Contra la obesidad
En cuanto a los medicamentos, ¿existe alguno que sirva?
Existen algunos que están aprobados internacionalmente para tratar la obesidad, éstos son la sibutramina y el rimonabant, los que actúan a nivel del hipotálamo y tratan de controlar el hambre y la sensación de saciedad. También existe el orlistat, que contribuye a disminuir la absorción de grasa a nivel intestinal. Sin embargo, todos tienen un efecto limitado, ya que son de poca potencia y no actúan igual en todos los pacientes.
¿Se pueden tomar combinados?
Sí, pero siempre con manejo médico. Asimismo, no van a tener ningún resultado si el paciente no aprende el concepto de que, obligadamente, tiene que ordenar su alimentación y restringir lo más calórico.
¿Cuál es la importancia de que haya un control del especialista?
Estos medicamentos están contraindicados en algunos pacientes por sus efectos colaterales, como taquicardia e hipertensión arterial. Muchas veces, además de obesa, la persona puede tener estas condiciones y no saberlo, por lo que es más peligroso aún.
Igualmente, pueden producir un síndrome depresivo severo, por lo que es indispensable evaluar la historia del paciente antes de recetarle algo.
¿Qué rol juega la actividad física?
Es un beneficio para todo el organismo, tanto para la salud mental como para la física. Todo mejora significativamente con el ejercicio, como el hígado graso, la insulinorresistencia, el riesgo de diabetes y osteoporosis, y la densidad ósea, entre otros. Cuando una persona suma una rutina de ejercicios a un plan de alimentación, logra tener a futuro hábitos de vida saludables, que pueden sostener esta baja de peso en el tiempo.
Existe la creencia de que al disminuir de peso de manera lenta, los resultados son más seguros, ¿qué hay de cierto en esto?
Todo individuo que hace un tratamiento para bajar de peso con o sin dieta, medicamentos y/o ejercicio, haya bajado lento o rápido, va a volver a subir si repite los mismos malos hábitos que lo llevaron a esa condición, como saltarse las comidas, ingerir muchas grasas o tomar demasiado alcohol. No existe ningún tratamiento que asegure la baja a un peso determinado para siempre si no se cuida.
Se cree que por bajar de forma natural, con una dieta controlada por un especialista, sin fármacos y de manera lenta, no va a volver a subir nunca más. Puede ser así sólo si en el proceso la persona aprende que eso es lo que tiene que hacer el resto de su vida. Cambiar el hábito para siempre. Lo que sí es cierto es que cuando se usan fármacos, se tiende a tener un 'rebote' mayor, ya que los pacientes, además de suspender su efecto, dejan de cuidar la alimentación, lo que se traduce en una subida más rápida que, incluso, puede sobrepasar el peso con el que empezaron.
¿Por eso es muy importante el control médico?
Sí, ya que la obesidad tiene que ser considerada como una enfermedad crónica, al igual que la diabetes o la hipertensión. Por ejemplo, nadie le suspendería los fármacos a un diabético que llegó al nivel ideal de glicemia. A diferencia de la diabetes -en que hay un gran arsenal de medicamentos- en la obesidad los existentes no son tan efectivos y, además, a largo plazo pueden tener consecuencias negativas. Si se logra encontrar un fármaco que permita mantener el peso, deberíamos poder dejarlo prescrito de por vida.
¿Los fármacos se recetan en cualquier grado de obesidad?
Se pueden usar, pero según la evaluación de cada individuo. Se considera habitualmente que quienes tienen sobrepeso deberían poder controlar su peso con un plan de alimentación y ejercicio. En cambio, para la obesidad se recetan fármacos, pero como su efecto sólo dura al principio, deberíamos ir aumentando la dosis, lo que no es recomendable por los efectos negativos a nivel cardiaco. por lo tanto, es indispensable complementarlos con hábitos de vida saludables.
En tanto, en grados mayores de obesidad (severa o mórbida), lo más efectivo para controlar el peso es la cirugía bariátrica.
¿Los productos naturales tienen algún efecto positivo para bajar de peso?
No. Existe la tendencia a creer que todo lo natural y orgánico es bueno. Los pacientes llegan diciendo que salió un producto nuevo, pero la verdad es que para las enfermedades crónicas no existe nada en el mercado que tenga un efecto significativo y a largo plazo.
