Las consecuencias de una caída en el embarazo van a depender de la parte del cuerpo involucrada, ya que si hay compromiso del abdomen los riesgos aumentan.
Sin embargo, el embarazo tiene una serie de mecanismos de protección, como el líquido amniótico y la pared del útero, que funcionan como verdaderos amortiguadores. A esto se suma que la madre siempre tiende a proteger a su bebé en desmedro de ella, por lo que muchas veces al caer termina con lesiones en otras partes de su cuerpo con tal de no dañar el embarazo.
Es poco frecuente que una caída simple afecte al feto. Lo que sí puede suceder es que si el traumatismo es grave, se desprenda la placenta atentando directamente contra la vida de la madre y el hijo.
Los signos más evidentes de daño son la pérdida de líquido o sangre, contracciones uterinas y dolor en el bajo vientre. Sin embargo, para saber qué tan grave pudo ser el traumatismo es fundamental asistir de inmediato a un centro de salud para realizar un examen médico, ya que es la única forma de efectuar un diagnóstico certero.
Los casos con mal pronóstico obstétrico se manifiestan habitualmente dentro de las seis primeras horas post-trauma.
La importancia de un buen manejo médico
El pronóstico de vida de la mujer
y su hijo luego de un accidente dependerán en gran medida del manejo médico.
Existe una serie de aspectos particulares que se deben considerar al momento de tratar a una mujer embarazada, ya que su biología es diferente, por lo tanto, los conceptos de reanimación y de manejo son distintos.
Un ejemplo característico, es cuando una mujer embarazada se desmaya en la calle. El doctor Astudillo explica, que en estos casos, no hay que levantarle los pies, porque el útero presiona vasos sanguíneos importantes. Esto dificulta la llegada de sangre al corazón y a los pulmones, lo que empeora la situación. 'Para mejorar el estado de la mujer embarazada, es recomendable que se coloque de costado, preferentemente hacia el lado izquierdo', recomienda.
El especialista también destaca que muchas veces no se realizan exámenes radiológicos a la madre por miedo a dañar al feto, lo que es un error, ya que el riesgo al que es sometido con este procedimiento es pequeño
comparado con lo que significa no tener un diagnóstico del trauma materno.
Las madres saben que durante el embarazo deben cuidar su salud y alimentación, para que el bebé se desarrolle en las mejores condiciones posibles.
Lamentablemente, esto no siempre es suficiente, ya que a veces basta sólo un segundo para que ocurra algún evento imprevisto que puede poner en riesgo la vida de madre e hijo.
De acuerdo con un artículo publicado en mayo de 1992 en The journal of Trauma, entre el 10 y el 30% de los traumatismos en el embarazo termina con la muerte materna y de éstos el 90% se acompaña también de muerte fetal o neonatal inmediata.
Sin embargo, es importante aclarar que estas cifras se refieren a eventos violentos, principalmente accidentes de tránsito, que concentran la más alta mortalidad materna y fetal (33% y 47% respectivamente). Pero sin duda los accidentes más frecuentes durante el embarazo son leves, principalmente caídas, las cuales no revierten mayor peligro si son manejadas adecuadamente.
De acuerdo con el doctor Julio Astudillo, ginecólogo y obstetra de Clínica Alemana, 'una mujer embarazada tiene mayor riesgo de sufrir un traumatismo, porque está en desmedro físicamente, ya que disminuye su capacidad muscular, los reflejos, el equilibrio y tiene cambios en la circulación sanguínea que la hacen más proclive a los desmayos. Se vuelve menos tolerante a los cambios de presión provocados por la temperatura o por ciertos movimientos, como levantarse bruscamente'.
Las consecuencias de una caída en el embarazo van a depender de la parte del cuerpo involucrada, ya que si hay compromiso del abdomen los riesgos aumentan.
Sin embargo, el embarazo tiene una serie de mecanismos de protección, como el líquido amniótico y la pared del útero, que funcionan como verdaderos amortiguadores. A esto se suma que la madre siempre tiende a proteger a su bebé en desmedro de ella, por lo que muchas veces al caer termina con lesiones en otras partes de su cuerpo con tal de no dañar el embarazo.
Es poco frecuente que una caída simple afecte al feto. Lo que sí puede suceder es que si el traumatismo es grave, se desprenda la placenta atentando directamente contra la vida de la madre y el hijo.
Los signos más evidentes de daño son la pérdida de líquido o sangre, contracciones uterinas y dolor en el bajo vientre. Sin embargo, para saber qué tan grave pudo ser el traumatismo es fundamental asistir de inmediato a un centro de salud para realizar un examen médico, ya que es la única forma de efectuar un diagnóstico certero.
Los casos con mal pronóstico obstétrico se manifiestan habitualmente dentro de las seis primeras horas post-trauma.
La importancia de un buen manejo médico
El pronóstico de vida de la mujer
y su hijo luego de un accidente dependerán en gran medida del manejo médico.
Existe una serie de aspectos particulares que se deben considerar al momento de tratar a una mujer embarazada, ya que su biología es diferente, por lo tanto, los conceptos de reanimación y de manejo son distintos.
Un ejemplo característico, es cuando una mujer embarazada se desmaya en la calle. El doctor Astudillo explica, que en estos casos, no hay que levantarle los pies, porque el útero presiona vasos sanguíneos importantes. Esto dificulta la llegada de sangre al corazón y a los pulmones, lo que empeora la situación. 'Para mejorar el estado de la mujer embarazada, es recomendable que se coloque de costado, preferentemente hacia el lado izquierdo', recomienda.
El especialista también destaca que muchas veces no se realizan exámenes radiológicos a la madre por miedo a dañar al feto, lo que es un error, ya que el riesgo al que es sometido con este procedimiento es pequeño
comparado con lo que significa no tener un diagnóstico del trauma materno.