En Iloca casi no queda nada. Decenas de casas están derrumbadas, la escuela destruida y no hay agua ni electricidad. En medio de ese desastre la posta local aparece entre las ruinas, una casa amarilla, no demasiado grande, que en su fachada asoma la bandera de Chile junto con la de Clínica Alemana.
A pesar de todo, la gente está feliz. Diariamente, alrededor de 70 personas, niños y adultos, llegan a la Posta de Iloca, donde está atendiendo un equipo multidisciplinario de profesionales compuesto por médicos, enfermeras y paramédicos de Clínica Alemana y de la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo.
Este completo operativo de salud primaria arribó la semana pasada, el 3 de marzo, con el fin de prestar atención de salud a la población de ese sector devastado por el terremoto y posterior tsunami ocurridos el pasado sábado 27 de febrero.
Al lugar se llevó agua, alimentos, medicamentos, generadores eléctricos y baños químicos, además de una ambulancia completamente equipada, que sirve de apoyo para la labor que están realizando los especialistas.
Compromiso humano
Los primeros días en Iloca fueron intensos. No sólo por la atención de salud que ahí se estaba entregando, sino también por el encuentro que todo el equipo de salud experimentó con una realidad desconocida, que nada tenía que ver con lo visto a través de la pantalla.
Historias diversas que impactaban y revalidaban el compromiso adquirido. Se vio, además, que lagente necesitaba contención emocional. Es por esto que a lo inicial se sumó la atención psiquiátrica a cargo del jefe del Servicio de Psiquiatría, doctor Alejandro Koppmann.
Así, cirujanos, internistas, pediatras y psiquiatras trabajan diariamente para entregar no sólo una adecuada y oportuna atención de salud a quienes llegan a la Posta de Iloca, ya que también realizan salidas a terreno a los alrededores como La Pesca y Duao, visitando campamentos y entregando asistencia médica y medicamentos a las personas que lo necesitan.
Como medida protectora también se está vacunando a los niños de 2 a 15 años para la prevención de la hepatitis A, además de entregar la vacuna antitetánica a las personas que la requieran.
Para completar el compromiso adquirido con la comunidad de Iloca, Clínica Alemana donó $300 millones a Un Techo para Chile para la construcción de 500 medias aguas.
Este es sólo el comienzo de un trabajo comprometido y humano que la comunidad de Iloca ha recibido con los brazos abiertos.