Sin embargo, mientras no les haga daño, pueden consumirlos porque el efecto placebo de los fármacos es muy fuerte, aunque ningún estudio avale que, efectivamente, sirvan.
¿Qué precauciones hay que tener con los niños obesos y el consumo de fármacos?
Todos estos medicamentos están estudiados en adultos. El más inocuo en niños y adolescentes es el orlistat, que actúa sólo a nivel intestinal, por lo que no tiene efectos colaterales serios; no quita el apetito, sólo disminuye un poco la absorción de grasas.
En menores, la evaluación individual es más indispensable aún. Actualmente, la obesidad infantil es un problema gravísimo y, prácticamente, no tenemos herramientas para tratarlo en forma efectiva. Es un desgaste enorme, por lo que uno plantea que el énfasis debiera estar en la prevención y desde los primeros años. Pero para eso hay que concientizar a los padres, para que críen niños sanos, enseñándoles a comer frutas y verduras, sin darles golosinas ni bebidas normales.
¿Qué peligros implica subir y bajar de peso cada cierto tiempo?
Es la historia natural de la enfermedad. Subir de peso, hacer un plan para controlarlo y bajar; al estar bien, dejar de hacer el plan y volver a subir. Al subir de peso, el centro controlador de éste graba como normal ese máximo y se equilibra ahí. En ese punto las personas hacen un tratamiento para bajar y, al hacerlo, el sistema central lee que están en desequilibrio porque espera ese máximo marcado en el disco duro. Entonces, el organismo empieza a activar neurotransmisores y péptidos que aumentan el apetito. Si a esto sumamos que las personas no colaboran, es decir, vuelven a los malos hábitos y no hacen ejercicio, tienen el camino pavimentado hacia el aumento de peso.
No cualquier persona con sobrepeso u obesidad es candidata a seguir un tratamiento farmacológico para bajar de peso. Primero, hay que evaluar si tiene contraindicaciones para tomar esos medicamentos, y si es que está motivada a cumplir con un buen plan de alimentación.
La doctora Carolina González, nutrióloga de Clínica Alemana, explica que para reducir la talla hay que conseguir cambiar de por vida los hábitos alimenticios y de salud, y que a la hora de recetar medicamentos, éstos deben actuar sobre tres puntos: que la persona responda a su efecto, que controlen el peso y que logren estabilizarlo en el tiempo; esto último todavía no se ha alcanzado.
Hay productos que prometen bajar de peso en poco tiempo, ¿qué tan verídico es esto?
No existe ningún medicamento en el mercado que te haga 'bajar de peso' en forma rápida, eficiente y sin efectos secundarios negativos. Ninguno puede hacer la magia de quitar el apetito, aumentar el metabolismo y oxidar la grasa.
En cuanto a los medicamentos, ¿existe alguno que sirva?
Existen algunos que están aprobados internacionalmente para tratar la obesidad, éstos son la sibutramina y el rimonabant, los que actúan a nivel del hipotálamo y tratan de controlar el hambre y la sensación de saciedad. También existe el orlistat, que contribuye a disminuir la absorción de grasa a nivel intestinal. Sin embargo, todos tienen un efecto limitado, ya que son de poca potencia y no actúan igual en todos los pacientes.
¿Se pueden tomar combinados?
Sí, pero siempre con manejo médico. Asimismo, no van a tener ningún resultado si el paciente no aprende el concepto de que, obligadamente, tiene que ordenar su alimentación y restringir lo más calórico.
¿Cuál es la importancia de que haya un control del especialista?
Estos medicamentos están contraindicados en algunos pacientes por sus efectos colaterales, como taquicardia e hipertensión arterial. Muchas veces, además de obesa, la persona puede tener estas condiciones y no saberlo, por lo que es más peligroso aún.
Igualmente, pueden producir un síndrome depresivo severo, por lo que es indispensable evaluar la historia del paciente antes de recetarle algo.
¿Qué rol juega la actividad física?
Es un beneficio para todo el organismo, tanto para la salud mental como para la física. Todo mejora significativamente con el ejercicio, como el hígado graso, la insulinorresistencia, el riesgo de diabetes y osteoporosis, y la densidad ósea, entre otros. Cuando una persona suma una rutina de ejercicios a un plan de alimentación, logra tener a futuro hábitos de vida saludables, que pueden sostener esta baja de peso en el tiempo.
