Par evitar que cualquiera de estos eventos se desencadene durante el vuelo, el enfermo debe anticiparse y tomar las medidas preventivas. 'Como especialistas, evaluamos con cierta frecuencia a personas que nos piden el pase para poder volar.
Para ellos hay fórmulas y diferentes exámenes que permiten prever cuál va a ser la presión de oxígeno del paciente en vuelo y cómo ésta lo podría afectar. Si se determina que su presión de oxígeno puede caer más de lo recomendable, se le autoriza volar, pero debe pedirle a la línea aérea que le provea un suplemento de oxígeno durante el vuelo', explica el médico broncopulmonar.
En caso de que la persona presente uno de estos eventos cuando ya está arriba del avión, se recomienda que informe inmediatamente a la tripulación para que el piloto realice las maniobras adecuadas, que pueden ir desde esperar a que la situación mejore a hacer una escala no programada para que el afectado reciba las atenciones correspondientes.
Otras afecciones que hay que considerar
Con la reducción de la presión (descompresión) que se produce en altura, el gas se expande, por lo tanto, las cámaras gaseosas del cuerpo se inflan y buscan expulsar su contenido al exterior por los conductos correspondientes. Por lo tanto, si alguno de ellos se encuentra tapado, la presión interna aumenta, lo que puede provocar una serie de complicaciones.
'Es por esto, que los individuos resfriados que tienen obstruidas las trompas de Eustaquio (tubos que van desde la parte de atrás de la garganta hasta el oído medio) pueden sufrir fuertes dolores de oídos mientras vuelan, incluso, es posible que lleguen a tener una hemorragia del oído medio. Volar también puede resultar una experiencia dolorosa para quienes tienen abscesos dentarios, ya que por el cambio de presión es posible que los síntomas se exacerben. Por lo tanto, se recomienda que estas personas solucionen sus problemas antes de subirse a un avión', afirma el doctor Soto.
Por el mismo mecanismo, los pacientes con un neumoencéfalo mayor (acumulación de aire dentro de la cavidad craneal) pueden tener complicaciones en altura, ya que al viajar en avión ese neumoencéfalo se expande y comprime el cerebro. Sucede algo similar en las personas que tienen neumotórax, por eso a estos enfermos hay que trasladarlos con un drenaje funcionante. También puede tener una descompensación alguien que sufra una distensión intestinal por gases, problema que puede presentarse luego de una operación abdominal.
Debido a estas consecuencias es muy importante que los individuos susceptibles tomen precauciones y consulten con su médico si viajar es perjudicial para su salud o bajo qué condiciones pueden hacerlo.
Si se cuenta o no con las condiciones de salud para realizar un viaje en avión, es una pregunta que más de alguien se debe estar haciendo en estas fechas, en que muchos chilenos están pensando en sus añoradas vacaciones.
Si bien es cierto que la mayoría de las personas que sufre de algún problema médico puede viajar en aviones comerciales sin complicaciones, en algunos casos es importante tomar ciertas precauciones, ya que la presión del aire en la cabina puede resultar nociva para quienes sufren de enfermedades coronarias o pulmonares crónicas, resfríos y abscesos dentarios, entre otras patologías.
Al interior de la cabina de un avión comercial hay una altitud que va de 1.800 a 3.000 metros. En estas condiciones la saturación de oxígeno está al límite de la normalidad, lo que supone una presión arterial de oxígeno de 60 a 65 mmHg para un individuo sano, que sólo debe respirar un poco más profundamente para estar cómodo. Sin embargo, las personas enfermas que cuentan con una limitada capacidad de transporte de oxígeno al organismo, cuando viajan a esa altura pueden experimentar una baja de su presión arterial de oxígeno y llegar a un nivel muy inferior al límite aceptable que es 60 mmHg.
Por todo lo anterior, las condiciones de hipoxia o falta de oxígeno que se dan en el interior de los aviones pueden favorecer el desarrollo de complicaciones en algunas personas.
De acuerdo con el Dr. Rodrigo Soto, especialista en enfermedades respiratorias y con experiencia en medicina aeronáutica, 'las personas enfermas del corazón, de los pulmones o con anemias importantes, pueden llegar a tener durante el vuelo un estrés biológico aumentado, arritmias, angina de pecho, descompensación de una insuficiencia cardiaca y dificultad respiratoria, entre otros. Además, en viajes largos, aquéllos que tienen mala oxigenación pueden experimentar algún grado de agitación, inquietud y hasta desorientación'.
Par evitar que cualquiera de estos eventos se desencadene durante el vuelo, el enfermo debe anticiparse y tomar las medidas preventivas. 'Como especialistas, evaluamos con cierta frecuencia a personas que nos piden el pase para poder volar.
Para ellos hay fórmulas y diferentes exámenes que permiten prever cuál va a ser la presión de oxígeno del paciente en vuelo y cómo ésta lo podría afectar. Si se determina que su presión de oxígeno puede caer más de lo recomendable, se le autoriza volar, pero debe pedirle a la línea aérea que le provea un suplemento de oxígeno durante el vuelo', explica el médico broncopulmonar.
En caso de que la persona presente uno de estos eventos cuando ya está arriba del avión, se recomienda que informe inmediatamente a la tripulación para que el piloto realice las maniobras adecuadas, que pueden ir desde esperar a que la situación mejore a hacer una escala no programada para que el afectado reciba las atenciones correspondientes.
Otras afecciones que hay que considerar
Con la reducción de la presión (descompresión) que se produce en altura, el gas se expande, por lo tanto, las cámaras gaseosas del cuerpo se inflan y buscan expulsar su contenido al exterior por los conductos correspondientes. Por lo tanto, si alguno de ellos se encuentra tapado, la presión interna aumenta, lo que puede provocar una serie de complicaciones.
'Es por esto, que los individuos resfriados que tienen obstruidas las trompas de Eustaquio (tubos que van desde la parte de atrás de la garganta hasta el oído medio) pueden sufrir fuertes dolores de oídos mientras vuelan, incluso, es posible que lleguen a tener una hemorragia del oído medio. Volar también puede resultar una experiencia dolorosa para quienes tienen abscesos dentarios, ya que por el cambio de presión es posible que los síntomas se exacerben. Por lo tanto, se recomienda que estas personas solucionen sus problemas antes de subirse a un avión', afirma el doctor Soto.
Por el mismo mecanismo, los pacientes con un neumoencéfalo mayor (acumulación de aire dentro de la cavidad craneal) pueden tener complicaciones en altura, ya que al viajar en avión ese neumoencéfalo se expande y comprime el cerebro. Sucede algo similar en las personas que tienen neumotórax, por eso a estos enfermos hay que trasladarlos con un drenaje funcionante. También puede tener una descompensación alguien que sufra una distensión intestinal por gases, problema que puede presentarse luego de una operación abdominal.
Debido a estas consecuencias es muy importante que los individuos susceptibles tomen precauciones y consulten con su médico si viajar es perjudicial para su salud o bajo qué condiciones pueden hacerlo.