como por ejemplo, los que significan una mayor pérdida de agua a través de la orina.