'No se puede pretender tener sólo al niño a dieta o prohibirle comer ciertas cosas, mientras en la casa todos lo hacen. Simplemente, no hay que comprar lo que los padres no quieren que coman los hijos', dice.
Para ello aconseja llevar un orden estricto de lunes a viernes y dejar para el fin de semana los eventos extraordinarios como cumpleaños, fiestas y celebraciones, y que los hijos se den cuenta de que se trata de una ocasión especial, ya que casi siempre estas instancias implican salirse del hábito alimenticio. 'Generalmente, los niños ven como normal comer papas fritas, mayonesa, dulces y chocolate durante la semana, pero eso no tiene cabida dentro de una pauta de alimentación normal. Sin embargo, para que el cambio de hábito sea exitoso, debe ser asumido como una conducta familiar y que no sea el niño el único que no puede comer, ya que se puede sentir aislado', enfatiza.
La especialista explica que una buena alternativa es hacer la comida entretenida y que siempre esté presentada de manera atractiva. Un ejemplo son los tacos, ya que contienen ingredientes ricos y sanos (carne o pollo acompañado de lechuga, palta y choclo, entre otras cosas). Para el postre, las brochetas de fruta son una opción nutritiva y vistosa, que llama la atención de los niños.
La doctora Guardia añade que una dieta balanceada debe tener siempre proteínas (pollo, carne, pescado, legumbres), las cuales tienen que ser acompañadas por verduras, especialmente, verdes y rojas (guisos, porotos verdes, habas, brócoli y zapallo italiano, entre otras). Los hidratos de carbono hay que consumirlos en pequeñas cantidades.
Además, aconseja no asociar nunca la comida con la gordura, sino que relacionarla con salud y explicarle a los niños qué significa alimentarse saludablemente y las ventajas que tiene para el futuro. 'La cultura chilena nos muestra una imagen visual de niños sanos que son más gorditos de lo normal, por eso el sobrepeso está aceptado como habitual'.
En relación a las colaciones, explica que si el niño no desayuna o se toma sólo una leche en la mañana, es correcto mandarle un sándwich al colegio. Sin embargo, si su primera comida es completa, no es necesario hacerlo, pero debe ser un desayuno con tiempo, lo que implica levantarse antes.
Respecto de la comida chatarra, la especialista aconseja que más que prohibirla, lo importante es que no exista el hábito de consumirla. 'No tiene justificación ir una vez al mes y menos hacerlo como premio porque los hijos se portan bien. Nunca hay que relacionar la comida con regalos o castigos. Así como se les inculca que fumar es malo para la salud, se les debe decir que consumir alimentos ricos en grasas no es saludable', enfatiza.
Otro aspecto importante es cuando el niño come mucho, ya que puede ser un indicio de que está ansioso por algo, por ejemplo, por algún problema en la casa o en el colegio. 'Puede ser que la única forma de tranquilizarse sea comiendo. En estos casos, la mamá debe observar al hijo y se recominda que consulte al psicólogo', señala.
La experta explica que otro factor determinante es que los niños están más solos que antes y, muchas veces, la comida existe como forma de compensar la ausencia de los padres. 'Por eso es tan importante que entiendan que el trabajo primordial parte de ellos y aunque es difícil porque pierden la paciencia fácilmente, es necesario que exista un cambio de hábito familiar y, en ciertos casos, ayudarse por un especialista cuando exista mucha ansiedad', concluye.
Consejos:
- Establecer orden con los horarios, no comer a deshoras ni en bandejas.
- Fomentar el consumo de frutas de lunes a viernes, no arreglar los postres con cremas, pero procurar que esté bien presentado, por ejemplo, brochetas de frutas.
- Inculcar en los niños el hábito de hacer ejercicio todos los días, por lo menos 30 minutos diarios (andar en bicicleta, llevarlos a la plaza, jugar a la pelota y hacer actividades con la familia).
- Limitar las horas de televisión y de computador a máximo dos horas diarias entre las dos cosas.
- Aumentar las calorías diarias de 0 a 200 cuando se practica actividad física moderada y de 200 a 400, si se realiza de manera elevada.