Existe la creencia de que al disminuir de peso de manera lenta, los resultados son más seguros, ¿qué hay de cierto en esto?
Todo individuo que hace un tratamiento para bajar de peso con o sin dieta, medicamentos y/o ejercicio, haya bajado lento o rápido, va a volver a subir si repite los mismos malos hábitos que lo llevaron a esa condición, como saltarse las comidas, ingerir muchas grasas o tomar demasiado alcohol. No existe ningún tratamiento que asegure la baja a un peso determinado para siempre si no se cuida.
Se cree que por bajar de forma natural, con una dieta controlada por un especialista, sin fármacos y de manera lenta, no va a volver a subir nunca más. Puede ser así sólo si en el proceso la persona aprende que eso es lo que tiene que hacer el resto de su vida. Cambiar el hábito para siempre. Lo que sí es cierto es que cuando se usan fármacos, se tiende a tener un 'rebote' mayor, ya que los pacientes, además de suspender su efecto, dejan de cuidar la alimentación, lo que se traduce en una subida más rápida que, incluso, puede sobrepasar el peso con el que empezaron.
¿Por eso es muy importante el control médico?
Sí, ya que la obesidad tiene que ser considerada como una enfermedad crónica, al igual que la diabetes o la hipertensión. Por ejemplo, nadie le suspendería los fármacos a un diabético que llegó al nivel ideal de glicemia. A diferencia de la diabetes -en que hay un gran arsenal de medicamentos- en la obesidad los existentes no son tan efectivos y, además, a largo plazo pueden tener consecuencias negativas. Si se logra encontrar un fármaco que permita mantener el peso, deberíamos poder dejarlo prescrito de por vida.
¿Los fármacos se recetan en cualquier grado de obesidad?
Se pueden usar, pero según la evaluación de cada individuo. Se considera habitualmente que quienes tienen sobrepeso deberían poder controlar su peso con un plan de alimentación y ejercicio. En cambio, para la obesidad se recetan fármacos, pero como su efecto sólo dura al principio, deberíamos ir aumentando la dosis, lo que no es recomendable por los efectos negativos a nivel cardiaco. por lo tanto, es indispensable complementarlos con hábitos de vida saludables.
En tanto, en grados mayores de obesidad (severa o mórbida), lo más efectivo para controlar el peso es la cirugía bariátrica.
¿Los productos naturales tienen algún efecto positivo para bajar de peso?
No. Existe la tendencia a creer que todo lo natural y orgánico es bueno. Los pacientes llegan diciendo que salió un producto nuevo, pero la verdad es que para las enfermedades crónicas no existe nada en el mercado que tenga un efecto significativo y a largo plazo.
Sin embargo, mientras no les haga daño, pueden consumirlos porque el efecto placebo de los fármacos es muy fuerte, aunque ningún estudio avale que, efectivamente, sirvan.
¿Qué precauciones hay que tener con los niños obesos y el consumo de fármacos?
Todos estos medicamentos están estudiados en adultos. El más inocuo en niños y adolescentes es el orlistat, que actúa sólo a nivel intestinal, por lo que no tiene efectos colaterales serios; no quita el apetito, sólo disminuye un poco la absorción de grasas.
En menores, la evaluación individual es más indispensable aún. Actualmente, la obesidad infantil es un problema gravísimo y, prácticamente, no tenemos herramientas para tratarlo en forma efectiva. Es un desgaste enorme, por lo que uno plantea que el énfasis debiera estar en la prevención y desde los primeros años. Pero para eso hay que concientizar a los padres, para que críen niños sanos, enseñándoles a comer frutas y verduras, sin darles golosinas ni bebidas normales.
¿Qué peligros implica subir y bajar de peso cada cierto tiempo?
Es la historia natural de la enfermedad. Subir de peso, hacer un plan para controlarlo y bajar; al estar bien, dejar de hacer el plan y volver a subir. Al subir de peso, el centro controlador de éste graba como normal ese máximo y se equilibra ahí. En ese punto las personas hacen un tratamiento para bajar y, al hacerlo, el sistema central lee que están en desequilibrio porque espera ese máximo marcado en el disco duro. Entonces, el organismo empieza a activar neurotransmisores y péptidos que aumentan el apetito. Si a esto sumamos que las personas no colaboran, es decir, vuelven a los malos hábitos y no hacen ejercicio, tienen el camino pavimentado hacia el aumento de peso.