Estos trastornos se caracterizan por ocasionar dificultades para conciliar el sueño, somnolencia diurna, malestar general, disminución del rendimiento, alteración de la memoria y la concentración, y aumento de los tiempos de reacción, lo que incrementa el riesgo de accidentabilidad. También se observa disminución del rendimiento cognitivo, con un mayor número de errores en el desempeño de tareas complejas y perseveración en las respuestas.
Según la doctora Alejandra Rodríguez, psiquiatra de Clínica Alemana, el trabajo nocturno se asocia con el aumento de los dolores somáticos, ansiedad y depresión. 'La privación de sueño puede tener un efecto euforizante leve en lo inmediato, lo que puede provocar una descompensación de trastornos del ánimo como la bipolaridad', dice.
Todas las consecuencias emocionales y psicológicas previamente descritas también afectan las relaciones interpersonales. La doctora Rodríguez explica que el cansancio se refleja en mayor irritabilidad y baja tolerancia a pequeñas molestias. 'La vida sexual también puede verse afectada por la disminución de la libido. A esto se suma una menor disponibilidad de tiempo para actividades sociales, ya sea porque la persona está en turno o porque se está recuperando de él', explica.
Consejos
Para la doctora González el problema es que la gente no logra recuperar adecuadamente el sueño porque en sus casas hay movimiento o ruido. Si bien los rangos normales establecen que hay que dormir entre 5 y 9 horas, la doctora González enfatiza que esta regla no es definitiva, ya que hay que guiarse por la calidad más que por la cantidad. 'Lo importante es sentirse descansada', enfatiza.
La especialista señala que una de las consecuencias más relevantes es que las personas presentarían un mayor riesgo de mortalidad a menor plazo, ya que 'tienen más tendencia a desarrollar patologías como hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares, cuestión que se agrava si ya tienen una patología de base'.
A esto se suma una serie de trastornos fisiológicos entre los que destacan, problemas de fatiga y cefalea de tipo tensional. 'No significa que alguien que duerma pocas horas vaya a sufrir dolor de cabeza. No es una 'causa-efecto', sino que esa situación predispone a la persona a padecer cefalea', explica la experta.
Estos síntomas están asociados al estrés que provoca no poder recuperar las horas de sueño perdidas por trabajar de noche, ya que el cuerpo no está preparado. Por eso tener un ambiente grato y adecuado es fundamental. 'En lo posible, evitar ruidos como pasar la aspiradora, para no despertar a ratos', aconseja.
Igualmente, recomienda evitar el consumo de café, tabaco y alcohol durante el período previo al sueño, ya que estas sustancias demoran 8 horas en metabolizarse. Así también, la gente que tiene problemas para conciliar el sueño no debería comer alimentos pesados antes de acostarse.
No es recomendable tampoco dormirse con la televisión prendida, ya que los estímulos lumínicos y auditivos van a fraccionar y dificultar el inicio y manutención del sueño. El ambiente debe ser oscuro, silencioso y cómodo en cuanto a la temperatura. Además, hay algunos medicamentos que deben usarse en horarios adecuados según el sistema de turnos de la persona.
Para la doctora Rodríguez, es muy importante cuidar los tiempos libres, evitando sobrecargarse de otros trabajos. También es bueno desarrollar hobbies y actividades familiares.
La especialista señala que algunos recurren a la automedicación de hipnóticos y psicoestimulantes para lidiar con estas molestias. Sin embargo, el uso de estos medicamentos, en los casos más severos, puede llevar al desarrollo de una dependencia.
Por eso es importante el apoyo de la familia. La experta explica que 'hay personas que toleran mejor el trabajo de noche, debido a que reciben tanto soporte emocional como en las tareas cotidianas, por ejemplo, las responsabilidades domésticas', dice.
