Como en estos casos la cirugía tiene un carácter preventivo, debe efectuarse cuando comienzan los síntomas y aún no hay un gran daño del cartílago articular. Por eso, los principales candidatos a esta intervención son pacientes entre la segunda y cuarta década de vida que presentan estas deformidades. Generalmente, quienes más consultan son deportistas, ya que sus caderas tienen una mayor demanda por el ejercicio que realizan.
Al tratarse de una cirugía mínimamente invasiva, la recuperación es considerablemente más rápida y con menos molestias que cuando se realiza una cirugía abierta. El mismo día de la intervención el paciente ya puede levantarse y al día siguiente, generalmente, es dado de alta, debiendo caminar con bastones por alrededor de una semana. Así puede reintegrarse rápidamente a sus actividades cotidianas.
Para que los resultados sean óptimos es importante dominar las técnicas artroscópicas, además de tener la experiencia en el procedimiento quirúrgico abierto para tratar esta enfermedad, la cual sigue siendo una opción de tratamiento en pacientes seleccionados.
'Antes, tratar este tipo de deformidades con una técnica distinta a la cirugía abierta era casi imposible, hoy esta técnica artroscópica ya es una realidad para nosotros', asegura el traumatólogo.
En los últimos dos años, el equipo encabezado por el doctor Mella ya ha intervenido por deformidades del fémur o del acetábulo a aproximadamente 25 pacientes, con resultados iniciales muy satisfactorios.
'>Los positivos resultados alcanzados por el Equipo de Cadera de Clínica Alemana en el tratamiento de lesiones intra-articulares con cirugía artroscópica, han motivado a este grupo a utilizar esta técnica en el manejo de deformidades que limitan el libre movimiento de la articulación, patologías que hasta hace poco eran de dominio absoluto de la cirugía abierta.
La artroscopia de cadera es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que consiste en tratar lesiones o enfermedades articulares, introduciendo -a través de mínimas incisiones en la piel- finos instrumentos y una cámara que permite a los cirujanos visualizar el procedimiento al interior de la articulación. La ventaja de esta técnica es el menor traumatismo quirúrgico, lo que permite una recuperación mucho más rápida y un mejor resultado estético.
Con la introducción de la artroscopia de cadera en Clínica Alemana, en 2003, se inició el uso de esta técnica en forma regular y sistemática en Chile. El doctor Claudio Mella, traumatólogo de Clínica Alemana, asegura que cuatro años después el balance es muy satisfactorio, con un porcentaje importante de casos exitosos, comparables a los obtenidos en centros internacionales.
Un trabajo reciente realizado por este especialista, que se publicará en la Revista Chilena de Ortopedia y Traumatología, revela que más del 80% de los pacientes operados en Clínica Alemana con esta técnica por una lesión del labrum acetabular -que es una de las indicaciones más frecuentes- obtuvo resultados excelentes y buenos. Esto se traduce en un número importante de personas que han dejado de padecer los síntomas de esta enfermedad y han logrado una reinserción en la actividad deportiva.
Motivados por los resultados obtenidos, el equipo encabezado por el doctor Mella decidió dar un nuevo paso en el desarrollo de esta técnica. Es así como desde el año 2005
está utilizándola para tratar otro tipo de patologías de la cadera: deformidades del fémur o del acetábulo que limitan el movimiento y provocan un pinzamiento de los rebordes de la cadera (pellizcamiento femoroacetabular),
lo que va generando un daño progresivo en el labrum y cartílago articular. El primer síntoma es, habitualmente, el dolor en la región inguinal, la que con ciertos movimientos se irradia hasta el muslo.
'Hoy se sabe que estas anomalías pueden ser las responsables de una futura artrosis o de otras lesiones en la cadera', explica el doctor Mella.
Como en estos casos la cirugía tiene un carácter preventivo, debe efectuarse cuando comienzan los síntomas y aún no hay un gran daño del cartílago articular. Por eso, los principales candidatos a esta intervención son pacientes entre la segunda y cuarta década de vida que presentan estas deformidades. Generalmente, quienes más consultan son deportistas, ya que sus caderas tienen una mayor demanda por el ejercicio que realizan.
Al tratarse de una cirugía mínimamente invasiva, la recuperación es considerablemente más rápida y con menos molestias que cuando se realiza una cirugía abierta. El mismo día de la intervención el paciente ya puede levantarse y al día siguiente, generalmente, es dado de alta, debiendo caminar con bastones por alrededor de una semana. Así puede reintegrarse rápidamente a sus actividades cotidianas.
Para que los resultados sean óptimos es importante dominar las técnicas artroscópicas, además de tener la experiencia en el procedimiento quirúrgico abierto para tratar esta enfermedad, la cual sigue siendo una opción de tratamiento en pacientes seleccionados.
'Antes, tratar este tipo de deformidades con una técnica distinta a la cirugía abierta era casi imposible, hoy esta técnica artroscópica ya es una realidad para nosotros', asegura el traumatólogo.
En los últimos dos años, el equipo encabezado por el doctor Mella ya ha intervenido por deformidades del fémur o del acetábulo a aproximadamente 25 pacientes, con resultados iniciales muy satisfactorios.