Agrega que hay lugares que se ven afectados más a menudo, como son las bifurcaciones donde cambia el diámetro de la arteria madre con respecto a las otras ramas. 'Una de estas zonas es la región inguinal, por lo tanto, la embolia más frecuente es la que afecta las piernas o parte de ellas', explica el doctor Bianchi.
Entre las principales causas de esta patología, que generalmente se presenta en las personas mayores de 70 años, se encuentran las arritmias cardiacas, infartos u otros problemas del corazón, que pueden no haber sido diagnosticados o tratadas adecuadamente. La irregularidad en el latido cardiaco provoca que la sangre comience a generar coágulos. En estos casos la embolia se presenta como una complicación del cuadro base.
'Existen zonas del corazón que no tienen movilidad, lo que provoca que la sangre tienda a formar un coágulo que crece hasta desprenderse. Luego comienza a trasladarse por las arterias hasta que se encuentra con una cuyo diámetro le impide pasar, obstruyendo la circulación de la sangre', explica el cirujano.
A partir de la instalación del émbolo, se desarrolla un cuadro de isquemia, es decir, una falta de irrigación de los tejidos. Esta se manifiesta, en el caso de una extremidad, a través de dolor, ausencia de potencia muscular, enfriamiento e invalidez del segmento afectado. Eventualmente, se puede llegar a la parálisis y a la anestesia, que ya son fases tardías y de muy mal pronóstico.
Por este motivo, el especialista recomienda que 'toda persona que haya padecido una arritmia o tenga una causa conocida de riesgo embólico, se someta a un tratamiento oportuno. Éste puede ser, por ejemplo, a través del manejo de la arritmia con el uso de fármacos o marcapasos. En el caso de personas que tienen un riesgo embólico muy alto, se les suministra anticoagulantes para evitar la formación inicial del coágulo'.
Hay que enfatizar que el cuadro isquémico tiene sintomatología muy repentina, existiendo territorios particularmente críticos, como por ejemplo el cerebral. 'Éstos se perciben rápidamente porque el paciente se colapsa, queda con parálisis y también presenta dificultades para comunicarse (afasia)', aclara el especialista.
Por el contrario, cuando se ven dañados órganos profundos como es el territorio viceral o intestinal, usualmente no se logra hacer el diagnóstico inmediato, ya que la sintomatología es más vaga. Los procedimientos que efectúen dependerán de la rapidez con que el paciente acuda a un centro de atención y se haga el diagnóstico.
El tratamiento tradicional es una emergencia quirúrgica, es decir, abordar la arteria en la zona de la obstrucción, previo estudio diagnóstico. En estos casos, se extrae el coágulo, lo que se denomina una embolectomía.
Otra opción, especialmente válida en zonas críticas del cerebro, es la trombolisis. 'Si el coágulo se detecta idealmente antes de tres horas de su formación y se trata inmediatamente, se realiza una trombolisis, es decir, se le administran fármacos que licuan el émbolo. En estos casos, se puede recuperar el territorio dañado, sin tener grandes complicaciones', explica el doctor.
Cuando ya han pasado más horas, el cuadro se torna más complejo y no se pueden recetar todos los medicamentos.
Según el cirujano, los pronósticos son buenos en la medida que el paciente sea atendido oportunamente, y posteriormente siga estrictamente las indicaciones de tratamiento para evitar la reaparición de la enfermedad. 'Si se recupera la arteria, la persona recobra su situación previa y se procede con el tratamiento correspondiente para que la patología no se repita'.
Dicen que el cuerpo es una máquina perfecta, compuesta por diversos órganos que trabajan en conjunto. Sin embargo, y pese a que la función de todos es importante, existen algunos que si fallan pueden provocar un descalabro a nivel
general, arriesgando incluso la vida del hombre.
Así ocurre con el trabajo que desempeñan las arterias, que son los conductos que llevan la sangre del corazón a todas las partes del cuerpo. Por este motivo, es tan importante
que a cierta edad, los adultos se sometan a controles médicos para prevenir anomalías como la embolia arterial.