Según cifras del Ministerio del Trabajo, en Chile cerca del 16% de las empresas realiza trabajo nocturno y alrededor de un 23% de las personas trabaja en turnos. La doctora Mónica González, neuróloga de Clínica Alemana de Santiago, explica que una persona que trabaja de noche va a experimentar un desgaste mayor que otra que lo hace de día. 'Se altera la fisiología y la estructura normal del sueño, por lo que disminuyen las etapas más profundas del sueño, que son las más reponedoras'.
Estos trastornos se caracterizan por ocasionar dificultades para conciliar el sueño, somnolencia diurna, malestar general, disminución del rendimiento, alteración de la memoria y la concentración, y aumento de los tiempos de reacción, lo que incrementa el riesgo de accidentabilidad. También se observa disminución del rendimiento cognitivo, con un mayor número de errores en el desempeño de tareas complejas y perseveración en las respuestas.
Según la doctora Alejandra Rodríguez, psiquiatra de Clínica Alemana, el trabajo nocturno se asocia con el aumento de los dolores somáticos, ansiedad y depresión. 'La privación de sueño puede tener un efecto euforizante leve en lo inmediato, lo que puede provocar una descompensación de trastornos del ánimo como la bipolaridad', dice.
Todas las consecuencias emocionales y psicológicas previamente descritas también afectan las relaciones interpersonales. La doctora Rodríguez explica que el cansancio se refleja en mayor irritabilidad y baja tolerancia a pequeñas molestias. 'La vida sexual también puede verse afectada por la disminución de la libido. A esto se suma una menor disponibilidad de tiempo para actividades sociales, ya sea porque la persona está en turno o porque se está recuperando de él', explica.
Consejos
Para la doctora González el problema es que la gente no logra recuperar adecuadamente el sueño porque en sus casas hay movimiento o ruido. Si bien los rangos normales establecen que hay que dormir entre 5 y 9 horas, la doctora González enfatiza que esta regla no es definitiva, ya que hay que guiarse por la calidad más que por la cantidad. 'Lo importante es sentirse descansada', enfatiza.
La especialista señala que una de las consecuencias más relevantes es que las personas presentarían un mayor riesgo de mortalidad a menor plazo, ya que 'tienen más tendencia a desarrollar patologías como hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares, cuestión que se agrava si ya tienen una patología de base'.
A esto se suma una serie de trastornos fisiológicos entre los que destacan, problemas de fatiga y cefalea de tipo tensional. 'No significa que alguien que duerma pocas horas vaya a sufrir dolor de cabeza. No es una 'causa-efecto', sino que esa situación predispone a la persona a padecer cefalea', explica la experta.
Estos síntomas están asociados al estrés que provoca no poder recuperar las horas de sueño perdidas por trabajar de noche, ya que el cuerpo no está preparado. Por eso tener un ambiente grato y adecuado es fundamental. 'En lo posible, evitar ruidos como pasar la aspiradora, para no despertar a ratos', aconseja.
Igualmente, recomienda evitar el consumo de café, tabaco y alcohol durante el período previo al sueño, ya que estas sustancias demoran 8 horas en metabolizarse. Así también, la gente que tiene problemas para conciliar el sueño no debería comer alimentos pesados antes de acostarse.
No es recomendable tampoco dormirse con la televisión prendida, ya que los estímulos lumínicos y auditivos van a fraccionar y dificultar el inicio y manutención del sueño. El ambiente debe ser oscuro, silencioso y cómodo en cuanto a la temperatura. Además, hay algunos medicamentos que deben usarse en horarios adecuados según el sistema de turnos de la persona.
Para la doctora Rodríguez, es muy importante cuidar los tiempos libres, evitando sobrecargarse de otros trabajos. También es bueno desarrollar hobbies y actividades familiares.
La especialista señala que algunos recurren a la automedicación de hipnóticos y psicoestimulantes para lidiar con estas molestias. Sin embargo, el uso de estos medicamentos, en los casos más severos, puede llevar al desarrollo de una dependencia.
Por eso es importante el apoyo de la familia. La experta explica que 'hay personas que toleran mejor el trabajo de noche, debido a que reciben tanto soporte emocional como en las tareas cotidianas, por ejemplo, las responsabilidades domésticas', dice.