Disfrutar de la buena mesa es posible en toda etapa de la vida. Lo importante es tener presente algunas consideraciones al momento de escoger los alimentos y de prepararlos. Esto cobra especial importancia en la tercera edad, cuando es fundamental mantener un buen estado nutricional para aumentar la longevidad y mejorar la calidad de vida.
La doctora Karen Salvo, nutrióloga de Clínica Alemana, explica que con el paso de los años se van generando procesos orgánicos que determinan transformaciones en los requerimientos alimentarios. Es así como, en los adultos mayores, se observa déficit en la absorción o utilización de ciertos macronutrientes, como las proteínas, y de algunos micronutrientes como las vitaminas D, B6, B12, el ácido fólico y el calcio.
Los principales cambios que se producen y que afectan la alimentación son:
Considerando todo esto:
¿Qué alimentos no deben consumirse?
Todo depende de las enfermedades asociadas, sin embargo, se recomienda evitar las frituras, el exceso de grasas saturadas y los azúcares.
¿Cuántas comidas se aconsejan diariamente?
Cuatro comidas. Pueden ser más si existe alguna incapacidad de tolerar volúmenes mayores y se requiere fraccionar más la alimentación.
¿Hay que tener algunas consideraciones con los horarios?
Es aconsejable evitar comer muy tarde, pero todo depende de las características de cada persona, principalmente de sus patologías asociadas. Por ejemplo, en caso de reflujo gastroesofágico, es recomendable acostarse por lo menos tres horas después de cenar.
Unidad de Endocrinología, Nutrición y Diabetes
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