Ésta es una alteración que se produce por la oclusión súbita de una arteria por un émbolo, que es un coágulo de sangre, el cual se puede originar en el corazón o en cualquier nivel del sistema vascular arterial. Este coágulo obstruirá una arteria a distal de su foco de origen, cuando el diámetro de ésta impida el tránsito del coágulo, tapando el flujo.
El cirujano vascular de Clínica Alemana doctor Víctor Bianchi, señala que la instalación de este coágulo detiene en un 100% la circulación de la sangre que pasa por ese vaso en forma brusca; y los síntomas dependerán del área afectada. De este modo, 'si el émbolo nace en el corazón puede dirigirse a cualquier parte del cuerpo, ya que lo irriga por completo. Por el contrario, si se origina en la carótida, el único camino a seguir es el cerebro, por ser el órgano al cual irriga, por ejemplo'.
Agrega que hay lugares que se ven afectados más a menudo, como son las bifurcaciones donde cambia el diámetro de la arteria madre con respecto a las otras ramas. 'Una de estas zonas es la región inguinal, por lo tanto, la embolia más frecuente es la que afecta las piernas o parte de ellas', explica el doctor Bianchi.
Entre las principales causas de esta patología, que generalmente se presenta en las personas mayores de 70 años, se encuentran las arritmias cardiacas, infartos u otros problemas del corazón, que pueden no haber sido diagnosticados o tratadas adecuadamente. La irregularidad en el latido cardiaco provoca que la sangre comience a generar coágulos. En estos casos la embolia se presenta como una complicación del cuadro base.
'Existen zonas del corazón que no tienen movilidad, lo que provoca que la sangre tienda a formar un coágulo que crece hasta desprenderse. Luego comienza a trasladarse por las arterias hasta que se encuentra con una cuyo diámetro le impide pasar, obstruyendo la circulación de la sangre', explica el cirujano.
A partir de la instalación del émbolo, se desarrolla un cuadro de isquemia, es decir, una falta de irrigación de los tejidos. Esta se manifiesta, en el caso de una extremidad, a través de dolor, ausencia de potencia muscular, enfriamiento e invalidez del segmento afectado. Eventualmente, se puede llegar a la parálisis y a la anestesia, que ya son fases tardías y de muy mal pronóstico.
Por este motivo, el especialista recomienda que 'toda persona que haya padecido una arritmia o tenga una causa conocida de riesgo embólico, se someta a un tratamiento oportuno. Éste puede ser, por ejemplo, a través del manejo de la arritmia con el uso de fármacos o marcapasos. En el caso de personas que tienen un riesgo embólico muy alto, se les suministra anticoagulantes para evitar la formación inicial del coágulo'.
Hay que enfatizar que el cuadro isquémico tiene sintomatología muy repentina, existiendo territorios particularmente críticos, como por ejemplo el cerebral. 'Éstos se perciben rápidamente porque el paciente se colapsa, queda con parálisis y también presenta dificultades para comunicarse (afasia)', aclara el especialista.
Por el contrario, cuando se ven dañados órganos profundos como es el territorio viceral o intestinal, usualmente no se logra hacer el diagnóstico inmediato, ya que la sintomatología es más vaga. Los procedimientos que efectúen dependerán de la rapidez con que el paciente acuda a un centro de atención y se haga el diagnóstico.
El tratamiento tradicional es una emergencia quirúrgica, es decir, abordar la arteria en la zona de la obstrucción, previo estudio diagnóstico. En estos casos, se extrae el coágulo, lo que se denomina una embolectomía.
Otra opción, especialmente válida en zonas críticas del cerebro, es la trombolisis. 'Si el coágulo se detecta idealmente antes de tres horas de su formación y se trata inmediatamente, se realiza una trombolisis, es decir, se le administran fármacos que licuan el émbolo. En estos casos, se puede recuperar el territorio dañado, sin tener grandes complicaciones', explica el doctor.
Cuando ya han pasado más horas, el cuadro se torna más complejo y no se pueden recetar todos los medicamentos.
Según el cirujano, los pronósticos son buenos en la medida que el paciente sea atendido oportunamente, y posteriormente siga estrictamente las indicaciones de tratamiento para evitar la reaparición de la enfermedad. 'Si se recupera la arteria, la persona recobra su situación previa y se procede con el tratamiento correspondiente para que la patología no se repita'.