Árboles de pascua, luces de colores, música, calles decoradas y regalos inundan el ambiente de alegría y celebración en estos días. Sin embargo, no todos viven las fiestas de fin de año así. Para algunos,
la pérdida de un ser querido convierte estas fechas en días especialmente tristes, porque la ausencia se hace aún más patente.
El doctor Alejandro Koppmann, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Clínica
Alemana, afirma que, particularmente el primer año después de la muerte de alguien cercano, hay una serie de actividades que se hacen por primera vez sin esa persona, como la Navidad, el cumpleaños, etc. “Es un año
donde se queman etapas y lo normal es que sea más triste”.
Consejos:
- La pena es un sentimiento desagradable, pero normal. Por lo tanto, no la niegue ni trate de evitar sentirla. Lo normal es que esta Navidad sea un poco más triste. Sin embargo, debe intentar disfrutar de la compañía de quienes sí están con usted, tratar de focalizarse en lo que tiene sin perder de vista aquello que le falta.
- Todos en su entorno entienden lo que está viviendo y es normal que traten de alentarlo o distraerlo. Piense que, de algún modo, ellos también se angustian al verlo sufrir. Cuando le insten a pensar en otra cosa o a distraerse
no se enoje ni crea que su pena no les importa.
- No disimule por los niños, ya que para ellos sería raro que todo sea felicidad. Ellos son capaces de entender que existe pena por la ausencia, pero también alegría por la celebración.
- No se sienta culpable por estar feliz. Se puede pasar un momento agradable y no por eso ser una mala persona.
- Si tiene alguna creencia religiosa, le ayudará mucho. Puede hacer un rito relacionado con su fe.
- Organice con anticipación una actividad que una a los que están viviendo el duelo. Por ejemplo, visitar el cementerio, hacer un momento de oración o un recordatorio. Eso da tranquilidad.
- No confunda recordar con revivir. Recordar es traer a la memoria, revivir es traer a la persona a la actividad (darle un puesto en la mesa o comprarle regalos), y eso no es sano; es importante asumir que ya no está.
- Mientras más reprima sus sentimientos, más expuesto está a que en algún momento lo guardado pase la factura. Es importante expresarse de acuerdo a la cultura, entorno y personalidad.
- Evite excederse con el alcohol o ingerir sustancias tranquilizantes o estimulantes.
- Pida ayuda cuando el duelo es muy breve o prolongado (debería durar alrededor de seis meses). Sin embargo, hay fechas importantes que pueden recordar la ausencia de esa persona durante todo el año. También hay que consultar
a un especialista cuando la intensidad es nula o excesiva, o si existen antecedentes depresivos o duelos patológicos en el pasado.
- Recuerde: Lo patológico se define por un exceso o escasez en la intensidad o duración del duelo. Lo sano es reinsertarse a la vida habitual, sin culpa, rabia ni resentimientos.