Es así, como la mamadera y el chupete suelen ser muy útiles durante los primeros años, aunque su uso prolongado puede provocar problemas en la dentadura de los pequeños.
'Para que haya un desarrollo normal de los dientes es necesario que la lengua esté adosada al paladar. Esto no es posible si el chupete o la mamadera se continúan usando por periodos prolongados, porque la succión obliga a apoyar la lengua en la parte inferior de la boca', sostiene la especialista.
Esto produce una deformación, denominada paladar ojival, lo que se traduce en un desplazamiento del maxilar superior hacia delante, por lo tanto, al cerrar la boca los dientes superiores e inferiores no coinciden.
'Generalmente, este tipo de malformaciones suelen corregirse espontáneamente los primeros años de vida, sin embargo, si el uso del chupete o mamadera se prolongan más allá de los tres años este alt eración
puede ser irreversible', sostiene la especialista.
Según Veronica Arriagada, para que el niño abandone estos hábitos es fundamental que los padres establezcan ciertas normas. 'En el caso de la mamadera es importante establecer rutinas de desayuno y de once, donde los adultos se den el tiempo de acompañar al menor y enseñarle de a poco a tomar su leche en taza'.
El chupete es más difícil de quitar, por lo tanto, lo que se aconseja es hacerlo paulatinamente. La ortodoncista explica que lo ideal es ir limitando su uso y enseñarle al niño que ya no lo va a utilizar más durante el día sino sólo en la noche, y una vez dormido retirárselo.
'Sin embargo, si se ve que con esto el menor comienza a chuparse el dedo, es preferible volver al chupete porque lo primero es mucho más dañino', sostiene la especialista.
La succión es un reflejo natural del ser humano, presente incluso antes del nacimiento y gracias a él es posible alimentarse los primeros meses de vida. Sin embargo, actualmente no siempre es posible satisfacer esta necesidad sólo con el pecho materno, por lo que se han creado sustitutos, como la mamadera y el chupete.
La ortodoncista de Clínica Alemana Verónica Arriagada comenta que 'hoy las mamás disponen de menos tiempo para amamantar al bebé, lo que hace cada vez más habitual el uso de estos utensilios, ya sea para alimentar al niño o para saciar el reflejo de succión'.
Es así, como la mamadera y el chupete suelen ser muy útiles durante los primeros años, aunque su uso prolongado puede provocar problemas en la dentadura de los pequeños.
'Para que haya un desarrollo normal de los dientes es necesario que la lengua esté adosada al paladar. Esto no es posible si el chupete o la mamadera se continúan usando por periodos prolongados, porque la succión obliga a apoyar la lengua en la parte inferior de la boca', sostiene la especialista.
Esto produce una deformación, denominada paladar ojival, lo que se traduce en un desplazamiento del maxilar superior hacia delante, por lo tanto, al cerrar la boca los dientes superiores e inferiores no coinciden.
'Generalmente, este tipo de malformaciones suelen corregirse espontáneamente los primeros años de vida, sin embargo, si el uso del chupete o mamadera se prolongan más allá de los tres años este alt eración
puede ser irreversible', sostiene la especialista.
Según Veronica Arriagada, para que el niño abandone estos hábitos es fundamental que los padres establezcan ciertas normas. 'En el caso de la mamadera es importante establecer rutinas de desayuno y de once, donde los adultos se den el tiempo de acompañar al menor y enseñarle de a poco a tomar su leche en taza'.
El chupete es más difícil de quitar, por lo tanto, lo que se aconseja es hacerlo paulatinamente. La ortodoncista explica que lo ideal es ir limitando su uso y enseñarle al niño que ya no lo va a utilizar más durante el día sino sólo en la noche, y una vez dormido retirárselo.
'Sin embargo, si se ve que con esto el menor comienza a chuparse el dedo, es preferible volver al chupete porque lo primero es mucho más dañino', sostiene la especialista.