Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica:
En la gestación de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, suelen estar presentes dos patologías relacionadas estrechamente entre sí: la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. En general, coexisten ambas con predominio de una u otra, sin embargo, sólo se puede hablar de EPOC cuando se presentan con obstrucción bronquial.
Es por esto que los principales síntomas son tos crónica, generalmente con mucosidades, y disnea o cansancio. Los afectados también sienten el pecho apretado y ahogos, además de escuchar una especie de 'pito' al respirar (sibilancias).
Por eso es recomendable que todo fumador que presente un cuadro como éste por un tiempo prolongado, sea evaluado por un especialista, quien realizará un examen llamado espirometría para ver si hay obstrucción bronquial. Si se confirma el diagnóstico, el mismo procedimiento permitirá cuantificar la gravedad del problema.
El tratamiento de esta enfermedad, generalmente progresiva y a veces irreversible, es de tipo médico. Lo más importante es abandonar el tabaco e iniciar una terapia farmacológica para dilatar los bronquios y evitar la obstrucción. Además, se debe realizar una rehabilitación física que consiste en ejercicios para sacar el máximo provecho a la capacidad respiratoria.
Sin embargo, en los casos más graves se puede recurrir a un tratamiento quirúrgico. Los tipos de cirugía que se ofrecen en forma excepcional son básicamente tres: la bulectomía, que es la resección de bulas o bolsas de aire; la reducción del volumen pulmonar eliminando zonas muy enfisematosas, y por último, el trasplante pulmonar.
Anualmente mueren cerca de cinco millones de personas por causas relacionadas al consumo de tabaco, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Uno de los principales motivos es el desarrollo de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una patología que cada vez es más frecuente a nivel mundial.
De acuerdo al doctor Hernán Cabello, jefe de la Unidad de Enfermedades Respiratorias de Clínica Alemana, en el mundo occidental esta afección es probablemente la cuarta causa de muerte en hombres de edad media y de mayor edad, después de la cardiopatía coronaria, el cáncer pulmonar y los accidentes cerebrovasculares.
Las estadísticas más recientes entregadas por la Asociación Americana de Tórax (American Lung Association), revelan que 15 millones de americanos sufren esta enfermedad.
Según el especialista, en las últimas cinco décadas ha existido una terminología confusa para definir esta afección, sin embargo, actualmente, hay consenso mundial en denominarla Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica porque su principal característica funcional es la obstrucción al flujo aéreo u obstrucción bronquial.
En cuanto a sus causas, el doctor Cabello explica que a nivel mundial el consumo de cigarrillo es el principal responsable, ya que sobre el 90% de los casos es secundario al tabaco. 'Las partículas nocivas o gases tóxicos inhalados producen una respuesta inflamatoria anormal, la que origina lesiones en la vía aérea y en los pulmones', sostiene.
Se estima que otros factores de riesgo capaces de incrementar los efectos del tabaco o disminuir la capacidad defensiva del organismo, son el bajo peso al nacer, desnutrición, infecciones respiratorias e hiperreactividad bronquial.
En la gestación de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, suelen estar presentes dos patologías relacionadas estrechamente entre sí: la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. En general, coexisten ambas con predominio de una u otra, sin embargo, sólo se puede hablar de EPOC cuando se presentan con obstrucción bronquial.
Es por esto que los principales síntomas son tos crónica, generalmente con mucosidades, y disnea o cansancio. Los afectados también sienten el pecho apretado y ahogos, además de escuchar una especie de 'pito' al respirar (sibilancias).
Por eso es recomendable que todo fumador que presente un cuadro como éste por un tiempo prolongado, sea evaluado por un especialista, quien realizará un examen llamado espirometría para ver si hay obstrucción bronquial. Si se confirma el diagnóstico, el mismo procedimiento permitirá cuantificar la gravedad del problema.
El tratamiento de esta enfermedad, generalmente progresiva y a veces irreversible, es de tipo médico. Lo más importante es abandonar el tabaco e iniciar una terapia farmacológica para dilatar los bronquios y evitar la obstrucción. Además, se debe realizar una rehabilitación física que consiste en ejercicios para sacar el máximo provecho a la capacidad respiratoria.
Sin embargo, en los casos más graves se puede recurrir a un tratamiento quirúrgico. Los tipos de cirugía que se ofrecen en forma excepcional son básicamente tres: la bulectomía, que es la resección de bulas o bolsas de aire; la reducción del volumen pulmonar eliminando zonas muy enfisematosas, y por último, el trasplante pulmonar.