Sin embargo, en el 1 o 2% de los niños este conducto continúa abierto, lo que da origen a la patología inguinal. Entonces, al penetrar algún elemento del abdomen al conducto como un asa intestinal, o en el caso de la mujer, el ovario o la trompa, se producirá una hernia.
Si el conducto sólo se ha cerrado un poco, pasará líquido y en ese caso se originará un hidrocele comunicante. Asimismo, si se cierra dejando líquido atrapado, causará un quiste del cordón en los niños
y de Nück en las niñas, llamado así en homenaje a quien lo describió.
Estas hernias se parecen a un bulto o hinchazón en la ingle, en el escroto o en el ombligo, que puede ser más perceptible cuando el bebé llora, y disminuir o desaparecer cuando se tranquiliza. Si el especialista presiona ligeramente sobre la protuberancia cuando el niño está tranquilo y acostado, normalmente se reducirá u ocultará.
Los esfuerzos y el llanto no producen hernias. Sin embargo, el aumento de presión en el abdomen puede hacer que éstas sean más perceptibles.
Cuando la hernia no es reducible, existe la posibilidad de que el tramo de intestino haya quedado atrapado en la zona debilitada del músculo abdominal. Cuando esto sucede, el niño puede presentar abdomen hinchado y redondeado, vómitos, dolor o nerviosismo, enrojecimiento o cambio de color y fiebre.
Como los síntomas de una hernia se parecen a los de otros problemas médicos, siempre es recomendable consultar a un especialista para el diagnóstico.
El doctor Correia asegura que 'el 60% de los menores de un año que padece hernia sufre de atascamiento, por lo que cuando el pediatra lo detecta debe indicar cirugía de urgencia'.
Agrega que en niños mayores es frecuente que la mamá detecte la hernia al bañarlos por la dilatación que sufren los tejidos con el calor.
'Las hernias de los niños son absolutamente diferentes a las de los adultos, ya que con los años la pared se debilita y cede por desgaste, por eso llamamos a los casos de los niños indirectos y a los de los adultos directos', señala el especialista.
Se ha visto que alrededor del 11.5% de los padres que han tenido hernia pueden tener hijos con este tipo de patología, por lo que hay que estar atento, ya que no existe prevención.
El doctor Correia explica que el tratamiento es quirúrgico y consiste en cerrar y resecar el conducto peritoneo vaginal. 'Esta indicación quirúrgica no es de urgencia, ya que se debe operar una vez hecho el diagnóstico y sólo se realiza cirugía inmediata cuando la hernia se atasca, dado que puede ocasionar estrangulaciones, con serias consecuencias como pérdidas de intestino, ovarios o testículos'.
Asimismo, el cirujano explica que se trata de una operación bien regulada, que habitualmente no demanda más de un día de hospitalización para los prematuros y niños pequeños, mientras que en los mayores es
ambulatoria.
Las hernias no sólo se producen en los adultos, en ocasiones también afectan a recién nacidos, principalmente a prematuros. Habitualmente, se presenta alrededor del ombligo o en la zona de la ingle, manifestándose como una protuberancia blanda debajo de la piel donde se ha producido.
Ésta consiste en una porción del intestino que sobresale a través de una zona débil en los músculos abdominales. Si aparece en el ombligo del recién nacido, se denomina hernia umbilical, y si surge en la ingle, hernia inguinal.
El doctor Guillermo Correia, cirujano infantil de Clínica Alemana, explica que 'una hernia puede desarrollarse en los primeros meses de vida, producto de la persistencia del conducto peritoneo vaginal que en la mayoría de los pequeños se cierra después de nacer'.
Sin embargo, en el 1 o 2% de los niños este conducto continúa abierto, lo que da origen a la patología inguinal. Entonces, al penetrar algún elemento del abdomen al conducto como un asa intestinal, o en el caso de la mujer, el ovario o la trompa, se producirá una hernia.
Si el conducto sólo se ha cerrado un poco, pasará líquido y en ese caso se originará un hidrocele comunicante. Asimismo, si se cierra dejando líquido atrapado, causará un quiste del cordón en los niños
y de Nück en las niñas, llamado así en homenaje a quien lo describió.
Estas hernias se parecen a un bulto o hinchazón en la ingle, en el escroto o en el ombligo, que puede ser más perceptible cuando el bebé llora, y disminuir o desaparecer cuando se tranquiliza. Si el especialista presiona ligeramente sobre la protuberancia cuando el niño está tranquilo y acostado, normalmente se reducirá u ocultará.
Los esfuerzos y el llanto no producen hernias. Sin embargo, el aumento de presión en el abdomen puede hacer que éstas sean más perceptibles.
Cuando la hernia no es reducible, existe la posibilidad de que el tramo de intestino haya quedado atrapado en la zona debilitada del músculo abdominal. Cuando esto sucede, el niño puede presentar abdomen hinchado y redondeado, vómitos, dolor o nerviosismo, enrojecimiento o cambio de color y fiebre.
Como los síntomas de una hernia se parecen a los de otros problemas médicos, siempre es recomendable consultar a un especialista para el diagnóstico.
El doctor Correia asegura que 'el 60% de los menores de un año que padece hernia sufre de atascamiento, por lo que cuando el pediatra lo detecta debe indicar cirugía de urgencia'.
Agrega que en niños mayores es frecuente que la mamá detecte la hernia al bañarlos por la dilatación que sufren los tejidos con el calor.
'Las hernias de los niños son absolutamente diferentes a las de los adultos, ya que con los años la pared se debilita y cede por desgaste, por eso llamamos a los casos de los niños indirectos y a los de los adultos directos', señala el especialista.
Se ha visto que alrededor del 11.5% de los padres que han tenido hernia pueden tener hijos con este tipo de patología, por lo que hay que estar atento, ya que no existe prevención.
El doctor Correia explica que el tratamiento es quirúrgico y consiste en cerrar y resecar el conducto peritoneo vaginal. 'Esta indicación quirúrgica no es de urgencia, ya que se debe operar una vez hecho el diagnóstico y sólo se realiza cirugía inmediata cuando la hernia se atasca, dado que puede ocasionar estrangulaciones, con serias consecuencias como pérdidas de intestino, ovarios o testículos'.
Asimismo, el cirujano explica que se trata de una operación bien regulada, que habitualmente no demanda más de un día de hospitalización para los prematuros y niños pequeños, mientras que en los mayores es
ambulatoria.