Parte importante de este trastorno son los comportamientos de evitación, anticipación ansiosa y malestar provocados por la situación temida.
'Los miedos normales son respuestas emocionales proporcionales frente a estímulos que resultan amenazantes como dar una prueba, empezar un nuevo trabajo o sacarse sangre, frente a los cuales las personas no se paralizan ni se observa un patrón de evitación recurrente, por lo que se mantiene el autocontrol. En las fobias, en cambio, se observa un temor excesivo e irracional, desproporcionado para la situación, comprensible sólo para quien lo padece y que no puede manejar', enfatiza.
La especialista explica que las fobias tienen relación con experiencias de aprendizaje, generalmente disfuncionales en las que se aprendió una asociación entre un estímulo o situación de estímulos dañinos o amenazantes que provocaron una genuina respuesta de temor extremo, fenómeno que queda en la memoria y más adelante se revivirá frente a estímulos semejantes. Por ejemplo, quedar encerrado en un ascensor, un terremoto, incendio en un cine, la mordida de un animal o maltrato familiar en público.
Estas experiencias no necesariamente deben ser vividas directamente por las personas, sino que también pueden ser aprendidas por observación de figuras significativas como padres, profesores, héroes de TV, entre otros, cuando éstos muestran repetidamente conductas fóbicas, facilitando el desarrollo de este trastorno.
Solange Anuch explica que existen fobias simples y complejas. Las primeras tienen relación con el temor a un solo objeto o estímulo (un animal, una jeringa, la oscuridad, etc.), mientras que en el segundo caso los miedos son a una situación compuesta por varios estímulos, como fobia escolar o social.
'Existen también algunas teorías que sostienen que existirían fobias de la especie humana, por ejemplo, a las arañas y reptiles. Estos temores ancestrales habrían tenido una función protectora al servicio del instinto de conservación, por esto se presentarían transculturalmente con alta frecuencia', sostiene.
Los síntomas son temor persistente, excesivo e irracional frente a un objeto o situación específica y la exposición al estímulo temido provoca ansiedad pudiendo, incluso, desencadenar una crisis de angustia situacional.
'Es característico observar anticipación ansiosa y comportamiento de evitación respecto de la situación que se teme a costa de una intensa ansiedad y sufrimiento. El problema es que el malestar experimentado en el trastorno fóbico interfiere con la rutina normal de la persona, con las relaciones laborales, sociales y/o académicas, o bien provoca un malestar clínicamente significativo', agrega la especialista.
En relación con la edad de comienzo, esto dependerá del tipo de fobia. Por ejemplo, las fobias sociales y animales son de inicio temprano, habitualmente en edad escolar. Las agorafobias, en cambio, serían de inicio más tardío pudiendo presentarse en la tercera o cuarta década.
Con el desarrollo de la investigación en psicología, progresivamente se sabe más de los principios de aprendizaje que están involucrados en las fobias y los mecanismos para removerlos psicoteraéuticamente.
Solange Anuch explica que las técnicas de intervención terapéutica que han mostrado ser más eficaces son la de orientación cognitivo conductual, debido a que trabajan con los principios de aprendizaje que permiten remover los aprendizajes de las fobias.
'Las intervenciones psicoterapéuticas para estimular la mejoría de las fobias son denominadas técnicas de exposición. La más utilizada es la desensibilización sistemática, en la que la persona después de una preparación psicológica se expone de forma gradual y progresiva al estímulo temido', explica.
La terapia cognitivo conductual, en tanto, ofrece una variada gama de estrategias para el cambio de las conductas fóbicas como son: flooding (exposición al estímulo temido en imaginería), técnicas de inoculación de estrés (manejo de estrés, en especial autoinstrucciones verbales), modeling (el sujeto lleva a cabo las exposiciones al estímulo temido después de aprender conductas de un modelo validado por él. También lo puede hacer acompañado del terapeuta), e imaginación emotiva, entre otras.
Unidad de Psiquiatría
Teléfono: 210 1700
En Chile, los trastornos de ansiedad son los más frecuentes en la población y las agorafobias (angustia al sentirse solo, sin ayuda, en lugares concurridos) son el de mayor prevalencia, especialmente en las mujeres. Así lo explica Solange Anuch, psicóloga de Clínica Alemana.
