Es una patología que tiene dos formas de detección: por síntomas y por un control habitual de la paciente. En el primer caso, el cuadro clínico provocado por estos tumores -generalmente benignos- es básicamente una alteración de las menstruaciones (aumento de la cantidad del flujo) y, en el caso de las mujeres menopáusicas, la presencia de un fluido o goteo oscuro.
Hay que pesquisar los pólipos cuando se produce la sintomatología, no antes. Pero alguien que ya los ha tenido, debería controlarse una vez cada uno o dos años porque es probable que vuelvan a salir, ya que las condiciones o características que los producen se siguen manteniendo. Si se piensa que podrían ser pólipos oncológicos, hay que chequearlos más seguido. En condiciones normales, no es algo que se deba controlar tanto como el Papanicolau', asegura el doctor Riveros.
Aunque los pólipos son tumores, rara vez pasan a ser malignos, por lo que su extracción no siempre es necesaria. Además, pueden desaparecer solos, porque el útero los detecta y trata de eliminarlos mediante contracciones uterinas. Sin embargo, siempre hay que sacarlos cuando producen sintomatología o se sospecha que podrían ser oncológicos, lo que depende de la edad y los antecedentes de la paciente.
Antiguamente, se sacaban haciendo una dilatación y un raspado de la cavidad uterina, pero este procedimiento es 'ciego'. Por eso, ahora se opta por utilizar histeroscopios, instrumentos con óptica y un canal para poder manipular, lo que permite ver el pólipo y su base para sacarlo. Esto es un procedimiento invasivo que se realiza con anestesia y en un pabellón.
El doctor Riveros explica que en Clínica Alemana también se dispone de tecnologías más modernas, como la histerosonografía, ecografía realizada cuando se sospecha de estos cuadros clínicos: 'Este diagnóstico se hace con la cavidad uterina expandida con líquido, el que rodea los pólipos para que queden en evidencia, ya que lo acuoso en las ecografías se ve oscuro, mientras que los tejidos se ven blancos', dice.
También se pueden utilizar unos histeroscopios de menor diámetro que provocan menos dolor, por lo que sólo se necesita sedación y no anestesia, lo que permite que se haga de forma ambulatoria. Esto es sólo para pólipos muy pequeños y ha arrojado buenos resultados.
Sí, porque en general, son estructuras que no están bien irrigadas y que se acompañan mucho de inflamación, lo que puede dificultar la anidación del embrión. Además, el organismo puede reconocerlo como un cuerpo extraño, como si fuera un dispositivo intrauterino. Al haber un pólipo en el interior, el órgano tiene una dinámica distinta que puede dificultar la implantación del embrión.
No. Lo que pasa es que los pólipos uterinos están dentro de la cavidad y no se ven. Pero uno sí ve los que están en el cuello, sobre todo cuando están saliendo porque el útero los va empujando hacia fuera y aparecen primero en la zona cervical.
Departamento de Ginecología
Teléfono: 2101092
Si durante la menstruación se produce un sangrado a destiempo o con anomalías, o si en la menopausia se da un goteo oscuro, podría deberse a la presencia de pólipos uterinos. Cuando la capa interna que recubre el útero sufre un crecimiento excesivo y mayor que su base, se produce hiperplasia, especie de arrugas que forman unos pliegues que pueden convertirse en pólipos.
Este aumento de volumen de la mucosa puede darse en el cuello del útero o en el endometrio. Los primeros se llaman cervicales y los últimos, endometriales. En el 20% de los casos son múltiples y aparecen en distintas partes. Son muy
escasos en la población y no son hereditarios.
'El tejido endometrial crece como respuesta exagerada a algún estímulo, como las hormonas relacionadas con la menopausia, etapa en que la formación de pólipos
es más común. Asimismo, también puede deberse al uso de hormonas utilizadas para el tratamiento del cáncer de mama', explica el doctor Rodrigo Riveros, jefe del Departamento de Ginecología de Clínica Alemana.
Es una patología que tiene dos formas de detección: por síntomas y por un control habitual de la paciente. En el primer caso, el cuadro clínico provocado por estos tumores -generalmente benignos- es básicamente una alteración de las menstruaciones (aumento de la cantidad del flujo) y, en el caso de las mujeres menopáusicas, la presencia de un fluido o goteo oscuro.
Hay que pesquisar los pólipos cuando se produce la sintomatología, no antes. Pero alguien que ya los ha tenido, debería controlarse una vez cada uno o dos años porque es probable que vuelvan a salir, ya que las condiciones o características que los producen se siguen manteniendo. Si se piensa que podrían ser pólipos oncológicos, hay que chequearlos más seguido. En condiciones normales, no es algo que se deba controlar tanto como el Papanicolau', asegura el doctor Riveros.
Aunque los pólipos son tumores, rara vez pasan a ser malignos, por lo que su extracción no siempre es necesaria. Además, pueden desaparecer solos, porque el útero los detecta y trata de eliminarlos mediante contracciones uterinas. Sin embargo, siempre hay que sacarlos cuando producen sintomatología o se sospecha que podrían ser oncológicos, lo que depende de la edad y los antecedentes de la paciente.
Antiguamente, se sacaban haciendo una dilatación y un raspado de la cavidad uterina, pero este procedimiento es 'ciego'. Por eso, ahora se opta por utilizar histeroscopios, instrumentos con óptica y un canal para poder manipular, lo que permite ver el pólipo y su base para sacarlo. Esto es un procedimiento invasivo que se realiza con anestesia y en un pabellón.
El doctor Riveros explica que en Clínica Alemana también se dispone de tecnologías más modernas, como la histerosonografía, ecografía realizada cuando se sospecha de estos cuadros clínicos: 'Este diagnóstico se hace con la cavidad uterina expandida con líquido, el que rodea los pólipos para que queden en evidencia, ya que lo acuoso en las ecografías se ve oscuro, mientras que los tejidos se ven blancos', dice.
También se pueden utilizar unos histeroscopios de menor diámetro que provocan menos dolor, por lo que sólo se necesita sedación y no anestesia, lo que permite que se haga de forma ambulatoria. Esto es sólo para pólipos muy pequeños y ha arrojado buenos resultados.
Sí, porque en general, son estructuras que no están bien irrigadas y que se acompañan mucho de inflamación, lo que puede dificultar la anidación del embrión. Además, el organismo puede reconocerlo como un cuerpo extraño, como si fuera un dispositivo intrauterino. Al haber un pólipo en el interior, el órgano tiene una dinámica distinta que puede dificultar la implantación del embrión.
No. Lo que pasa es que los pólipos uterinos están dentro de la cavidad y no se ven. Pero uno sí ve los que están en el cuello, sobre todo cuando están saliendo porque el útero los va empujando hacia fuera y aparecen primero en la zona cervical.
Departamento de Ginecología
Teléfono: 2101092