Por todo lo señalado, no es aconsejable el reemplazo del almuerzo y/o comidas por alimentos, como por ejemplo pan con agregado, que no incluyen suficientes verduras y frutas. Menos aún por snacks, ricos en carbohidratos de carbono y grasas, pero pobres en vitaminas.
Puede ocurrir también que a los adolescentes se les dé suplementos vitamínicos sin requerirlos. La doctora Marín aclara que en general, éstos se usan en enfermedades específicas, por lo que en la población sana no se recomienda su consumo. Los suplementos no cumplen con indicaciones específicas para su utilización, por lo que existe el riesgo de una ingesta excesiva, que puede provocar graves enfermedades.
Se ha observado en los niños una hipervitaminosis A, que puede provocar un reblandecimiento anormal de los huesos del cráneo, entre cuyos síntomas está la irritabilidad, disminución del apetito y peso', explica la nutrióloga.
También se puede presentar la hipervitaminosis C, que se produce por una ingesta en exceso de esta vitamina en forma de medicamento, y no por alimentación. Dado que ese exceso no se acumula en el organismo, ya que es eliminado por la
orina. Una alta concentración de esta vitamina aumenta su grado de acidez y disminuye su pH, lo que puede estimular la génesis de cálculos renales, especialmente los de tipo oxalato cálcico.
Después de la lactancia, la adolescencia es uno de los periodos donde se existe una mayor demanda de nutrientes, aumentando el riesgo de que estos requerimientos no se cumplan. Esto, debido al cambio en el estilo de vida que presentan los jóvenes, quienes reemplazan su alimentación tradicional por comidas rápidas o a deshoras, sin las suficientes vitaminas, sustancias esenciales para el metabolismo, crecimiento y buen funcionamiento del cuerpo.
La nutrióloga de Clínica Alemana doctora Verónica Marín señala que la cantidad de vitaminas que se recomienda está relacionada con los valores referenciales del consumo de nutrientes en personas sanas. También se toma en cuenta la edad, el sexo, el estado de salud y si la persona está embarazada o en periodo de lactancia.
El rol que juegan las vitaminas en esta etapa de la vida es de suma importancia, ya que ocurren diversos cambios fisiológicos, como el aumento del peso, talla y madurez sexual, entre otros. Por ello, se requiere una mayor cantidad de energía y nutrientes que tiene relación con la síntesis de proteínas y el desarrollo celular.
A juicio de la especialista, todas son importantes pero algunas nos preocupan más que otras. Estudios nacionales señalan que la ingesta de nutrientes en adolescentes es insuficiente en vitamina A y C, tanto en hombres como en mujeres, pero sobre todo en estas últimas, por la frecuencia con que realizan dietas.
Agrega que lo esencial es que en la práctica, la alimentación de cada adolescente cubra todos los requerimientos. 'De esta manera, se aconseja cambiar los hábitos en la población chilena a través del consumo de diferentes tipos de alimentos durante el día, aumentando la ingesta de frutas, verduras y legumbres. Además se recomienda usar de preferencia aceites vegetales y limitar el consumo de grasas de origen animal'.
Por todo lo señalado, no es aconsejable el reemplazo del almuerzo y/o comidas por alimentos, como por ejemplo pan con agregado, que no incluyen suficientes verduras y frutas. Menos aún por snacks, ricos en carbohidratos de carbono y grasas, pero pobres en vitaminas.
Puede ocurrir también que a los adolescentes se les dé suplementos vitamínicos sin requerirlos. La doctora Marín aclara que en general, éstos se usan en enfermedades específicas, por lo que en la población sana no se recomienda su consumo. Los suplementos no cumplen con indicaciones específicas para su utilización, por lo que existe el riesgo de una ingesta excesiva, que puede provocar graves enfermedades.
Se ha observado en los niños una hipervitaminosis A, que puede provocar un reblandecimiento anormal de los huesos del cráneo, entre cuyos síntomas está la irritabilidad, disminución del apetito y peso', explica la nutrióloga.
También se puede presentar la hipervitaminosis C, que se produce por una ingesta en exceso de esta vitamina en forma de medicamento, y no por alimentación. Dado que ese exceso no se acumula en el organismo, ya que es eliminado por la
orina. Una alta concentración de esta vitamina aumenta su grado de acidez y disminuye su pH, lo que puede estimular la génesis de cálculos renales, especialmente los de tipo oxalato cálcico.