Taller
Es por esto que la Unidad de Adolescencia y el Centro de Extensión de Clínica Alemana han organizado este taller para padres de adolescentes entre 10 y 14 años, el que se realizará el 23 de octubre a las 19:00 horas en el auditorio Dr. Federico Haecker.
La doctora Lilianette Nagel, pediatra de la Unidad de Adolescencia, asegura que 'esta iniciativa apunta a encontrar el equilibrio entre ambas tendencias con la adecuada combinación de disciplina y afecto, ya que se ha demostrado que los niños y adolescentes se desarrollan mejor, no sólo teniendo reglas y ajustándose a ellas, sino también cuando los padres consideran los sentimientos de los jóvenes. De esta forma, mejoran en el colegio, eligen amigos apropiados y aprenden a ser responsables'.
En la actualidad, la violencia, consumo de drogas, trastornos alimentarios y actividad sexual desprotegida son algunas de las principales conductas de riesgo de los adolescentes. Este comportamiento está directamente relacionado con el ambiente en el que se vive.
La especialista explica que 'a pesar de que estas conductas son potencialmente prevenibles, muestran una franca tendencia al aumento a nivel mundial'.
Agrega que si se quiere mejorar el comportamiento del adolescente, se debe reenfocar la atención en la promoción de la salud, la reducción de riesgos y el fomento de factores protectores, siendo el principal de ellos el propio vínculo con la familia.
'En los hogares con hijos adolescentes, pueden surgir conflictos emocionales importantes producto de algún factor de riesgo, como la desintegración e incomunicación, estilos parentales muy permisivos o autoritarios, y dificultad para resolver conflictos familiares y mantener los límites o la disciplina', explica.
Agrega que entre los factores protectores familiares están los valores claros monitoreo y estilo autoritativo (imponer autoridad).
En un contexto de múltiples programas de prevención de conductas de riesgo en jóvenes, es importante utilizar programas de efectividad probada. Es por esto que el taller mostrará una adaptación chilena de una intervención basada en evidencia de los programas 'Familias Fuertes', desarrollado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Washington D.C. y de 'Strengthening Families' (Iowa State University). Dicho sistema tuvo los mejores coeficientes de costo/efectividad, para diferenciar lo que funciona de lo que no.
A través de OPS, se formaron agentes multiplicadores en América Latina. En Chile, docentes capacitados replicaron el programa localmente con material latino (centroamericano).
La especialista explica que 'el objetivo de este taller es ayudar a los padres de adolescentes a aprender aptitudes de crianza adecuados, formas efectivas de disciplinar y guiar a los hijos'. En Chile, se realizaron alrededor de 20 videos para ilustrar la interacción entre padres y jóvenes (reales, no actores), en un contexto familiar, y luego analizarlos con los progenitores. Primero, se muestran videos con interacción negativa y, luego de una breve discusión, con una interacción positiva. Los padres, al ver reflejada su realidad cotidiana de conflictos padre-hijo, internalizan lo que tienen que cambiar.
1. Usando amor y límites
2. Necesidad de reglas en el hogar
3. Incentivar el buen comportamiento
4. El uso de las sanciones
5. Construyendo puentes o vínculos
6. Protección frente a comportamientos de riesgo
¿Cómo fortalecer la familia?: Amor y límites' es el nombre del taller que se realizará esta semana en Clínica Alemana. Está dirigido a desarrollar una dinámica familiar basada en el diálogo, considerando que para muchos padres es difícil establecer límites claros y demostrar amor a sus hijos al mismo tiempo. En muchos casos, los progenitores se encuentran más cerca de uno u otro extremo.
Es por esto que la Unidad de Adolescencia y el Centro de Extensión de Clínica Alemana han organizado este taller para padres de adolescentes entre 10 y 14 años, el que se realizará el 23 de octubre a las 19:00 horas en el auditorio Dr. Federico Haecker.
La doctora Lilianette Nagel, pediatra de la Unidad de Adolescencia, asegura que 'esta iniciativa apunta a encontrar el equilibrio entre ambas tendencias con la adecuada combinación de disciplina y afecto, ya que se ha demostrado que los niños y adolescentes se desarrollan mejor, no sólo teniendo reglas y ajustándose a ellas, sino también cuando los padres consideran los sentimientos de los jóvenes. De esta forma, mejoran en el colegio, eligen amigos apropiados y aprenden a ser responsables'.
En la actualidad, la violencia, consumo de drogas, trastornos alimentarios y actividad sexual desprotegida son algunas de las principales conductas de riesgo de los adolescentes. Este comportamiento está directamente relacionado con el ambiente en el que se vive.
La especialista explica que 'a pesar de que estas conductas son potencialmente prevenibles, muestran una franca tendencia al aumento a nivel mundial'.
Agrega que si se quiere mejorar el comportamiento del adolescente, se debe reenfocar la atención en la promoción de la salud, la reducción de riesgos y el fomento de factores protectores, siendo el principal de ellos el propio vínculo con la familia.
'En los hogares con hijos adolescentes, pueden surgir conflictos emocionales importantes producto de algún factor de riesgo, como la desintegración e incomunicación, estilos parentales muy permisivos o autoritarios, y dificultad para resolver conflictos familiares y mantener los límites o la disciplina', explica.
Agrega que entre los factores protectores familiares están los valores claros monitoreo y estilo autoritativo (imponer autoridad).
En un contexto de múltiples programas de prevención de conductas de riesgo en jóvenes, es importante utilizar programas de efectividad probada. Es por esto que el taller mostrará una adaptación chilena de una intervención basada en evidencia de los programas 'Familias Fuertes', desarrollado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Washington D.C. y de 'Strengthening Families' (Iowa State University). Dicho sistema tuvo los mejores coeficientes de costo/efectividad, para diferenciar lo que funciona de lo que no.
A través de OPS, se formaron agentes multiplicadores en América Latina. En Chile, docentes capacitados replicaron el programa localmente con material latino (centroamericano).
La especialista explica que 'el objetivo de este taller es ayudar a los padres de adolescentes a aprender aptitudes de crianza adecuados, formas efectivas de disciplinar y guiar a los hijos'. En Chile, se realizaron alrededor de 20 videos para ilustrar la interacción entre padres y jóvenes (reales, no actores), en un contexto familiar, y luego analizarlos con los progenitores. Primero, se muestran videos con interacción negativa y, luego de una breve discusión, con una interacción positiva. Los padres, al ver reflejada su realidad cotidiana de conflictos padre-hijo, internalizan lo que tienen que cambiar.
1. Usando amor y límites
2. Necesidad de reglas en el hogar
3. Incentivar el buen comportamiento
4. El uso de las sanciones
5. Construyendo puentes o vínculos
6. Protección frente a comportamientos de riesgo