'No puedo comer papas fritas porque estoy gorda', dice Antonia de cinco años. Casos como este demuestran que muchas veces existe en las familias un mal manejo de la alimentación, lo que puede traer consecuencias negativas en los niños. La doctora Silvia Guardia, nutrióloga de Clínica Alemana, señala que lo más importante es que exista un hábito saludable en la familia y que todos coman exactamente igual.
'No se puede pretender tener sólo al niño a dieta o prohibirle comer ciertas cosas, mientras en la casa todos lo hacen. Simplemente, no hay que comprar lo que los padres no quieren que coman los hijos', dice.
Para ello aconseja llevar un orden estricto de lunes a viernes y dejar para el fin de semana los eventos extraordinarios como cumpleaños, fiestas y celebraciones, y que los hijos se den cuenta de que se trata de una ocasión especial, ya que casi siempre estas instancias implican salirse del hábito alimenticio. 'Generalmente, los niños ven como normal comer papas fritas, mayonesa, dulces y chocolate durante la semana, pero eso no tiene cabida dentro de una pauta de alimentación normal. Sin embargo, para que el cambio de hábito sea exitoso, debe ser asumido como una conducta familiar y que no sea el niño el único que no puede comer, ya que se puede sentir aislado', enfatiza.
La especialista explica que una buena alternativa es hacer la comida entretenida y que siempre esté presentada de manera atractiva. Un ejemplo son los tacos, ya que contienen ingredientes ricos y sanos (carne o pollo acompañado de lechuga, palta y choclo, entre otras cosas). Para el postre, las brochetas de fruta son una opción nutritiva y vistosa, que llama la atención de los niños.
La doctora Guardia añade que una dieta balanceada debe tener siempre proteínas (pollo, carne, pescado, legumbres), las cuales tienen que ser acompañadas por verduras, especialmente, verdes y rojas (guisos, porotos verdes, habas, brócoli y zapallo italiano, entre otras). Los hidratos de carbono hay que consumirlos en pequeñas cantidades.
Además, aconseja no asociar nunca la comida con la gordura, sino que relacionarla con salud y explicarle a los niños qué significa alimentarse saludablemente y las ventajas que tiene para el futuro. 'La cultura chilena nos muestra una imagen visual de niños sanos que son más gorditos de lo normal, por eso el sobrepeso está aceptado como habitual'.
En relación a las colaciones, explica que si el niño no desayuna o se toma sólo una leche en la mañana, es correcto mandarle un sándwich al colegio. Sin embargo, si su primera comida es completa, no es necesario hacerlo, pero debe ser un desayuno con tiempo, lo que implica levantarse antes.
Respecto de la comida chatarra, la especialista aconseja que más que prohibirla, lo importante es que no exista el hábito de consumirla. 'No tiene justificación ir una vez al mes y menos hacerlo como premio porque los hijos se portan bien. Nunca hay que relacionar la comida con regalos o castigos. Así como se les inculca que fumar es malo para la salud, se les debe decir que consumir alimentos ricos en grasas no es saludable', enfatiza.
Otro aspecto importante es cuando el niño come mucho, ya que puede ser un indicio de que está ansioso por algo, por ejemplo, por algún problema en la casa o en el colegio. 'Puede ser que la única forma de tranquilizarse sea comiendo. En estos casos, la mamá debe observar al hijo y se recominda que consulte al psicólogo', señala.
La experta explica que otro factor determinante es que los niños están más solos que antes y, muchas veces, la comida existe como forma de compensar la ausencia de los padres. 'Por eso es tan importante que entiendan que el trabajo primordial parte de ellos y aunque es difícil porque pierden la paciencia fácilmente, es necesario que exista un cambio de hábito familiar y, en ciertos casos, ayudarse por un especialista cuando exista mucha ansiedad', concluye.
Consejos:
- Establecer orden con los horarios, no comer a deshoras ni en bandejas.
- Fomentar el consumo de frutas de lunes a viernes, no arreglar los postres con cremas, pero procurar que esté bien presentado, por ejemplo, brochetas de frutas.
- Inculcar en los niños el hábito de hacer ejercicio todos los días, por lo menos 30 minutos diarios (andar en bicicleta, llevarlos a la plaza, jugar a la pelota y hacer actividades con la familia).
- Limitar las horas de televisión y de computador a máximo dos horas diarias entre las dos cosas.
- Aumentar las calorías diarias de 0 a 200 cuando se practica actividad física moderada y de 200 a 400, si se realiza de manera elevada.