Agrega que los menores que están siguiendo un tratamiento con antibióticos por periodos prolongados también tienen más riesgo de contraer hongos porque estos medicamentos pueden destruir algunas de las bacterias que impiden que éstos proliferen.
Asimismo, los niños con frenillos, prótesis o mala higiene bucal, que no se cepillan frecuentemente los dientes, son más propensos también a desarrollar candidiasis bucal. Al igual que los que presentan algún trastorno congénito o adquirido del sistema inmune.
Las lesiones producidas por el hongo suelen ubicarse en la cara superior de la lengua, al interior de ambas mejillas, a veces en las encías y en la cara interna de los labios, y cuando la infección es más extendida, puede comprometer también el paladar blando y toda la orofaringe (parte posterior de la garganta).
La doctora Pierry explica que 'el diagnóstico es principalmente clínico, es decir, el médico puede diagnosticar la candidiasis bucal observando la boca y la lengua, ya que son lesiones características. Si el diagnóstico no está claro del todo, se puede tomar un examen microscópico de raspados bucales o un cultivo de lesiones bucales'.
Se pueden confundir con aftas y otras lesiones bucales como estomatitis herpética, por ejemplo. Mientras que en los recién nacidos, también con restos de leche y, en esos casos, se hace el diagnóstico diferencial raspando lo blanco. Luego, si se desprende fácilmente, son restos de leche pero si permanecen, se diagnostican hongos y se sigue el tratamiento correspondiente.
La especialista afirma que para la candidiasis bucal, a menudo no es necesario tratamiento, debido a que ésta se resuelve por sí sola al cabo de dos semanas. Pero, si es importante un manejo adecuado. Para ello se pueden tomar probióticos en caso de uso de antibióticos y un cepillo de dientes suave con enjuagues bucales con una solución de agua oxigenada diluida al 3% varias veces al día.
En general, los antimicóticos se administran en formato líquido o gel, que se hacen circular dentro de la boca y después se tragan. Estos se usan generalmente por 5 a 10 días y, si no funcionan, se pueden prescribir medicamentos más fuertes siempre bajo supervisión médica. Además, el buen control de los niveles de glicemia en personas con diabetes puede ser suficiente para eliminar una candidiasis bucal.
Pero, cuando el sistema inmune es deficitario, el hongo se multiplica, produciendo lesiones en la lengua y el resto de la boca, las que se caracterizan por ser aterciopeladas y blanquecinas. Debajo de este material, hay tejido enrojecido que puede sangrar fácilmente.
'Los niños diabéticos o los que comen exceso de azúcar en forma frecuente, son más susceptibles de contraer candidiasis bucal debido a que el azúcar extra en la saliva actúa como alimento para la cándida', asegura la doctora Cristina Pierry, pediatra de Clínica Alemana.
Agrega que los menores que están siguiendo un tratamiento con antibióticos por periodos prolongados también tienen más riesgo de contraer hongos porque estos medicamentos pueden destruir algunas de las bacterias que impiden que éstos proliferen.
Asimismo, los niños con frenillos, prótesis o mala higiene bucal, que no se cepillan frecuentemente los dientes, son más propensos también a desarrollar candidiasis bucal. Al igual que los que presentan algún trastorno congénito o adquirido del sistema inmune.
Las lesiones producidas por el hongo suelen ubicarse en la cara superior de la lengua, al interior de ambas mejillas, a veces en las encías y en la cara interna de los labios, y cuando la infección es más extendida, puede comprometer también el paladar blando y toda la orofaringe (parte posterior de la garganta).
La doctora Pierry explica que 'el diagnóstico es principalmente clínico, es decir, el médico puede diagnosticar la candidiasis bucal observando la boca y la lengua, ya que son lesiones características. Si el diagnóstico no está claro del todo, se puede tomar un examen microscópico de raspados bucales o un cultivo de lesiones bucales'.
Se pueden confundir con aftas y otras lesiones bucales como estomatitis herpética, por ejemplo. Mientras que en los recién nacidos, también con restos de leche y, en esos casos, se hace el diagnóstico diferencial raspando lo blanco. Luego, si se desprende fácilmente, son restos de leche pero si permanecen, se diagnostican hongos y se sigue el tratamiento correspondiente.
La especialista afirma que para la candidiasis bucal, a menudo no es necesario tratamiento, debido a que ésta se resuelve por sí sola al cabo de dos semanas. Pero, si es importante un manejo adecuado. Para ello se pueden tomar probióticos en caso de uso de antibióticos y un cepillo de dientes suave con enjuagues bucales con una solución de agua oxigenada diluida al 3% varias veces al día.
En general, los antimicóticos se administran en formato líquido o gel, que se hacen circular dentro de la boca y después se tragan. Estos se usan generalmente por 5 a 10 días y, si no funcionan, se pueden prescribir medicamentos más fuertes siempre bajo supervisión médica. Además, el buen control de los niveles de glicemia en personas con diabetes puede ser suficiente para eliminar una candidiasis bucal.