Asimismo, sostiene que el rubor es patológico cuando significa un gran costo en la vida personal, ya sea a nivel de pareja, o bien en el trabajo y la vida social. Por ejemplo, alguien que ejerza cargos públicos o que por su profesión requiera estar en constante exposición.
El especialista destaca que no se trata de un problema estético, sino que de una patología que conlleva serios problemas en la vida diaria de las personas que la padecen, lo que implica costos sociales, afectivos y de autoestima y seguridad.
Al igual que la hiperhidrosis (exceso de sudoración en determinadas partes del cuerpo), el problema se incrementa con las situaciones de estrés y es más frecuente en mujeres.
Para combatir el rubor facial, el doctor Santolaya explica que el tratamiento más eficaz es la simpatectomía torácica, la misma cirugía que se realiza a pacientes que padecen de hiperhidrosis, y que en patologías como el rubor facial patológico tiene un porcentaje de éxito cercano al 90%.
'La cadena simpática es larga y recorre en el tórax desde el ganglio T1 hasta el T9. Lo que varía en esta cirugía para tratar distintas enfermedades es el nivel dónde se corta. Para el rubor facial patológico y la sudoración craneofacial, se intervienen los más altos (T2) por videotoracoscopía. Esto conlleva mayor probabilidad de una sudoración compensatoria y de padecer Síndrome de Horner -caída parcial y transitoria de uno de los párpados-, efectos adversos con baja incidencia y que son propios de la simpatectomía', advierte.
Sin embargo, el especialista aclara que es necesaria una interconsulta con el psiquiatra para descartar que el excesivo rubor se deba a niveles elevados de ansiedad y que responda a una patología psiquiátrica, en cuyos casos es necesario el uso de fármacos y terapia.
'Hay ciertos medicamentos que neutralizan el simpático logrando aplacar el síntoma, aunque generalmente no solucionan el problema por completo, ya que bajando los niveles de ansiedad la persona de todas maneras podría ponerse roja, sólo que le da menos importancia', sostiene.
De todos modos, la evaluación es imprescindible para analizar qué tanto tiene que ver el nivel de ansiedad con la situación y con la enfermedad propiamente tal.
Las principales contraindicaciones para someter a un paciente a esta cirugía es que haya sido intervenido de tórax, o bien que padezca alguna enfermedad relacionada con este órgano. En general, se operan personas mayores de 12 años.
'Cuando los pacientes son intervenidos siguen teniendo la sensación de ponerse rojos, pero en realidad no les pasa. Cuando se dan cuenta de que es así, ellos mismos bloquean el nivel de ansiedad y se les acaba el problema', sostiene.
El doctor Santolaya explica que la incidencia de rubor patológico es baja y que la simpatectomía fue creada, básicamente, para los pacientes con hiperhidrosis axilar y palpar, en cuyos casos la eficacia es cercana al 100%.
Ambos procedimientos, que se realizan desde el año 2000 en Clínica Alemana, requieren sólo de un día de hospitalización y el postoperatorio es bueno, ya que implica pocas molestias para el paciente, quien puede retomar rápidamente su rutina diaria.
Si se realiza de manera idónea, no debería reaparecer la patología, ya que a diferencia de otros tratamientos, es definitivo, a menos que provenga de otras causas y no dependa del sistema simpático.
Algo tan simple como leer en público, encontrarse con alguien en la calle o sentirse observado puede convertirse en un verdadero tormento, pues para algunas personas implica ponerse intensamente rojo.
El doctor Raimundo Santolaya, cirujano de tórax de Clínica Alemana, explica que las causas del rubor facial patológico o eritrofobia (temor enfermizo a ponerse rojo) no están claras y que las personas que lo padecen forman un verdadero 'círculo vicioso', ya que al ponerse rojas y saberlo aumentan su ansiedad e intensifican su color.
Asimismo, sostiene que el rubor es patológico cuando significa un gran costo en la vida personal, ya sea a nivel de pareja, o bien en el trabajo y la vida social. Por ejemplo, alguien que ejerza cargos públicos o que por su profesión requiera estar en constante exposición.
El especialista destaca que no se trata de un problema estético, sino que de una patología que conlleva serios problemas en la vida diaria de las personas que la padecen, lo que implica costos sociales, afectivos y de autoestima y seguridad.
Al igual que la hiperhidrosis (exceso de sudoración en determinadas partes del cuerpo), el problema se incrementa con las situaciones de estrés y es más frecuente en mujeres.
Para combatir el rubor facial, el doctor Santolaya explica que el tratamiento más eficaz es la simpatectomía torácica, la misma cirugía que se realiza a pacientes que padecen de hiperhidrosis, y que en patologías como el rubor facial patológico tiene un porcentaje de éxito cercano al 90%.
'La cadena simpática es larga y recorre en el tórax desde el ganglio T1 hasta el T9. Lo que varía en esta cirugía para tratar distintas enfermedades es el nivel dónde se corta. Para el rubor facial patológico y la sudoración craneofacial, se intervienen los más altos (T2) por videotoracoscopía. Esto conlleva mayor probabilidad de una sudoración compensatoria y de padecer Síndrome de Horner -caída parcial y transitoria de uno de los párpados-, efectos adversos con baja incidencia y que son propios de la simpatectomía', advierte.
Sin embargo, el especialista aclara que es necesaria una interconsulta con el psiquiatra para descartar que el excesivo rubor se deba a niveles elevados de ansiedad y que responda a una patología psiquiátrica, en cuyos casos es necesario el uso de fármacos y terapia.
'Hay ciertos medicamentos que neutralizan el simpático logrando aplacar el síntoma, aunque generalmente no solucionan el problema por completo, ya que bajando los niveles de ansiedad la persona de todas maneras podría ponerse roja, sólo que le da menos importancia', sostiene.
De todos modos, la evaluación es imprescindible para analizar qué tanto tiene que ver el nivel de ansiedad con la situación y con la enfermedad propiamente tal.
Las principales contraindicaciones para someter a un paciente a esta cirugía es que haya sido intervenido de tórax, o bien que padezca alguna enfermedad relacionada con este órgano. En general, se operan personas mayores de 12 años.
'Cuando los pacientes son intervenidos siguen teniendo la sensación de ponerse rojos, pero en realidad no les pasa. Cuando se dan cuenta de que es así, ellos mismos bloquean el nivel de ansiedad y se les acaba el problema', sostiene.
El doctor Santolaya explica que la incidencia de rubor patológico es baja y que la simpatectomía fue creada, básicamente, para los pacientes con hiperhidrosis axilar y palpar, en cuyos casos la eficacia es cercana al 100%.
Ambos procedimientos, que se realizan desde el año 2000 en Clínica Alemana, requieren sólo de un día de hospitalización y el postoperatorio es bueno, ya que implica pocas molestias para el paciente, quien puede retomar rápidamente su rutina diaria.
Si se realiza de manera idónea, no debería reaparecer la patología, ya que a diferencia de otros tratamientos, es definitivo, a menos que provenga de otras causas y no dependa del sistema simpático.