No es lo mismo perder a una personaque ha estado enferma por mucho tiempo, quea alguien cercano en un accidente. Tampoco es lo mismola muerte de un padre cuando se es niño que cuando se es mayor.
Así, cada duelo se vive de manera diferente y pasando por etapas de shock, pena, frustración y rabia. Luego viene un periodo deresolución o pacto, en el que la persona incorpora la pérdida y la asume. Es unproceso doloroso, pero normal y necesario para incorporar la experiencia y seguir adelante con la vida.
Según el doctor Alejandro Koppmann, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Clínica Alemana, este periodo consiste en una etapa deajuste necesaria en toda situación de pérdida, desde la muerte de un ser querido hastael retirodel trabajo. 'En general, la salud física y mental se relacionan con armonía, pero el duelo representa unaalteración de este equilibrio y, por lo tanto, implica un proceso natural de adaptación, cuya resolución se relaciona con características de la pérdida, de quien la sufre y del entorno', sostiene.
Más que un duelo: ¿Cuándo pedir ayuda?
La forma de reaccionar dependerá del tipo de pérdida, de la persona que la padece y del momento en que ocurre, ya que, por ejemplo, cuando sucede de manera súbita es más difícil de asumir. Frente a una enfermedad, en cambio, hay más tiempo para trabajar algunos elementos que ayuden a hacer un duelo normal que incluya una pena natural, y no sentimientos de culpa o remordimiento, por lo que se pudo haber hecho y no sehizo.
El doctor Koppmann recomienda pedir ayuda cuando el duelo es muy breve o prolongado (debería durar alrededor de seis meses), cuando la intensidad es nula o excesiva, o si existen antecedentes depresivos o duelos patológicos en el pasado.
La idea es que la persona no se quede detenida en la experiencia dolorosa, sino que vaya poco a poco incorporando la situación y retomando su vida de manera sana (estudios, trabajo, relaciones de amistad y afectivas), sin culpa, sin rabia y sin resentimientos.
¿Cómo contarle a un niño?
Depende de la edad del niño, aunque se aconseja que sea de manera natural, sin eufemismos, pero tampoco con crueldad. 'Es importante que los niños manejen la información básica y que la puedan comprender. Hay que asegurarse de haber entendido lo que el menor pregunta antes de responder y asumir que hay preguntas que no necesariamente tienen respuesta', recalca el doctor Koppmann.
Unidad de Psiquiatría
Teléfono: 210 1061
No es lo mismo perder a una personaque ha estado enferma por mucho tiempo, quea alguien cercano en un accidente. Tampoco es lo mismola muerte de un padre cuando se es niño que cuando se es mayor.
Así, cada duelo se vive de manera diferente y pasando por etapas de shock, pena, frustración y rabia. Luego viene un periodo deresolución o pacto, en el que la persona incorpora la pérdida y la asume. Es unproceso doloroso, pero normal y necesario para incorporar la experiencia y seguir adelante con la vida.
Según el doctor Alejandro Koppmann, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Clínica Alemana, este periodo consiste en una etapa deajuste necesaria en toda situación de pérdida, desde la muerte de un ser querido hastael retirodel trabajo. 'En general, la salud física y mental se relacionan con armonía, pero el duelo representa unaalteración de este equilibrio y, por lo tanto, implica un proceso natural de adaptación, cuya resolución se relaciona con características de la pérdida, de quien la sufre y del entorno', sostiene.
Más que un duelo: ¿Cuándo pedir ayuda?
La forma de reaccionar dependerá del tipo de pérdida, de la persona que la padece y del momento en que ocurre, ya que, por ejemplo, cuando sucede de manera súbita es más difícil de asumir. Frente a una enfermedad, en cambio, hay más tiempo para trabajar algunos elementos que ayuden a hacer un duelo normal que incluya una pena natural, y no sentimientos de culpa o remordimiento, por lo que se pudo haber hecho y no sehizo.
El doctor Koppmann recomienda pedir ayuda cuando el duelo es muy breve o prolongado (debería durar alrededor de seis meses), cuando la intensidad es nula o excesiva, o si existen antecedentes depresivos o duelos patológicos en el pasado.
La idea es que la persona no se quede detenida en la experiencia dolorosa, sino que vaya poco a poco incorporando la situación y retomando su vida de manera sana (estudios, trabajo, relaciones de amistad y afectivas), sin culpa, sin rabia y sin resentimientos.
¿Cómo contarle a un niño?
Depende de la edad del niño, aunque se aconseja que sea de manera natural, sin eufemismos, pero tampoco con crueldad. 'Es importante que los niños manejen la información básica y que la puedan comprender. Hay que asegurarse de haber entendido lo que el menor pregunta antes de responder y asumir que hay preguntas que no necesariamente tienen respuesta', recalca el doctor Koppmann.
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Teléfono: 210 1061