Agrega que las fobias más comunes muestran cierta relación con la cultura y entorno al que se pertenece, y entre las más habituales están la fobia social y a los animales.
'Fobia se define como un trastorno de ansiedad donde aparece temor irracional, excesivo y persistente desencadenado por la presencia de un objeto o la anticipación de una situación específica y que interfiere en la rutina normal de la persona, en el área social, laboral o académica', sostiene.
Parte importante de este trastorno son los comportamientos de evitación, anticipación ansiosa y malestar provocados por la situación temida.
'Los miedos normales son respuestas emocionales proporcionales frente a estímulos que resultan amenazantes como dar una prueba, empezar un nuevo trabajo o sacarse sangre, frente a los cuales las personas no se paralizan ni se observa un patrón de evitación recurrente, por lo que se mantiene el autocontrol. En las fobias, en cambio, se observa un temor excesivo e irracional, desproporcionado para la situación, comprensible sólo para quien lo padece y que no puede manejar', enfatiza.
La especialista explica que las fobias tienen relación con experiencias de aprendizaje, generalmente disfuncionales en las que se aprendió una asociación entre un estímulo o situación de estímulos dañinos o amenazantes que provocaron una genuina respuesta de temor extremo, fenómeno que queda en la memoria y más adelante se revivirá frente a estímulos semejantes. Por ejemplo, quedar encerrado en un ascensor, un terremoto, incendio en un cine, la mordida de un animal o maltrato familiar en público.
Estas experiencias no necesariamente deben ser vividas directamente por las personas, sino que también pueden ser aprendidas por observación de figuras significativas como padres, profesores, héroes de TV, entre otros, cuando éstos muestran repetidamente conductas fóbicas, facilitando el desarrollo de este trastorno.
Solange Anuch explica que existen fobias simples y complejas. Las primeras tienen relación con el temor a un solo objeto o estímulo (un animal, una jeringa, la oscuridad, etc.), mientras que en el segundo caso los miedos son a una situación compuesta por varios estímulos, como fobia escolar o social.
'Existen también algunas teorías que sostienen que existirían fobias de la especie humana, por ejemplo, a las arañas y reptiles. Estos temores ancestrales habrían tenido una función protectora al servicio del instinto de conservación, por esto se presentarían transculturalmente con alta frecuencia', sostiene.
Los síntomas son temor persistente, excesivo e irracional frente a un objeto o situación específica y la exposición al estímulo temido provoca ansiedad pudiendo, incluso, desencadenar una crisis de angustia situacional.
'Es característico observar anticipación ansiosa y comportamiento de evitación respecto de la situación que se teme a costa de una intensa ansiedad y sufrimiento. El problema es que el malestar experimentado en el trastorno fóbico interfiere con la rutina normal de la persona, con las relaciones laborales, sociales y/o académicas, o bien provoca un malestar clínicamente significativo', agrega la especialista.
En relación con la edad de comienzo, esto dependerá del tipo de fobia. Por ejemplo, las fobias sociales y animales son de inicio temprano, habitualmente en edad escolar. Las agorafobias, en cambio, serían de inicio más tardío pudiendo presentarse en la tercera o cuarta década.
Con el desarrollo de la investigación en psicología, progresivamente se sabe más de los principios de aprendizaje que están involucrados en las fobias y los mecanismos para removerlos psicoteraéuticamente.
Solange Anuch explica que las técnicas de intervención terapéutica que han mostrado ser más eficaces son la de orientación cognitivo conductual, debido a que trabajan con los principios de aprendizaje que permiten remover los aprendizajes de las fobias.
'Las intervenciones psicoterapéuticas para estimular la mejoría de las fobias son denominadas técnicas de exposición. La más utilizada es la desensibilización sistemática, en la que la persona después de una preparación psicológica se expone de forma gradual y progresiva al estímulo temido', explica.
La terapia cognitivo conductual, en tanto, ofrece una variada gama de estrategias para el cambio de las conductas fóbicas como son: flooding (exposición al estímulo temido en imaginería), técnicas de inoculación de estrés (manejo de estrés, en especial autoinstrucciones verbales), modeling (el sujeto lleva a cabo las exposiciones al estímulo temido después de aprender conductas de un modelo validado por él. También lo puede hacer acompañado del terapeuta), e imaginación emotiva, entre otras.
Unidad de Psiquiatría
Teléfono: 210 1700